© Planeta de Agostini
POR el blog La cárcel de papel he sabido que Planeta de Agostini se ha metido de nuevo a publicar Prince Valiant, la genial obra maestra creada por el gran dibujante norteamericano Harold R. Foster (1898-1982). Aunque esta vez lo hará íntegramente, incluyendo el material que va desde la primera plancha (fechada el 13 de febrero de 1937), hasta la número 3.908 (cuya aparición está prevista para el próximo 25 de diciembre de 2011). ¿El motivo? Ganar dinero, imagino, y también celebrar el septuagésimo quinto aniversario de la aparición de la serie, que tendrá lugar el próximo 13 de febrero de 2012. Siendo malvados, podríamos suponer que también hay un deseo, por parte de Planeta, de hacer penitencia y purgar por la más que olvidable edición con que nos regaló en el año 2006; la intención de quitarse esa dolorosa espinita que, quizá, tengan clavada sus responsables.
Sea lo que fuere, esta nueva edición —como la anterior ya citada—, se ha vuelto a lanzar en formato coleccionable y consistirá en 74 libros (con 73 entregas en el caso de los suscriptores, que recibirán dos volúmenes en la segunda entrega), cada uno de los cuales incluirá el material correspondiente a un solo año. Es decir, un total de 52 planchas por volumen (más las páginas que puedan corresponder a artículos o reseñas introductorias), lo cual nos da como resultado un libro bastante esmirriadillo (si lo comparamos, claro está, con otras ediciones como la de Manuel Caldas, la de Fantagraphics, o la anterior de la propia Planeta, que incluyen dos años por libro). Comenzará a aparecer en septiembre.
Evidentemente, estamos ante una noticia de la que todos los aficionados deberíamos alegrarnos. Además, esta nueva edición ofrece una serie de ventajas indudables, respecto de las ya existentes. Por ello, merece que hagamos una serie de reflexiones (aún sin tener en nuestro poder todos los datos que serían deseables para hacer un juicio crítico y lo suficientemente ponderado). Empecemos por las cosas buenas.
Para empezar, y si se cumple cada uno de los maravillosos (y publicitarios) objetivos que aparecen detallados en el folleto promocional que ha distribuido Planeta, vamos a tener la oportunidad de conocer todo —absolutamente todo— el material de la saga. No sólo el de John Cullen Murphy (1971-2004), sino también el realizado en estos últimos años por el tándem Mark Schultz/Gary Gianni (2004-2011), que era absolutamente desconocido por estos lares hasta que Panini —en su meritoria labor de recuperación parcial de clásicos norteamericanos— nos dio a conocer lo publicado entre los años 2004-2008, en un tomo aparecido el pasado año 2010, bajo el título de Príncipe Valiente. Lejos de Camelot. Pues bien, lo que ahora ofrece Planeta es, no sólo ese material, sino todo lo demás hasta el 2011. Estupendo, por tanto (aunque no sé yo qué pensaran quienes compraron, en su momento, el citado volumen de Panini).
En segundo lugar, y juzgando siempre por las pocas y parciales imágenes que se incluyen en el folleto, parece que estamos ante una nueva edición en color de buena calidad. Recordemos que la mejor hasta el momento —la de Manuel Caldas— es en blanco y negro con tramas. En definitiva: se nos dice que disfrutaremos de unas planchas coloreadas que conservan su formato original (no han sufrido remontaje) y que nada tienen que ver, por tanto, con las defectuosas (y ya venerables) ediciones que nos ofrecieron en su momento Buru Lan (remontado, colores chillones), B. O. (edición en blanco y negro solo, con alternancia de buenas reproducciones y otras muy malas), o Ediciones B (bastante completa, pero muy desigual en reproducción, en color y en calidad de la edición).
En tercer lugar deberíamos valorar también algunas de las características físicas de la edición, como son el color (que parece bueno) y la encuadernación en tapa dura. El papel no sé qué tal será (el de la edición previa de Planeta desde luego no era nada malo). Y todo ello por un precio que, de mantenerse hasta el final, resulta verdaderamente imbatible: 7,99 euros (¿alguien puede competir con PdA?).
En todo caso, parece que los aficionados completistas están de enhorabuena y van a ver satisfechas (?) sus aspiraciones, pues no sólo tendrán oportunidad de hacerse con una mayor cantidad de material del que nunca ha sido publicado aquí, sino que lo harán en condiciones gráficas mucho mejores que en las anteriores ocasiones en que la obra ha sido editada en color.
Y ahora hablemos de los inconvenientes, que también los hay.
Empecemos por el tamaño, que es un aspecto fundamental a la hora de hablar de una obra cuyos originales eran enormes y fueron reproducidos a unas dimensiones que, en término medio, rondaban los 54x40 cm. de los periódicos norteamericanos. Si la base de la edición de Planeta es la alemana de Bocola —tal y como han afirmado algunas personas que considero bien informadas— entonces estamos hablando de tomos que medirán en torno a los 32x23,7 centímetros (que son las dimensiones de la alemana). Un tamaño que, en cualquier caso, está bastante lejos de los 35x27 cm. de la edición de Caldas. Esto, desde luego, es un hándicap importante, pues ya sabemos que esta obra necesita de unas dimensiones generosas para ser apreciada en toda su grandiosidad.
Otro aspecto bastante importante en cualquier edición de Prince Valiant que se quiera preciar de "definitiva" es el de la traducción, pues la lengua a la que se vierta el guión de la serie debe saber (o poder) conservar todo el hálito poético que Foster le imprimió. Y es que buena parte del encanto de la saga se halla, a mi entender, en unos textos tan literarios como evocadores, que le otorgan arcaísmo y le dan un carácter de epopeya, emparentando la muy literaturizada narración fosteriana con los viejos cantos épicos y los antiguos relatos de caballería (obras de origen medieval que sirvieron de fuente inspiradora al dibujante norteamericano). Por ello, la traducción ha de cuidar bastante el lenguaje empleado, vigilando de conservar expresiones o giros que refuerzan ese carácter épico que he mencionado. En este sentido, el hecho de que se utilice la expresión "espada cantarina" —como puede verse en el preview promocional— en lugar de la tradicional "espada cantante" o la más poética y épica de "espada que canta" —empleada, con acierto, por Rafael Marín en su traducción hecha para la edición de Manuel Caldas y en la que se recrea mucho mejor la prosodia y el lenguaje metafórico de los antiguos textos épicos—, ya me produce un cierto repelús y me da una ligera idea —que, confío, sólo sea precipitada— de por dónde pueden ir los tiros. En todo caso, espero que no sea así.
Directamente relacionado con lo anterior se halla el tema de la rotulación, un elemento que nunca ha sido cuidado en las sucesivas ediciones españolas hasta que nos llegó —y una vez más debemos hablar de ella— la realizada por Manuel Caldas. No sólo por respeto hacia la voluntad de Foster —que eligió un tipo de rotulación y no otra—, sino para reforzar el carácter arcaizante de los textos, el tipo de letra debe ser parecido al de la serie original. Y tal es el que se viene utilizando en la edición "caldiana" (como no podía ser de otro modo). Ya veremos lo que nos propone Planeta, porque Bocola sí ha utilizado también una rotulación que podríamos denominar "filológica", imitando los tipos originales de las planchas norteamericanas.
Otro aspecto que no me ha gustado al leer el folleto publicitario —y esto tiene que ver menos con la edición propiamente dicha que con la política editorial de quien la ha hecho— es que, en aquella parte que dedica a hablar de las diferentes ediciones realizadas en España, no dice absolutamente nada de la realizada por Manuel Caldas. Que Planeta no mencione tampoco la suya anterior me parece lógico —pues no es como para sentirse muy orgulloso de ella—, pero que ignore de tal forma la que puede ser considerada mejor edición realizada hasta el momento, me parece bastante desleal e interesado. Poco serio, la verdad.
Si Planeta parte de la edición alemana de Bocola, tal como ya he dicho antes, no entiendo por qué motivo en el folleto publicitario tantas veces mencionado, lejos de especificarse este punto se habla del «color de la edición original estadounidense». La editorial española no falta a la verdad al decir esto, desde luego, pero pareciera que quiere dar a entender que ha acudido directamente a la fuente original, cuando el material empleado ha sido, en realidad, el de la editorial alemana, que realizó su edición a base del escaneo de páginas de periódicos norteamericanos debidamente restauradas. Imagino que será una estrategia comercial, para no dar la impresión de que dependen de otra editorial. Y algo parecido pienso cada vez que leo eso de "edición definitiva". Evidentemente, cualquier aficionado que esté un poco al tanto de los problemas que plantea una edición de esas características, sabe que la publicidad de Planeta no es todo lo sincera que sería deseable. Expertos como Manuel Caldas, o mis amigos y compañeros de Cómic, Historietas, Tebeos —estos últimos en el soberbio número monográfico extra de su revista impresa del mismo título que dedicaron a Prince Valiant—, ya han dejado claro que toda edición de esta obra que quiera ser verdaderamente definitiva tiene que pasar por una serie de filtros, de servidumbres y de trabajo que, pocos editores estarían dispuestos a financiar. El punto de partida, en cualquier caso, estaría en la edición en blanco y negro realizada por el citado Caldas, única que presenta una base de línea lo suficientemente nítida y de calidad como para realizar el posterior coloreado y todo lo demás (rotulación, trama, etc.). De hecho, tanto la edición de Bocola como ésta de Planeta que se basa en ella presentan una nitidez de línea no demasiado buena, comparadas con la del portugués. Así pues, parece que deberemos seguir esperando. Pero mientras, quizá este nuevo coleccionable de Planeta sea una alternativa interesante para quienes, sin dominar el inglés o el alemán, quieran acercarse a esta obra maestra del cómic sin necesidad de pasar por la citada de Bocola o la norteamericana de Fantagraphics.
Y voy concluyendo. Aunque, por una parte, me parece estupendo que se vuelva a editar en España la gran creación fosteriana —sobre todo si, como se anuncia en el preview, en esta ocasión se hará con bastante mayor dignidad que en la precedente—, por otro lado pienso que si de recuperar clásicos del Noveno Arte se trata, y puesto que Prince Valiant ya estaba siendo magníficamente editado por el bendito Manuel Caldas, ¿no habría sido mucho mejor que PdA hubiera dedicado todos sus esfuerzos a continuar con la edición de clásicos de prensa que inició con Terry and the Pirates, Rip Kirby, Modesty Blaise, etc. ¿No han pensado los responsables de Planeta que, quizá, habría sido más interesante mejorar esas obras ya editadas (en general bastante mal) u ofrecer a los aficionados españoles nuevas ediciones de series que se hallan completamente agotadas desde hace muchísimos años, o que no han venido nunca a nuestro país, en lugar de volver a publicar otra vez una que ya estaba en marcha (y con una calidad insuperable)? Mi amigo y colega Emilio Aurelio Gil recuerda en su blog los casos de Johnny Hazard, Big Ben Bolt, Mort Cinder y Ticonderoga (entre los títulos americanos) y los de Asterix y Blueberry entre los europeos. Pero a ellos podríamos añadir otros muchos que harían las delicias del público español, y que o no se han visto nunca por estos lares, o se editaron hace bastante tiempo: Steve Canyon, Secret Agent X-9, Captain Easy, Mickey Mouse (de Gottfredson), Rusty Riley, Mary Perkins on Stage, Cisco Kid, los Flash Gordon de Dan Barry o Russ Maning, una buena reedición de El hombre enmascarado, etc. O, ya puestos, ¿por qué no hacer los esfuerzos necesarios para continuar con títulos que se cortaron inesperadamente en su momento, dejando a quienes los seguíamos más colgados que un mono? Pienso en los casos (sangrantes, por cierto) de Popeye y Krazy Kat.
Hay quien, un tanto maliciosamente, ha apuntado la posibilidad de que Planeta hubiera hecho esta maniobra de nueva edición para impedir que otra editorial fuerte en España se hiciera con unos derechos que la multinacional catalana ya estaba a punto de perder. Es posible, no niego dicha posibilidad. Yo mismo pensé, en su momento, que podría ser esa otra editorial —creo que todos pensamos en la misma— quien iba a tomarle el relevo a Planeta y que, a lo mejor contaba con el trabajo y la experiencia de Manuel Caldas para sacar adelante la que, quizá, podría haber sido edición "definitiva", de verdad, de Prince Valiant. No ha sido así.
En fin, Serafín. De todas formas, esto es mejor que nada (por el momento). De modo que si el nuevo coleccionable de PdA tiene la calidad suficiente y llega a buen término yo me alegraré sobremanera. Conste pues, en este sentido, que ojalá sea un éxito la colección y que todos los aficionados terminemos ganando. Aunque yo, personalmente, preferiría que Manuel Caldas pudiera concluir su edición de Prince Valiant en grandioso blanco y negro. Ayudado, o él solo (que se vale muy bien).
© Planeta de Agostini
Sea lo que fuere, esta nueva edición —como la anterior ya citada—, se ha vuelto a lanzar en formato coleccionable y consistirá en 74 libros (con 73 entregas en el caso de los suscriptores, que recibirán dos volúmenes en la segunda entrega), cada uno de los cuales incluirá el material correspondiente a un solo año. Es decir, un total de 52 planchas por volumen (más las páginas que puedan corresponder a artículos o reseñas introductorias), lo cual nos da como resultado un libro bastante esmirriadillo (si lo comparamos, claro está, con otras ediciones como la de Manuel Caldas, la de Fantagraphics, o la anterior de la propia Planeta, que incluyen dos años por libro). Comenzará a aparecer en septiembre.
© Planeta de Agostini
Evidentemente, estamos ante una noticia de la que todos los aficionados deberíamos alegrarnos. Además, esta nueva edición ofrece una serie de ventajas indudables, respecto de las ya existentes. Por ello, merece que hagamos una serie de reflexiones (aún sin tener en nuestro poder todos los datos que serían deseables para hacer un juicio crítico y lo suficientemente ponderado). Empecemos por las cosas buenas.
Para empezar, y si se cumple cada uno de los maravillosos (y publicitarios) objetivos que aparecen detallados en el folleto promocional que ha distribuido Planeta, vamos a tener la oportunidad de conocer todo —absolutamente todo— el material de la saga. No sólo el de John Cullen Murphy (1971-2004), sino también el realizado en estos últimos años por el tándem Mark Schultz/Gary Gianni (2004-2011), que era absolutamente desconocido por estos lares hasta que Panini —en su meritoria labor de recuperación parcial de clásicos norteamericanos— nos dio a conocer lo publicado entre los años 2004-2008, en un tomo aparecido el pasado año 2010, bajo el título de Príncipe Valiente. Lejos de Camelot. Pues bien, lo que ahora ofrece Planeta es, no sólo ese material, sino todo lo demás hasta el 2011. Estupendo, por tanto (aunque no sé yo qué pensaran quienes compraron, en su momento, el citado volumen de Panini).
© Panini
En segundo lugar, y juzgando siempre por las pocas y parciales imágenes que se incluyen en el folleto, parece que estamos ante una nueva edición en color de buena calidad. Recordemos que la mejor hasta el momento —la de Manuel Caldas— es en blanco y negro con tramas. En definitiva: se nos dice que disfrutaremos de unas planchas coloreadas que conservan su formato original (no han sufrido remontaje) y que nada tienen que ver, por tanto, con las defectuosas (y ya venerables) ediciones que nos ofrecieron en su momento Buru Lan (remontado, colores chillones), B. O. (edición en blanco y negro solo, con alternancia de buenas reproducciones y otras muy malas), o Ediciones B (bastante completa, pero muy desigual en reproducción, en color y en calidad de la edición).
En tercer lugar deberíamos valorar también algunas de las características físicas de la edición, como son el color (que parece bueno) y la encuadernación en tapa dura. El papel no sé qué tal será (el de la edición previa de Planeta desde luego no era nada malo). Y todo ello por un precio que, de mantenerse hasta el final, resulta verdaderamente imbatible: 7,99 euros (¿alguien puede competir con PdA?).
En todo caso, parece que los aficionados completistas están de enhorabuena y van a ver satisfechas (?) sus aspiraciones, pues no sólo tendrán oportunidad de hacerse con una mayor cantidad de material del que nunca ha sido publicado aquí, sino que lo harán en condiciones gráficas mucho mejores que en las anteriores ocasiones en que la obra ha sido editada en color.
Y ahora hablemos de los inconvenientes, que también los hay.
Empecemos por el tamaño, que es un aspecto fundamental a la hora de hablar de una obra cuyos originales eran enormes y fueron reproducidos a unas dimensiones que, en término medio, rondaban los 54x40 cm. de los periódicos norteamericanos. Si la base de la edición de Planeta es la alemana de Bocola —tal y como han afirmado algunas personas que considero bien informadas— entonces estamos hablando de tomos que medirán en torno a los 32x23,7 centímetros (que son las dimensiones de la alemana). Un tamaño que, en cualquier caso, está bastante lejos de los 35x27 cm. de la edición de Caldas. Esto, desde luego, es un hándicap importante, pues ya sabemos que esta obra necesita de unas dimensiones generosas para ser apreciada en toda su grandiosidad.
© Bocola
Otro aspecto bastante importante en cualquier edición de Prince Valiant que se quiera preciar de "definitiva" es el de la traducción, pues la lengua a la que se vierta el guión de la serie debe saber (o poder) conservar todo el hálito poético que Foster le imprimió. Y es que buena parte del encanto de la saga se halla, a mi entender, en unos textos tan literarios como evocadores, que le otorgan arcaísmo y le dan un carácter de epopeya, emparentando la muy literaturizada narración fosteriana con los viejos cantos épicos y los antiguos relatos de caballería (obras de origen medieval que sirvieron de fuente inspiradora al dibujante norteamericano). Por ello, la traducción ha de cuidar bastante el lenguaje empleado, vigilando de conservar expresiones o giros que refuerzan ese carácter épico que he mencionado. En este sentido, el hecho de que se utilice la expresión "espada cantarina" —como puede verse en el preview promocional— en lugar de la tradicional "espada cantante" o la más poética y épica de "espada que canta" —empleada, con acierto, por Rafael Marín en su traducción hecha para la edición de Manuel Caldas y en la que se recrea mucho mejor la prosodia y el lenguaje metafórico de los antiguos textos épicos—, ya me produce un cierto repelús y me da una ligera idea —que, confío, sólo sea precipitada— de por dónde pueden ir los tiros. En todo caso, espero que no sea así.
© Planeta de Agostini
Directamente relacionado con lo anterior se halla el tema de la rotulación, un elemento que nunca ha sido cuidado en las sucesivas ediciones españolas hasta que nos llegó —y una vez más debemos hablar de ella— la realizada por Manuel Caldas. No sólo por respeto hacia la voluntad de Foster —que eligió un tipo de rotulación y no otra—, sino para reforzar el carácter arcaizante de los textos, el tipo de letra debe ser parecido al de la serie original. Y tal es el que se viene utilizando en la edición "caldiana" (como no podía ser de otro modo). Ya veremos lo que nos propone Planeta, porque Bocola sí ha utilizado también una rotulación que podríamos denominar "filológica", imitando los tipos originales de las planchas norteamericanas.
Cuatro ejemplos que reproducen la rotulación de la edición de Caldas (en español) y de las planchas
originales (en inglés).Obsérvese no sólo el parecido de los tipos, sino la imitación de la letra
gótica en la sinopsis semanal y en el "continuará", así como el uso de las cursivas
para señalar los diálogos. Como debe ser.
originales (en inglés).Obsérvese no sólo el parecido de los tipos, sino la imitación de la letra
gótica en la sinopsis semanal y en el "continuará", así como el uso de las cursivas
para señalar los diálogos. Como debe ser.
Otro aspecto que no me ha gustado al leer el folleto publicitario —y esto tiene que ver menos con la edición propiamente dicha que con la política editorial de quien la ha hecho— es que, en aquella parte que dedica a hablar de las diferentes ediciones realizadas en España, no dice absolutamente nada de la realizada por Manuel Caldas. Que Planeta no mencione tampoco la suya anterior me parece lógico —pues no es como para sentirse muy orgulloso de ella—, pero que ignore de tal forma la que puede ser considerada mejor edición realizada hasta el momento, me parece bastante desleal e interesado. Poco serio, la verdad.
© Planeta de Agostini
Si Planeta parte de la edición alemana de Bocola, tal como ya he dicho antes, no entiendo por qué motivo en el folleto publicitario tantas veces mencionado, lejos de especificarse este punto se habla del «color de la edición original estadounidense». La editorial española no falta a la verdad al decir esto, desde luego, pero pareciera que quiere dar a entender que ha acudido directamente a la fuente original, cuando el material empleado ha sido, en realidad, el de la editorial alemana, que realizó su edición a base del escaneo de páginas de periódicos norteamericanos debidamente restauradas. Imagino que será una estrategia comercial, para no dar la impresión de que dependen de otra editorial. Y algo parecido pienso cada vez que leo eso de "edición definitiva". Evidentemente, cualquier aficionado que esté un poco al tanto de los problemas que plantea una edición de esas características, sabe que la publicidad de Planeta no es todo lo sincera que sería deseable. Expertos como Manuel Caldas, o mis amigos y compañeros de Cómic, Historietas, Tebeos —estos últimos en el soberbio número monográfico extra de su revista impresa del mismo título que dedicaron a Prince Valiant—, ya han dejado claro que toda edición de esta obra que quiera ser verdaderamente definitiva tiene que pasar por una serie de filtros, de servidumbres y de trabajo que, pocos editores estarían dispuestos a financiar. El punto de partida, en cualquier caso, estaría en la edición en blanco y negro realizada por el citado Caldas, única que presenta una base de línea lo suficientemente nítida y de calidad como para realizar el posterior coloreado y todo lo demás (rotulación, trama, etc.). De hecho, tanto la edición de Bocola como ésta de Planeta que se basa en ella presentan una nitidez de línea no demasiado buena, comparadas con la del portugués. Así pues, parece que deberemos seguir esperando. Pero mientras, quizá este nuevo coleccionable de Planeta sea una alternativa interesante para quienes, sin dominar el inglés o el alemán, quieran acercarse a esta obra maestra del cómic sin necesidad de pasar por la citada de Bocola o la norteamericana de Fantagraphics.
Y voy concluyendo. Aunque, por una parte, me parece estupendo que se vuelva a editar en España la gran creación fosteriana —sobre todo si, como se anuncia en el preview, en esta ocasión se hará con bastante mayor dignidad que en la precedente—, por otro lado pienso que si de recuperar clásicos del Noveno Arte se trata, y puesto que Prince Valiant ya estaba siendo magníficamente editado por el bendito Manuel Caldas, ¿no habría sido mucho mejor que PdA hubiera dedicado todos sus esfuerzos a continuar con la edición de clásicos de prensa que inició con Terry and the Pirates, Rip Kirby, Modesty Blaise, etc. ¿No han pensado los responsables de Planeta que, quizá, habría sido más interesante mejorar esas obras ya editadas (en general bastante mal) u ofrecer a los aficionados españoles nuevas ediciones de series que se hallan completamente agotadas desde hace muchísimos años, o que no han venido nunca a nuestro país, en lugar de volver a publicar otra vez una que ya estaba en marcha (y con una calidad insuperable)? Mi amigo y colega Emilio Aurelio Gil recuerda en su blog los casos de Johnny Hazard, Big Ben Bolt, Mort Cinder y Ticonderoga (entre los títulos americanos) y los de Asterix y Blueberry entre los europeos. Pero a ellos podríamos añadir otros muchos que harían las delicias del público español, y que o no se han visto nunca por estos lares, o se editaron hace bastante tiempo: Steve Canyon, Secret Agent X-9, Captain Easy, Mickey Mouse (de Gottfredson), Rusty Riley, Mary Perkins on Stage, Cisco Kid, los Flash Gordon de Dan Barry o Russ Maning, una buena reedición de El hombre enmascarado, etc. O, ya puestos, ¿por qué no hacer los esfuerzos necesarios para continuar con títulos que se cortaron inesperadamente en su momento, dejando a quienes los seguíamos más colgados que un mono? Pienso en los casos (sangrantes, por cierto) de Popeye y Krazy Kat.
Hay quien, un tanto maliciosamente, ha apuntado la posibilidad de que Planeta hubiera hecho esta maniobra de nueva edición para impedir que otra editorial fuerte en España se hiciera con unos derechos que la multinacional catalana ya estaba a punto de perder. Es posible, no niego dicha posibilidad. Yo mismo pensé, en su momento, que podría ser esa otra editorial —creo que todos pensamos en la misma— quien iba a tomarle el relevo a Planeta y que, a lo mejor contaba con el trabajo y la experiencia de Manuel Caldas para sacar adelante la que, quizá, podría haber sido edición "definitiva", de verdad, de Prince Valiant. No ha sido así.
En fin, Serafín. De todas formas, esto es mejor que nada (por el momento). De modo que si el nuevo coleccionable de PdA tiene la calidad suficiente y llega a buen término yo me alegraré sobremanera. Conste pues, en este sentido, que ojalá sea un éxito la colección y que todos los aficionados terminemos ganando. Aunque yo, personalmente, preferiría que Manuel Caldas pudiera concluir su edición de Prince Valiant en grandioso blanco y negro. Ayudado, o él solo (que se vale muy bien).