lunes, 23 de junio de 2014

"ORGULLO Y SATISFACCIÓN": LA ALTERNATIVA DIGITAL DE LOS DISIDENTES DE "EL JUEVES"




SUPONGO que a estas alturas de la película ya sabrán todos ustedes que los dimitidos o disidentes de El Jueves decidieron lanzar una publicación digital por su cuenta para "celebrar" la proclamación del nuevo rey Felipe VI y hacer su particular despedida a don Juan Carlos I. Orgullo y satisfacción se titula la cosa y está disponible, desde el pasado miércoles, para quien desee descargársela por 1,50 euros como mínimo. Según puede verse en la blogosfera, y a juzgar por la opinión de quienes han seguido de cerca todo el proceso (por ejemplo aquí), parece ser que el proyecto —gestionado a través de la editorial independiente ¡Caramba!— ha sido un éxito sin precedentes, llegando a las 21.000 descargas cuando tan sólo habían transcurrido 22 horas desde su anuncio (lo que ocurrió el jueves 19) y habiendo alcanzado ya las 30.000 bajadas. Todo un triunfo, pues, que sin duda hará reflexionar a sus responsables sobre la conveniencia de traspasar lo publicado al formato papel (para aquellos que lo deseen) e, incluso, de dar continuidad en el tiempo a un proyecto que ha demostrado la utilidad y plena validez de las nuevas tecnologías digitales aplicadas al mundo de la historieta y el humorismo gráfico, especialmente cuando se tiene la suficiente cobertura mediática (que, en este caso, vino dada, en buena medida, por toda la polémica que se generó alrededor de la famosa portada censurada por los editores de El jueves).

© Albert Monteys y ¡Caramba!


Al analizar la "espantá" de los colaboradores del semanario satírico en una entrada anterior, ya manifesté mi seguridad de que estos seguirían dando que hablar. También dije —porque era lógico— que la única forma de que pudieran decir lo que deseaban era hacerlo de manera independiente, en un medio autogestionado por ellos mismos de manera directa, o apoyado por alguien completamente identificado con sus ideas. Y así ha sido en ambos casos, como se ha podido ver. Me alegro del éxito y les deseo lo mejor para el futuro, tanto si deciden volver a El jueves —lo que no veo factible mientras siga siendo propiedad de RBA y mucho menos después del enorme éxito obtenido con la iniciativa de Orgullo y satisfacción a través de las redes—, como si continúan en este viaje por su cuenta y bajo el formato digital (que será lo más probable: de hecho, en cuanto tengan un momento para reflexionar, seguro que llegan a la conclusión de que este experimento puede tener recorrido de futuro).

© Bernardo Vergara y ¡Caramba!


He leído Orgullo y satisfacción y debo decir que, pese a su buena factura, no coincido con las alabanzas (desmesuradas, en mi opinión) que se le han dedicado por parte de ciertos blogueros (algunos de los cuales, casualmente, son muy amigos de los propios autores: pueden pinchar aquí, aquí y aquí). Es como un Jueves de toda la vida, pero con más chispa, elegancia e ingenio, principalmente porque en el proyecto han participado algunos de los mejores colaboradores del semanario satírico (y eso se nota mucho), pero también porque se ha realizado en unas condiciones muy especiales, con los autores poniendo toda la carne en el asador y renunciando al tono más escatológico, directo y facilón que utilizaban habitualmente en la revista. Lo que de verdad resulta admirable es el tiempo récord en que ha sido confeccionado: tan sólo nueve días. Ante esto sí que me quito el sombrero y me inclino, incluso de manera servil, para homenajear a los autores.

© Manel Fontdevila y ¡Caramba!


Es indudable que tras el éxito de público obtenido en torno a la iniciativa de Orgullo y satisfacción el tema de las nuevas tecnologías digitales, como medio para difundirse la historieta, volverá de nuevo al primer plano de un debate que lleva abierto desde hace algunos años. Quizá sea un tanto exagerado considerar esta experiencia como algo "histórico", pero no cabe duda de que marca un nuevo punto de inflexión para la historieta en España y de que puede convertirse en el pistoletazo de salida o el espejo en que mirarse para que las plataformas digitales finalmente se erijan aquí en verdadera alternativa al tradicional soporte de papel de los tebeos de toda la vida. Formato digital y una pequeña editorial gestionando el producto —que es lo que tenemos en el caso de Orgullo y satisfacción— no es algo completamente novedoso en nuestro país, pero sí adquiere una dimensión nueva y distinta cuando al análisis se une el factor de la enorme cantidad de público que ha conseguido aglutinar la iniciativa en tan sólo unos días. Ello puede darnos una idea muy aproximada sobre cómo funcionarían determinados productos si, además, están debidamente apoyados por una buena campaña de márketing (como la que han tenido los disidentes de El jueves). En fin, que se abre una vía de reflexión y una época muy interesantes después de esta experiencia tan peculiar.

Una de las mejores y más impactantes imágenes de todo el tebeo (© Manel Fontdevila y ¡Caramba!)


No obstante, lo que más me ha sorprendido de toda esta aventura a la que hemos asistido casi en directo durante las dos últimas semanas es la saña con que numerosos seguidores de El jueves han ido recibiendo las distintas entradas publicadas en la página web de la revista desde el episodio censor y, muy especialmente, la última petición de ayuda que se les lanzó el pasado 16 de junio, en una entrada donde se les pide que sigan apoyando la publicación a pesar de lo ocurrido (cosa que me parece, hasta cierto punto, bastante lógica). No entiendo, la verdad, cómo la gran admiración que antes profesaban estos lectores y simpatizantes al semanario satírico se ha convertido, de repente, y por un episodio concreto, en esa aversión visceral que se respira en los comentarios citados, así como en las redes sociales y en la blogosfera en general. Nunca imagine que vería una reacción tan airada, expeditiva y reduccionista como la que puede leerse en decenas de comentarios con los que me he topado por Internet en estos días. A ellos se refiere, por cierto, Manuel Darias en su página del Diario Avisos, que este domingo aparece dedicado al asunto de El jueves. Un artículo que ha sido criticado con innecesaria ironía por Pepo Pérez en una entrada cuyo primer párrafo, por cierto, deja sin contextualización lo que dice Darias, pues lo que éste ha denunciado es, precisamente, lo mismo que a mí me ha sorprendido: el espíritu revanchista y justiciero de esos seguidores de El jueves que —desde su incontaminada pureza progresista— están dispuestos a dejar caer el longevo y venerable semanario satírico por el simple hecho de que su redacción haya tenido que participar en un juego al que, más o menos, están sometidos todos los medios de comunicación del mundo mundial. ¿O acaso piensan las personas que ahora acusan a los trabajadores de El jueves de haberse bajado los pantalones (cosa que ni siquieran hicieron sus compañeros disidentes) que estas cosas sólo ocurren en las monarquías y no en las repúblicas? Y digo esto, porque casi todos ellos han interpretado este affaire precisamente en dicha clave política. Conste que no me estoy refiriendo aquí a la libertad que cada cual tiene para actuar como desee en toda esta cuestión —es decir, si consideras que no has de comprar más la revista pues lo haces y ya está—, sino a que se me hace difícil entender el jacobinismo, la intransigencia y el maximalismo (¿o deberíamos hablar, más bien, de idealismo e inocencia desmesurados?) de estos lectores y seguidores de El jueves. Si son capaces de comportarse de modo tan implacable con gente por la que, se supone, sentían bastante simpatía —compraban la revista, estaban identificados con sus contenidos y empatizaban con sus creadores—, ¿qué no harían tratándose de verdaderos adversarios ideológico-políticos? En fin, Serafín... Aun a riesgo de equivocarme, pienso que tal era la idea que deseaba transmitir Manuel Darias en su texto, no insultar de modo gratuito a estas personas (como deja caer Pérez en el artículo señalado).

© José Luis Martín y El Jueves pidiendo ayuda a sus lectores


Es evidente que después del éxito cosechado con Orgullo y satisfacción un nuevo camino parece abrirse para los colaboradores disidentes de El jueves. El triunfo de esta publicación digital, la buena acogida en las redes, la gran cobertura mediática que se le ha dado incluso en los medios generalistas (1), las perspectivas de futuro que ahora se presentan, etc. seguramente harán que la experiencia tenga continuidad. Ahora bien, si unimos todos estos elementos al revanchismo ya señalado de muchos de los antiguos seguidores de El jueves y le añadimos lo ocurrido en el acto de presentación del proyecto que tuvo lugar el pasado día 18 en un teatro del madrileño barrio de Lavapiés —donde algunos de los asistentes afirmaron que no tienen intención de volver a la que fuera su antigua revista— es posible que se le haya dado el "tiro de gracia" al semanario, haciendo que finalmente desaparezca después de una agonía que puede ser más o menos larga, en función de lo que sean capaces de aguantar quienes siguen luchando por su supervivencia. Con esto, desde luego, un servidor no había contado cuando pronosticó su continuidad en una entrada precedente.

© Guillermo y ¡Caramba!


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(1) Por eso no termino de entender muy bien el aire martirial y "resistente" que algunos han querido darle a toda esta cuestión de la censura empresarial de El jueves, hablando de la dura represión que soportan los artistas en nuestra democracia (que niegan), del escaso o nulo eco que todo este asunto ha tenido en los medios, etc. ¡¡Madre mía!! ¡¡Pero si el anuncio de la publicación de Orgullo y satisfacción salió publicado hasta en la página web de RTVE ya el día 16, antes de que se supiera el éxito obtenido a través de las redes!! ¿A esto es a lo que llamamos persecución terrible y censura intolerable de un régimen fascista? Digo yo que de alguna manera habrá contribuido esta cobertura informativa de los medios generalistas "vendidos" al régimen al éxito obtenido por Orgullo y satisfacción. ¿O también negamos eso? En fin, no sé...

4 comentarios :

  1. "Si son capaces de comportarse de modo tan implacable con gente por la que, se supone, sentían bastante simpatía —compraban la revista, estaban identificados con sus contenidos y empatizaban con sus creadores—, ¿qué no harían tratándose de verdaderos adversarios ideológico-políticos?" ¡Por favor, Alberich, no preguntes eso! Yo llevo ya unos pocos años preguntándomelo, viendo lo que veo y oyendo lo que oigo (por ejemplo, una alumna de 22 años, adepta del 15M en aquel entonces, me dijo que la Constitución había que cambiarla porque los que la redactaron eran unos ignorantes), y no encuentro ninguna respuesta que no me provoque tristeza y miedo. En cuanto al éxito de "Orgullo y satisfacción", me gustaría saber cuánto se debe a esas corrientes de solidaridad pasajeras que nos hacen sentirnos mejores al comprometernos con una nueva causa, hasta que otra venga a ocupar su lugar, y cuánto a verdaderos seguidores de estos dibujantes. En fin, como tú, les deseo lo mejor.

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  2. Bueno Rafa, pues efectivamente se confirma lo que anuncié en esta entrada: ya se sabe que Orgullo y satisfacción va a tener continuidad como revista digital mensual. Creo que El jueves está verdaderamente muerto... Requiescat in pace...

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  3. Lo siento por El Jueves y por sus lectores más fieles.

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  4. A mi el orgullo y satisfacción me parecio flojo flojo, como el jueves vamos, el único que se salva es Manel Fontdevila.

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