PODEMOS afirmar, sin temor a equivocarnos, que la nueva edición del clásico español Manos Kelly por Ponent Mon ha sido una de las noticias tebeísticas más importantes del pasado año y también del que llevamos andado. La ilusión con que la recibimos la mayoría de los aficionados veteranos que acostumbramos a reunirnos en torno a los mismos lugares de la tebeosfera fue innegable, y se manifestó en forma de una avalancha de comentarios, parabienes, sugerencias y felicitaciones a la editorial, que se hicieron públicos tanto en el momento de conocer la buena nueva, como en los meses posteriores. Todos teníamos depositada nuestra confianza en que la editorial de Amiran Reuveni haría una edición como, según pensábamos, se merecía Antonio Hernández Palacios: es decir, algo que sirviera —y así lo dije en la primera entrada que dediqué a tan gran noticia— para perdurar durante un largo tiempo, pues es de imaginar que después de esta iniciativa, otra nueva para editar la misma obra no parece (y es lógico) que vaya a realizarse a corto plazo.
Pues bien, ¿podemos decir, con el libro ya entre las manos, que las expectativas planteadas se han cumplido? Es verdad que, en general, uno casi nunca ve cubiertas sus esperanzas con proyectos que le son muy deseados (bien se trate de la lectura de una novela cuya salida se aguardaba con impaciencia; bien de un viaje en el que habíamos depositado todas nuestras ilusiones; bien de una película o una obra de teatro de la que nos habían hablado positivamente; bien de un disco sobre el que teníamos magníficas referencias, etc.). Y algo de esto, debo reconocerlo, ha ocurrido con el libro de Manos Kelly. Pero, en esta ocasión, la impresión negativa no se debe sólo a que lo imaginado —como sublimación de una idea— superase a lo que luego ha sido la realidad, sino porque hay causas objetivas y cuantificables que la justifican, y voy a intentar enumeralas a continuación aportando mis argumentos.
Empezaré haciendo algunas reflexiones sobre la "filosofía" que, a mi modesto entender, debería haber presidido esta "histórica" reedición del Manos Kelly. Precisamente por ese carácter de hito, y al tratarse de un título tan paradigmático dentro de la historia del tebeo español, la edición de Ponent Mon tendría que haberse enfocado desde un planteamiento completista, con la mirada puesta en el futuro y algo más de ambición, ofreciendo materiales artísticos y analíticos que los lectores habríamos agradecido con toda seguridad. Por ejemplo, habría sido muy deseable la inclusión en el volumen de un buen estudio introductorio, dirigido a contextualizar la historia de la creación de esta obra, así como a analizarla con detalle. Pienso que un texto de tales características no sólo habría recibido el beneplácito de los aficionados veteranos, sino que también habría sido el mejor modo de presentar la serie a los nuevos lectores que no la conocen de nada. Incluso aunque ello hubiera supuesto incrementar un poco el precio de venta del libro, ya que justificando de manera adecuada la medida, muy probablemente los "efectos colaterales" de la misma podrían haberse minimizado. ¿Pero qué se ofrece, en cambio? Pues un breve texto de presentación —firmado por Luis Alberto de Cuenca, eso sí, pero lleno de lugares comunes y de ideas repetidas por haber aparecido en otras contribuciones de este mismo autor— que resulta bastante descorazonador, pues no aporta absolutamente nada al conocimiento o disfrute de las historias incluidas en el integral. Para que entiendan los motivos de mi desilusión a este respecto, voy a hacerles la siguiente confidencia que les resultará ilustrativa: desde que tuve noticia de esta edición se me ocurrió la idea de redactar un amplio artículo en el que se estudiara la serie con el detalle que merece. Pero al enterarme de que Ponent Mon tenía pensado contar con la colaboración de De Cuenca, opté por esperar hasta que el libro estuviera en los anaqueles para utilizar lo que éste pudiera decir en su artículo. Pues bien, una vez leído dicho prólogo, ahora mismo creo que sigue siendo necesario —imprescindible, más bien— ese estudio monográfico sobre Manos Kelly, pues no tenemos nada parecido hasta la fecha. Reconozco que, en este caso, el problema reside únicamente en mí, y no en el texto a que me refiero —pues, a la postre, el trabajo de De Cuenca cumple perfectamente su función introductoria, eso es verdad—, pero a pesar de todo no puedo evitar seguir pensando que los responsables de la edición tenían que haber sido más ambiciosos, encargando ese texto analítico que aún no tenemos.
Ahora bien, mucho peor que todo esto es el hecho de que no se hayan incluido en el integral las portadas originales de la edición española, optando por utilizar, en su lugar, una insípida selección de viñetas de la obra que hacen las veces de dichas portadas y separan las historias entre sí. ¿De verdad tanto habría costado utilizar dichas portadas o introducir, en su caso, en una especie de apéndice al final del libro, las maravillosas ilustraciones que realizó Antonio para la colección Trinca —con la excepción de la archifamosa que abre este integral—, e incluso aquellas otras que dibujó para ediciones extranjeras de la obra, así como la preciosa ilustración que se utilizó para los interiores de cubiertas en los dos primeros álbumes de la edición realizada por Doncel (en el primero con un bitono naranja/blanco, y en el segundo con el sencillo blanco/negro)? ¿Quizá no se ha hecho porque el artista no las conservaba, o había que pagar a otras editoriales por reproducirlas? En tal caso, habría bastado con una pequeña nota del editor advirtiéndonos del hecho, o incluso la reproducción testimonial de dichas portadas e ilustraciones, extraídas de publicaciones anteriores.
Y aún queda por señalar, en el "debe" de esta edición, otro aspecto que me parece tan grave o más que el anterior: me refiero, claro está, a la desafortunada decisión de imprimir en blanco y negro 37 planchas de las 46 que conforman el segundo volumen de la serie, titulado La montaña del oro. En la página con los créditos legales del libro, y a través de una breve nota, el editor se lamenta de esta circunstancia e intenta luego hacernos ver la parte positiva de este significativo contratiempo, señalando que, gracias a él, podemos apreciar el trabajo de Antonio Hernández Palacios en blanco y negro. Evidentemente es un modo, como cualquier otro, de minimizar lo que puede ser considerado el déficit más importante de esta edición. Y es que el hecho de ofrecernos en blanco y negro una cantidad tan grande de material que, en origen, se publicó en color, hace que el nuevo integral de Ponent Mon resulte no sólo incompleto, sino bastante superfluo en este sentido. ¿De verdad que no se ha podido hacer nada para paliar dicha situación? ¿No ha sido posible, en la era de la tecnología, realizar un esfuerzo y, utilizando como muestra las ediciones originales de Doncel, haber dado color a las planchas que no lo han conservando, señalándolo adecuadamente en cada una de ellas, para aviso del lector? ¿Tan caro habría resultado hacer esto? ¿Y, en caso afirmativo, no habría sido preferible arriesgarse poniendo un precio algo más elevado al libro, pero a cambio de ofrecerle al público un producto realmente duradero y definitivo? En fin, Serafín... Sus razones habrá tenido el editor para actuar como lo ha hecho, pero creemos sinceramente que se trata de una decisión errada y que se ha perdido una gran oportunidad.
Siguiendo con el tema de la falta de color, hay otra cuestión a la que intentaré dar respuesta en cuanto tenga la menor oportunidad, y es la de averiguar si las planchas del episodio conocido como "La juventud de Manos Kelly" —que Antonio dibujó a principios de los 80 y que fueron publicadas en el nº 61 (1981) de Metal Hurlant (la revista de Les Humanoïdes Associés, que también le encargaron la adaptación de Los cantos de Maldoror, de Lautremont), así como en los números 0 y 1 de la española Saloon—, fueron pensadas para ser publicadas originalmente en color. Yo he visto los originales de dicha historia y están en blanco y negro, de eso no hay la menor duda. Pero en la revista Saloon se publicaron coloreados y con un estilo que, desde luego, permitía pensar en que el propio Antonio había sido el responsable mismo de ese color, aplicándolo —como ocurrió en buena parte de su obra— no directamente sobre los originales, sino en una prueba de azul o con otra técnica similar. En caso de que se confirmara dicha autoría, resultaría que el número de planchas carentes de color en esta edición integral de Ponent Mon ascendería, por tanto, a 53 (*).
Aunque es peccata minuta, comparado con lo que he dicho hasta el momento, tampoco veo muy acertado que se haya incluido al principio del álbum la referida historia de "La juventud de Manos Kelly". Creo que dicha ubicación dentro del libro rompe el poético inicio que Antonio realizó para la serie, con esas primeras planchas en las que vemos a un abatido Manos Kelly cabalgando por un alucinado paisaje desértico que se abrasa bajo un cielo de tonos rojos, anaranjados y amarillos, y en el que nuestro protagonista se arrastra ensimismado en sus pesimistas reflexiones sobre la guerra y la condición humana. Particularmente pienso que habría sido mejor ubicar este episodio al final del álbum o, como mucho —siguiendo un criterio de estricta ordenación cronológica— entre medias de La tumba de oro y La guerra Cayuso (episodio que publicó Ediciones García y Beá en 1984), añadiendo en cualquier caso una nota en la que se indicase cuándo se hizo, por qué y dónde se publicó. Su posición actual, a la cabeza del integral, no aporta nada y favorece el trastorno ya señalado.
Paso por alto cuestiones como el precio del libro —hubo un tiempo en que fui crítico con este aspecto de las ediciones de Ponent Mon, pero después de hacer cuentas reconozco que no son tan elevados como me parecían al principio— y el tamaño de la edición, que tampoco es, precisamente, el mejor posible. Pero esto último es algo que no debería sorprendernos, porque lo conocíamos desde hace tiempo, al haber sido difundido en la preview que lanzó Ponent Mon meses atrás. Una verdadera lástima, en cualquier caso, no haber aprovechado esta ocasión para sacar algo más grande —yo propuse, en su momento, un tamaño parecido al que utilizó Ikusager en su colección "Imágenes de la Historia"— y que le hiciera justicia a los magníficos dibujos de Antonio. Nada hemos ganado en este sentido, pues el tamaño utilizado por Ponent Mon es prácticamente el mismo que se empleó en la colección Trinca. Un pelín más grande, si me apuran, el de los álbumes de la vieja edición de Doncel, pero nada que sea realmente significativo, pues hablamos de muy pocos milímetros.
Pero no todo son cosas negativas o susceptibles de ser mejoradas en el nuevo integral de Ponent Mon. Por ejemplo, yendo de menos a más empezaré diciendo que no me parece mala decisión la idea de reproducir las cabeceras con los títulos de los álbumes sólo al principio de cada historia, pues tampoco se trataba de hacer una edición facsímil de la de Trinca. De hecho, la propia Editorial Doncel tampoco fue en esto demasiado cuidadosa, pues no en todos los casos reprodujo dicha cabecera en su edición de formato álbum. En Manos Kelly y La montaña del oro, por ejemplo, sí aparece en todas las páginas, pero en el tercero (La tumba de oro) no se reprodujo en ninguna. Y lo cierto es que existía, pero sólo se utilizo en la edición por entregas de la revista (que ha sido, precisamente, la recuperada con gran tino por Ponent Mon para incluirla en su integral sólo en la primera página de dicho álbum). Así pues, ganamos en coherencia y estética, lo que no es poco.
Más importante aún que el aspecto señalado es el que se refiere a la reproducción propiamente dicha de los originales de Hernández Palacios. Y aquí sí que se nota que Ponent Mon ha hecho los deberes (ayudada, claro está, por la mejor técnica disponible hoy día). Basta realizar una somera comparación entre los viejos álbumes de Doncel (**) y el integral que estamos analizando para percatarse de cuánto se ha mejorado en este ámbito. No es sólo que la edición de la colección Trinca incluya algunos importantes errores de maquetación —con desajustes de planchas, que aparecen descuadradas respecto de los márgenes (por ejemplo en diferentes páginas del primer volumen) y zonas de mala impresión—, sino que todo tiene menos detalle, viéndose un conjunto más empastado e impreciso. Para empezar, la línea y el negro son, por supuesto, menos intensos. La primera, además, tiene mucha menos definición y aparece empastada en numerosos lugares, haciendo que se pierdan los detalles del trazo y de las tramas en el dibujo. En cuanto a los colores, están más saturados, son menos brillantes y además se ha perdido, en buena medida, el detalle de las pinceladas aplicadas por Hernández Palacios. En la Edición de Ponent Mon, sin embargo, todos estos fallos y defectos no se encuentran, destacándose mucho mejor el trabajo realizado por el artista madrileño, tanto en el blanco y negro como en el color. Aquí sí que hemos ganado bastante cuando lo comparamos con lo que ya había antes. Y lo mismo ocurre en lo que podríamos denominar el "apartado soporte", al tratarse de una cuidada edición en tapa dura, para la que se ha utilizado un tipo de papel con características de gramaje, cuerpo, satinado y calidad muy superiores a las de las ediciones precedentes.
En resumen: impresión agridulce la que me ha producido esta esperada edición que Ponent Mon ha hecho de uno de mis tebeos favoritos, pues si bien es cierto que hace justicia a la obra en cuanto a reproducción se refiere, en términos generales y al compararla con tentativas precedentes vemos que tampoco hemos avanzado tanto como algunos hubiéramos deseado hacia una edición definitiva. Mi consejo, si en algo vale, es que los nuevos lectores que no conozcan la serie deberían agenciarse ya mismo un ejemplar para paliar tal situación. En cuanto a los aficionados que ya tengan los viejos tebeos de Doncel y de la colección "Rambla Color" deberán decidir si les conviene gastarse el dinero en esta nueva edición para disfrutar de una impresión y un color bastante mejores que los ya existentes (con el hándicap de las páginas en blanco y negro), o si, por el contrario, prefieren seguir solazándose exclusivamente en sus viejos álbumes. En sus manos está la decisión...
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(*) Si en Saloon se presentaron en color es difícil pensar que Les Humanoïdes las publicaran en blanco y negro. Aunque no estoy seguro de este punto, pues no he tenido ocasión de consultar su edición francesa.
(**) En mi análisis únicamente he tomado en consideración estos, dejando de lado la edición por entregas que se publicó en la revista Trinca (que, por supuesto, cuando se estudia con detalle también tiene sus características y peculiaridades).
Pues bien, ¿podemos decir, con el libro ya entre las manos, que las expectativas planteadas se han cumplido? Es verdad que, en general, uno casi nunca ve cubiertas sus esperanzas con proyectos que le son muy deseados (bien se trate de la lectura de una novela cuya salida se aguardaba con impaciencia; bien de un viaje en el que habíamos depositado todas nuestras ilusiones; bien de una película o una obra de teatro de la que nos habían hablado positivamente; bien de un disco sobre el que teníamos magníficas referencias, etc.). Y algo de esto, debo reconocerlo, ha ocurrido con el libro de Manos Kelly. Pero, en esta ocasión, la impresión negativa no se debe sólo a que lo imaginado —como sublimación de una idea— superase a lo que luego ha sido la realidad, sino porque hay causas objetivas y cuantificables que la justifican, y voy a intentar enumeralas a continuación aportando mis argumentos.
© Ponent Mon |
© Ponent Mon
Ahora bien, mucho peor que todo esto es el hecho de que no se hayan incluido en el integral las portadas originales de la edición española, optando por utilizar, en su lugar, una insípida selección de viñetas de la obra que hacen las veces de dichas portadas y separan las historias entre sí. ¿De verdad tanto habría costado utilizar dichas portadas o introducir, en su caso, en una especie de apéndice al final del libro, las maravillosas ilustraciones que realizó Antonio para la colección Trinca —con la excepción de la archifamosa que abre este integral—, e incluso aquellas otras que dibujó para ediciones extranjeras de la obra, así como la preciosa ilustración que se utilizó para los interiores de cubiertas en los dos primeros álbumes de la edición realizada por Doncel (en el primero con un bitono naranja/blanco, y en el segundo con el sencillo blanco/negro)? ¿Quizá no se ha hecho porque el artista no las conservaba, o había que pagar a otras editoriales por reproducirlas? En tal caso, habría bastado con una pequeña nota del editor advirtiéndonos del hecho, o incluso la reproducción testimonial de dichas portadas e ilustraciones, extraídas de publicaciones anteriores.
Tres ilustraciones, tres, de las que dibujó Antonio para algunas ediciones extranjeras de su obra.
En este caso se trata de las realizadas para la francesa de Les Humanoïdes Associés,
que fueron también utilizadas en Alemania
que fueron también utilizadas en Alemania
Y aún queda por señalar, en el "debe" de esta edición, otro aspecto que me parece tan grave o más que el anterior: me refiero, claro está, a la desafortunada decisión de imprimir en blanco y negro 37 planchas de las 46 que conforman el segundo volumen de la serie, titulado La montaña del oro. En la página con los créditos legales del libro, y a través de una breve nota, el editor se lamenta de esta circunstancia e intenta luego hacernos ver la parte positiva de este significativo contratiempo, señalando que, gracias a él, podemos apreciar el trabajo de Antonio Hernández Palacios en blanco y negro. Evidentemente es un modo, como cualquier otro, de minimizar lo que puede ser considerado el déficit más importante de esta edición. Y es que el hecho de ofrecernos en blanco y negro una cantidad tan grande de material que, en origen, se publicó en color, hace que el nuevo integral de Ponent Mon resulte no sólo incompleto, sino bastante superfluo en este sentido. ¿De verdad que no se ha podido hacer nada para paliar dicha situación? ¿No ha sido posible, en la era de la tecnología, realizar un esfuerzo y, utilizando como muestra las ediciones originales de Doncel, haber dado color a las planchas que no lo han conservando, señalándolo adecuadamente en cada una de ellas, para aviso del lector? ¿Tan caro habría resultado hacer esto? ¿Y, en caso afirmativo, no habría sido preferible arriesgarse poniendo un precio algo más elevado al libro, pero a cambio de ofrecerle al público un producto realmente duradero y definitivo? En fin, Serafín... Sus razones habrá tenido el editor para actuar como lo ha hecho, pero creemos sinceramente que se trata de una decisión errada y que se ha perdido una gran oportunidad.
© Ponent Mon
Siguiendo con el tema de la falta de color, hay otra cuestión a la que intentaré dar respuesta en cuanto tenga la menor oportunidad, y es la de averiguar si las planchas del episodio conocido como "La juventud de Manos Kelly" —que Antonio dibujó a principios de los 80 y que fueron publicadas en el nº 61 (1981) de Metal Hurlant (la revista de Les Humanoïdes Associés, que también le encargaron la adaptación de Los cantos de Maldoror, de Lautremont), así como en los números 0 y 1 de la española Saloon—, fueron pensadas para ser publicadas originalmente en color. Yo he visto los originales de dicha historia y están en blanco y negro, de eso no hay la menor duda. Pero en la revista Saloon se publicaron coloreados y con un estilo que, desde luego, permitía pensar en que el propio Antonio había sido el responsable mismo de ese color, aplicándolo —como ocurrió en buena parte de su obra— no directamente sobre los originales, sino en una prueba de azul o con otra técnica similar. En caso de que se confirmara dicha autoría, resultaría que el número de planchas carentes de color en esta edición integral de Ponent Mon ascendería, por tanto, a 53 (*).
Tres ejemplos (tomados de la revista Saloon) donde se ve el color aplicado al episodio referido: los tonos,
la audacia en su empleo, el estilo de coloreado (con pinceladas enérgicas y muy contrastadas)
invitan a pensar que el trabajo lo realizó el propio Hernández Palacios
Aunque es peccata minuta, comparado con lo que he dicho hasta el momento, tampoco veo muy acertado que se haya incluido al principio del álbum la referida historia de "La juventud de Manos Kelly". Creo que dicha ubicación dentro del libro rompe el poético inicio que Antonio realizó para la serie, con esas primeras planchas en las que vemos a un abatido Manos Kelly cabalgando por un alucinado paisaje desértico que se abrasa bajo un cielo de tonos rojos, anaranjados y amarillos, y en el que nuestro protagonista se arrastra ensimismado en sus pesimistas reflexiones sobre la guerra y la condición humana. Particularmente pienso que habría sido mejor ubicar este episodio al final del álbum o, como mucho —siguiendo un criterio de estricta ordenación cronológica— entre medias de La tumba de oro y La guerra Cayuso (episodio que publicó Ediciones García y Beá en 1984), añadiendo en cualquier caso una nota en la que se indicase cuándo se hizo, por qué y dónde se publicó. Su posición actual, a la cabeza del integral, no aporta nada y favorece el trastorno ya señalado.
La viñeta de apertura del cuarto álbum de la serie, que carecía por completo de cabecera ilustrada
Paso por alto cuestiones como el precio del libro —hubo un tiempo en que fui crítico con este aspecto de las ediciones de Ponent Mon, pero después de hacer cuentas reconozco que no son tan elevados como me parecían al principio— y el tamaño de la edición, que tampoco es, precisamente, el mejor posible. Pero esto último es algo que no debería sorprendernos, porque lo conocíamos desde hace tiempo, al haber sido difundido en la preview que lanzó Ponent Mon meses atrás. Una verdadera lástima, en cualquier caso, no haber aprovechado esta ocasión para sacar algo más grande —yo propuse, en su momento, un tamaño parecido al que utilizó Ikusager en su colección "Imágenes de la Historia"— y que le hiciera justicia a los magníficos dibujos de Antonio. Nada hemos ganado en este sentido, pues el tamaño utilizado por Ponent Mon es prácticamente el mismo que se empleó en la colección Trinca. Un pelín más grande, si me apuran, el de los álbumes de la vieja edición de Doncel, pero nada que sea realmente significativo, pues hablamos de muy pocos milímetros.
Las tres preciosas cabeceras de la serie, a las que me refiero en el siguiente párrafo
Pero no todo son cosas negativas o susceptibles de ser mejoradas en el nuevo integral de Ponent Mon. Por ejemplo, yendo de menos a más empezaré diciendo que no me parece mala decisión la idea de reproducir las cabeceras con los títulos de los álbumes sólo al principio de cada historia, pues tampoco se trataba de hacer una edición facsímil de la de Trinca. De hecho, la propia Editorial Doncel tampoco fue en esto demasiado cuidadosa, pues no en todos los casos reprodujo dicha cabecera en su edición de formato álbum. En Manos Kelly y La montaña del oro, por ejemplo, sí aparece en todas las páginas, pero en el tercero (La tumba de oro) no se reprodujo en ninguna. Y lo cierto es que existía, pero sólo se utilizo en la edición por entregas de la revista (que ha sido, precisamente, la recuperada con gran tino por Ponent Mon para incluirla en su integral sólo en la primera página de dicho álbum). Así pues, ganamos en coherencia y estética, lo que no es poco.
La primera imagen corresponde a una de las páginas de la edición en álbum de La tumba de oro (sin cabecera,
como se ve). La segunda, a la primera página de esta historia, publicada en el número 47 de Trinca (con cabecera)
como se ve). La segunda, a la primera página de esta historia, publicada en el número 47 de Trinca (con cabecera)
Más importante aún que el aspecto señalado es el que se refiere a la reproducción propiamente dicha de los originales de Hernández Palacios. Y aquí sí que se nota que Ponent Mon ha hecho los deberes (ayudada, claro está, por la mejor técnica disponible hoy día). Basta realizar una somera comparación entre los viejos álbumes de Doncel (**) y el integral que estamos analizando para percatarse de cuánto se ha mejorado en este ámbito. No es sólo que la edición de la colección Trinca incluya algunos importantes errores de maquetación —con desajustes de planchas, que aparecen descuadradas respecto de los márgenes (por ejemplo en diferentes páginas del primer volumen) y zonas de mala impresión—, sino que todo tiene menos detalle, viéndose un conjunto más empastado e impreciso. Para empezar, la línea y el negro son, por supuesto, menos intensos. La primera, además, tiene mucha menos definición y aparece empastada en numerosos lugares, haciendo que se pierdan los detalles del trazo y de las tramas en el dibujo. En cuanto a los colores, están más saturados, son menos brillantes y además se ha perdido, en buena medida, el detalle de las pinceladas aplicadas por Hernández Palacios. En la Edición de Ponent Mon, sin embargo, todos estos fallos y defectos no se encuentran, destacándose mucho mejor el trabajo realizado por el artista madrileño, tanto en el blanco y negro como en el color. Aquí sí que hemos ganado bastante cuando lo comparamos con lo que ya había antes. Y lo mismo ocurre en lo que podríamos denominar el "apartado soporte", al tratarse de una cuidada edición en tapa dura, para la que se ha utilizado un tipo de papel con características de gramaje, cuerpo, satinado y calidad muy superiores a las de las ediciones precedentes.
Aun con todos los matices que se quieran poner al confrontar dos imágenes que ni proceden del mismo escáner,
ni son del mismo editor, en esta comparativa que les propongo creo que se pueden apreciar las mejoras
de la nueva edición (derecha) al compararla con la antigua (izquierda): mayor nitidez de línea,
más intensidad en los negros y un color bastante más equilibrado y cercano al original
más intensidad en los negros y un color bastante más equilibrado y cercano al original
En resumen: impresión agridulce la que me ha producido esta esperada edición que Ponent Mon ha hecho de uno de mis tebeos favoritos, pues si bien es cierto que hace justicia a la obra en cuanto a reproducción se refiere, en términos generales y al compararla con tentativas precedentes vemos que tampoco hemos avanzado tanto como algunos hubiéramos deseado hacia una edición definitiva. Mi consejo, si en algo vale, es que los nuevos lectores que no conozcan la serie deberían agenciarse ya mismo un ejemplar para paliar tal situación. En cuanto a los aficionados que ya tengan los viejos tebeos de Doncel y de la colección "Rambla Color" deberán decidir si les conviene gastarse el dinero en esta nueva edición para disfrutar de una impresión y un color bastante mejores que los ya existentes (con el hándicap de las páginas en blanco y negro), o si, por el contrario, prefieren seguir solazándose exclusivamente en sus viejos álbumes. En sus manos está la decisión...
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(*) Si en Saloon se presentaron en color es difícil pensar que Les Humanoïdes las publicaran en blanco y negro. Aunque no estoy seguro de este punto, pues no he tenido ocasión de consultar su edición francesa.
(**) En mi análisis únicamente he tomado en consideración estos, dejando de lado la edición por entregas que se publicó en la revista Trinca (que, por supuesto, cuando se estudia con detalle también tiene sus características y peculiaridades).
Buenos días.
ResponderEliminarVeo que tenemos opiniones comunes sobre esta edición, incluso ha ido usted más lejos en el tema del color, en el que incluye "La juventud de Manos Kelly".
Muy apropiado el comentario de que esta historia tenía que haber ido al final del tomo, ya que es la última dibujada sobre el personaje, y sobre todo, como muy bien dice usted, nos quita la maravillosa presentación del personaje -con el coyote-, en las dos primeras viñetas de la primera plancha del primer tomo.
Estoy también de acuerdo con usted, en el resto de sus comentarios, solamente como parte positiva, al menos en mi caso, la mejora de reproducción del tomo cuarto "La guerra cayuso", ya que en mi tomo de Ramba era bastante deficiente.
Bueno esperemos a ver si hay más comentarios sobre este tema.
Saludos y hasta otra ocasión.
Hola Anpugar, buenas tardes. Sí, al final --y después de haber analizado el integral con el ejemplar en la mano-- veo que, efectivamente, coincidimos en bastantes cosas. Es indudable, como ya digo en la entrada, que lo mejor ha sido la reproducción de las planchas (y entre ellas, cómo no, las del álbum La guerra Cayuso).
EliminarUn saludete y gracias por comentar...
Hace ya ocho años que abría al público mi blog Comics en extinción, planteado como una llamada de auxilio, como un grito antes de la desaparición del último cómic. Hoy, miro hacia atrás y me siento feliz y orgulloso. Reediciones de todo tipo se han sucedido estos años, mejorando cada vez mas el nivel, se han sucedido todo tipo de blogs, hemos entrado en contacto los últimos especímenes vivos que aún disfrutábamos de la narración gráfica y hemos puesto todo nuestro ahínco en incrementar el número. Y esta edición, me demuestra que algo hemos hecho bien.
ResponderEliminarAl final vas a convencerme, Emilio, de que hemos podido influir de alguna manera con nuestros humildes blogs en la actividad de los editores. Je, je, je... Ojalá fuera eso cierto, de verdad...
EliminarNo, en serio. Algo de razón sí que llevas al respecto --es posible que se dé esa influencia--, lo que pasa es que luego, después de haber tomado la idea de nuevos títulos, los editores no hacen demasiado caso de los consejos que les damos para mejorar aún más las ediciones (tamaño, apéndices, etc.). ¡Maldita sea...!
Un abrazo fuerte.
Claro que hemos influido d ealguna manera, no directamente, no decisivamente, pero hemos canalizado una corriente de opinión que andaba por ahí sin manifestarse. Estoy seguro de ello. Y de todos los blogs, los mas reivindicativos de reediciones son los que son. Pero una cosa está clara, el factor mas importante es que, si bien no hay gran negocio, no debe haber pérdidas, si las hubiera no estaríamos hablando de nada..
Eliminar...permitidme que os diga que Ponent Mon ya hacia mucho tiempo que estaba interesado en la obra de Palacios, pero como sabeis en este mundo hay un mundo oscuro, de trapicheos.... y otras lindezas, al final a prevalecido la nobleza, y se ha podido imprimirse esa obra, y las otras que seguiran...
EliminarNo veo aquí nobleza alguna, la verdad, solo chapucería.
Eliminar...no hay chapuza, es lo que hay, he sabido que en aquellos tiempos, los dibujantes pasaban verdaderos quebraderos de cabeza para hacer el coloreado, cogian rotuladores, los rompian y aprovechaban la tinta del interior, hay unos rotuladores que se escriben sobre una pizarra y despues con un trapo se borra, pues esa tinta sobre un papel, durante un tiempo se aguanta, pero al cabo de unos años es una masa deforme (tipo a un cuadro abstracto), menos mal que en una cartulina estaba el dibujo con tinta china y en otra cartulina lo coloreado, que si se hace todo junto en un solo papel, hoy seria todo historia, y cuando digo nobleza, digo nobleza de cara a los herederos, de cara al publico...ya no hablo...
EliminarMuy buena esta entrada sobre la edición de Ponent Mon, estoy de acuerdo con todo lo que comentas respecto a las deficiencias sobre esta edición integral de Manos Kelly, es una pena no poder disfrutar de esas 36 o 54 paginas en color, y no tener esas portadas españolas y francesas en la edición, esto podía haber sido un gran punto a su favor.
ResponderEliminarPero como ya comento en mi blog y tu bien explicas la reproducción es una pasada, nunca antes lo hemos visto con esta calidad, por eso pienso que reproducir esas paginas que faltan de otras ediciones, quizás no fuese lo mas acertado, aunque como bien dices hoy la técnica es increíble y quizás el color se podría haber sacado de otros sitios.
También queda saber si la primera historia tenia el color de Palacios o no.
Yo tengo la edición de Doncel y no hay color, la calidad de esta es evidente, pues ya han pasado unos años y el tema de la impresión ha avanzado mucho.
Después de tantos años esperando este integral, solo nos queda conseguirlo y nada mas, no queda otra.
Un saludo
Muchas gracias Francisco. Me alegro de que te haya satisfecho la entrada. Por lo demás, veo que coincidimos en nuestro diagnóstico sobre lo mejor de esta edición: la reproducción de las planchas, bastante superior a la precedente.
EliminarDisientes en lo de incluir color en las páginas que no lo llevan ahora, pero ten en cuenta que yo no he hablado de reproducir las viejas copias de Doncel --como he entendido que crees a juzgar por tu comentario--, sino de dar nuevo color en aquellas en las que éste falta, pero siguiendo fielmente (eso sí) lo que hizo Antonio en su momento (es decir, copiando lo que puede verse en los álbumes de la colección "Trinca"). Es algo completamente factible y que se ha hecho ya, con éxito, en otras ocasiones (en el Haxtur editado por Glénat España, por ejemplo, como bien ha recordado el amigo Sanchís en el comentario que sigue a estos dos nuestros).
Un saludete, amigo, y muchas gracias de nuevo.
Magnífica reseña que no hace más que aumentar mis dudas respecto a adquirir el integral o conformarme con los 4 tomos que poseo. Desde que descubrí Manos Kelly en las páginas centrales a color de Saloon se convirtió en mi grial de coleccionista pues quedé deslumbrado con el arte de Palacios. Es mi dibujante favorito y tengo toda su obra. Cuando supe que Ponent Mon publicaría un integral y advirtió que una aventura se publicaría en bn y de varias páginas no se conservaban los originales y se escanearían de otra edición comenzaron mis dudas sobre adquirirlo o conformarme con los cuatro tomos (La montaña de oro lo conseguí en Denver y a poco más de 20€ cuando aquí se pedían cifras altísimas por él).
ResponderEliminarA favor: la mala reproducción de trinca en cuanto al negro y las páginas movidas de la tumba de oro.
En contra: el que los aficionados esperemos ansiosos la edición de una obra exige cuidado y no vale todo y menos pagando 38€. Palacios era color y ofrecer La montaña de oro en bn es lamentable (en todocoleccion con el anuncio del integral había bajado el precio del albun de Trinca pero ahora ha vuelto a subir). Glenat se molestó recoloreando el Haxtur y la edición es muy buena.
Qué dilema
Hola Sanchís.
EliminarVamos a ver, este tipo de cuestiones relativas a los consejos siempre son un poco peliagudas (y subjetivas, claro), porque la situación (y la forma de pensar) de cada uno es particular y muy diversa. Pero así, en términos generales y según mi criterio personal te diría que no lo dudes: si quieres ver el dibujo y el color de Manos Kelly de una forma más cercana a como los realizó Antonio --aunque ya seas propietario de los viejos tebeos de Doncel y Rambla--, creo que has de hacerte con una copia de este nuevo integral, porque la reproducción es mucho, mucho mejor. Lástima lo del tamaño, que tendría que haber sido mayor (como ya he ido señalando, por activa y por pasiva, todas las veces que he hablado de esta nueva edición).
Pero todo depende, claro está, de multitud de factores: cuánto te interese Hernández Palacios y su obra, el dinero de que dispongas, el espacio que tengas en casa, etc. En fin, ya sabes.
Un saludete y bien observado lo de la edición de Haxtur (como ejemplo a seguir e imitar).
¿A alguien le parece un dibujo estático? :O
ResponderEliminar¿El dibujo de Hernández Palacios quieres decir? ¿Pero conoces su obra, amigo Anónimo, o es la primera vez que te acercas con detenimiento a ella?
EliminarHombre, Antonio podría tener muchos defectos como historietista --su personalísimo dibujo, de hecho, se caracteriza por algunas peculiaridades bien destacables para quienes conocemos su obra con cierta profundidad (por ejemplo: la dificultad para sacar parecido físico en los personajes, lo barroco y recargado de su trazo, la desproporción que se da, a veces, en algunas figuras, etc.)--, pero de ahí a decir que su dibujo era estático... ¡¡Pero si es el paradigma español de lo épico y aventurero...!! Si su obra tiene una fuerza indudable... Hombre, no sé... La cosa es cuestión de gustos, desde luego, ¿pero no será, quizá, que la opulencia y barroquismo de su estilo te echa un poco para atrás y te hace pensar en ese supuesto estatismo?
A ver, dime... Dime de dónde sacas tal conclusión. Déjame que te convierta en un forofo seguidor de Antonio... Je, je, je... Habla, o calla para siempre...
Un saludete.
Gracias por resolverme la duda. Palacios es desde que lo descubrí mi dibujante favorito, porqué no se parece a ningún otro. Su estilo es único y aunque tenga semejanzas con Toppi en la paga del soldado al cual admiraba no se asemeja a ningún autor. Palacios es dinamismo, son pinceladas sueltas, contrastes de colores cálidos y fríos, bocadillos únicos, paisajes y nubes únicas. La página del primer Manos en que corre perseguido por los indios y los amaga está viva, en movimiento. Era mejor dibujante que narrador y eso le hacía supeditar el dibujo a la historia y cuando contó con un guionista (Gourmelen), éste no era bueno. Pero lo que disfruto con los dibujos de Palacios no lo he sentido con otro autor.
EliminarAlberich, estoy de acuerdo Palacios, al igual que Víctor de la Fuente luce en grande, como lo editó Ikusager.
Saludos
¿Palacios estático? Nada mas lejos. Yo diría como que lo único achacable a su dibujo es la dificultad con las caras, no consigue fijar la caracterización de ciertos personajes.
EliminarHe comprado el integral de Manos Kelly y lo primero que pense es ¿Por qué no han coloreado de nuevo esas páginas en byn? Hay muchas y muy buenas formas de hacerlo. Estoy contigo Alberich en que Ponet Mon podía haber encargado colorear esas páginas. Por lo demás la reproducción es magnífica. Y en cuanto el formato, qué decir...
ResponderEliminarTengo un tomo de Antonio Hernández Palacios: "Una candela Lejana" de la colección Relatos del Nuevo Mundo, edición realizada expresamente, por la Sociedad Estatal Quinto Centenario que sólo editó 500 ejemplares numerados, (mi ejemplar es el 250) con unas medidas del tomo de 31.5 x 42. Así si da gusto disfrutar del arte de Palacios.
¿Os imaginais el tomo de Manos Kelly en esas dimensiones? En España, salvo Norma editorial, nadie edita en estos formatos.
Un saludo.
Buenos días. Las 16 páginas encargadas por los Humanoides son en color pues tuve el Metal Hurlant en que aparecieron y estoy seguro que lo aplicó Palacios, ya que su forma de darlo es inconfundible. Es cierto que en la exposición de Palacios en Conde Duque aparecían estas páginas en blanco y negro.
EliminarEn cuanto al formato: no es la miniatura ilegible del Tex de Aleta pero podrían aprender de Ernesto Santolaya, Pedro Tabernero y Joan Navarro (salvo cuando publica integrales en miniatura) y ofrecer tamaños que hagan justicia al detalle y calidad del dibujo de estos autores.
Finalmente, creo que me lo compraré pues viene plastificado y no hay manera de hojearlo previamente.
saludos
O sea, SANCHÍS, que entonces confirmas mis sospechas y crees que el color lo dio el propio Antonio... Bien, bien...
EliminarEn cuanto a lo del ejemplar retractilado, hombre yo no veo que eso sea un problema: pide en la librería que te lo abran para echarle una ojeada...
Bueno Juan, ni siquiera habría sido necesario que Ponent hubiera publicado un libro tan grande como el de esa edición especial que Tabernero imprimió de algunos títulos incluidos en la colección "Relatos del Nuevo Mundo". Con que lo hubiera editado en el formato estándar de dicha colección --o en el de Ikusager, como he dicho ya varias veces--, habríamos tenido una magnífica edición del integral de Manos Kelly para apreciar los dibujos de Antonio. Pero...
EliminarMira por donde, acabo de tirar 36 € en este integral.El tomo estaba precintado y ni se me pasó por la cabeza que 37 páginas serían en blanco y negro. Eso si, explican el motivo, en la página 2 y en letra muy pequeña. Intentaré devolverlo, me siento estafado, francamente.
ResponderEliminar¡Estoy más que harto de esta editorial, sus precios, sus explicaciones y sus majaderías. Jerry Spring, Ramiro...y ahora esto.
Las capas de color se perdieron. ¿Y que?, tienes el fotolito del B/N, de modo que saca el color de la revista TRINCA, por ejemplo, así de sencillo. Son 15 días de trabajo como mucho. Ahora claro, si quien os lo hace os pone los precios de los traductores de francés, el tomo no bajaría de 50€
Es una pena no poder aportar imágenes, os aseguro que tomado el color de TRINCA, convenientemente tratado y utilizando el B/N impreso, el resultado es perfecto. No hay diferencia alguna del resto de páginas en color.
El "glorioso" blanco y negro está muy bien, pero las cosas de Palacios son en color y pocos aplicaban el color como Antonio.
¡Pero hombre, Adolfo, ¿cómo no le pedís a los dependientes que os abrán el retractilado para mirar bien el contenido de lo que compráis...? Ya no sólo por lo que ha ocurrido en esta edición con las planchas en blanco y negro, sino porque el libro puede venir defectuoso...
EliminarComo ya dije en el texto de la entrada, yo con el tema de los precios de Ponent me he ido haciendo cada vez más comprensivo. Si te paras a echar cuentas y divides, compruebas que cada tomo por separado saldría a unos 11, 12 o 15 euros (que es un precio habitual en el mercado español por tebeos de esas características).
En cuanto a lo de la reconstrucción del color, pues sí Adolfo, qué quieres que te diga: no sólo habrán tenido los fotolitos, sino hasta los originales de Antonio, así es que. ¿Se puede pedir más? Por otro lado, me alegra que alguien que sabe del tema, como tú, confirme que la reconstrucción de los colores que he pedido en la reseña no habría sido tan dificultosa... En cualquier caso es una lástima haber perdido esta ocasión. En fin, Serafín...
Un saludete.
Yo pedí ese ejemplar porque, en un principio, la única nota que aportaba la página de Ponent fue parte del prólogo de Luis Alberto de Cuenca y no adelantaba este incidente. Una vez lo tuve en las manos y lo abrí, no lo adquirí. La verdad es que en mi tienda habitual son muy majos al respecto y...¡ojo!, compradores no le faltaban al libro.
EliminarYo conservo la obra de Hernández Palacios que habéis mencionado -por cierto, con respecto al estatismo; si Manos Kelly no convence; Eloy es una buena prueba de que el maestro domina la dinámica y el retrato. Porque Hernández Palacios es mucho Hernández Palacios; dibujante, ilustrador, pintor. Es más, con respecto al color, parece incluso que -a veces- se aplica en el fovismo.
De cualquier modo, tal vez mañana -como se dice- podamos disfrutar de una pieza más completa y regular en su conjunto.
PS; Yo sí me he desembarazado de los que conservaba de Derib puesto que el Buddy Longway propuesto por esta editorial, me convence mucho más.
Yo no me lo compraré, ya tenía mis dudas con una edición perfecta....Me quedaré con mis 4 tomitos más las dos Saloon. Desde luego una oportunidad perdida.
ResponderEliminarUn saludo
Keops
Donde yo compro los comics si hay algún defecto me lo cambian siempre, pero esto no es un defecto es....no se como llamarlo.
ResponderEliminarHe hecho una prueba rápida de la revista TRINCA y sale perfecto el B/N, que es lo más complicado. Luego limpiar, destramar, limpiar los colores, por corrección selectiva, blancos puros, unos toquecillos aquí y allá y página lista en CMYK para la imprenta, 20 minutos.
Entonces no lo entiendo, la verdad. Si es algo tan fácil de hacer por que el editor no lo ha hecho. Es cuestión de dinero? De fechas?. No lo entiendo.
EliminarKeops
Buenos días. Llevamos años reclamando la reedición de Manos Kelly por lo que no nos hubiera importado esperar un poco más en pos de una edición impecable. Además ahora se editan western de gran calidad (Django: 25€ Lobo de lluvia: 20€) a precios más competitivos, por lo que los de Ponent se arriesgan si no ofrecen una edición perfecta. Manos Kelly está dirigido a un lector minoritario conocedor de la obra de Palacios y que está dispuesto a pagar un precio alto por una buena edición y si ésta no cumple las expectativas se conformará con las ediciones anteriores. En fin, no es la edición definitiva.
ResponderEliminarOtra pregunta: habeís leído el integral de Los gringos de Víctor de la Fuente, tengo los 2 tomos de grijalbo y como en el 4º episodio no lo guioniza Charlier no me quiero arriesgar a comprarlo.
Saludos
Yo tengo el integral de Los Gringos en casa, pero no he podido leerlo aún. Conservo tambien los dos primeros libros que publicó Grijalbo (los únicos escritos por Charlier, si no recuerdo mal) y tuve la oportunidad, hace años, de leer en francés un par de tomos guionizados por Vidal. Y por lo que recuerdo, si bien es cierto que sus historias tenían menos "nervio", menos charme que las de Charlier, estaban muy bien construidas. Vidal --que era un sólido profesional y conocía muy bien al padre de Blueberry-- redimensionó la serie, la consolidó como tal y le dio mayor equilibrio, trabajando mucho más el conjunto de los personajes (que Charlier había descuidado, un tanto, para centrare en la figura de Pancho Villa, que es el verdadero protagonista de los dos primeros episodios). Además se mostró muy original, pues en un guiño al género western y a su antecesor en la serie introduce a Blueberry como protagonista de una de las historias... En conjunto sus álbumes no desmerecen, creo yo, de lo que hizo antes Charlier (pero ya digo que yo sólo he leído dos de los cuatro que escribió, así es que a ver si ahora enmiendo eso con este integral).
EliminarPor cierto, sólo me ha dado tiempo a echar una ojeada al prólogo que escribe Manuel Barrero (de gran ayuda para refrescar mis recuerdos sobre la serie) y, desde luego, no tiene color con lo que ha firmado Luis Alberto de Cuenca para el libro de Manos Kelly: mucho más interesante, informativo y orientador lo del "jefe" de Tebeosfera, "andevaparar".
Adolfo me ha enviado un par de muestras de páginas realizadas por él a partir de escaneados de la revista Trinca, debidamente retocadas para mejorarlas, y el resultado es más que satisfactorio.
ResponderEliminarCiertamente no se da la precisión que vemos en las páginas a color que los de Ponent Mon han escaneado directamente de los originales --donde, como yo decía en la entrada, se ven incluso hasta las pinceladas dadas por Antonio-- y también ocurre que la línea está más empastada que en la nueva edición, pero el conjunto es muy aceptable y resulta mucho más presentable que ofrecer tantas páginas en blanco y negro.
La verdad, yo tampoco entiendo muy bien lo que han hecho en Ponent Mon. Sólo si partimos de la idea de que pretendían realizar una edición basada exclusivamente en el escaneado directo de los originales se podría explicar su decisión de ofrecer tanto material en blanco y negro.
¿Os dais cuenta de los niveles de edición a los que estamos llegando? "se ven incluso las pinceladas dadas por Antonio". Hace pocos años esto era imposible. Y ahora se dice sin valorar, como algo casi normal. Felicidades a Ponent Mon.
ResponderEliminar...Emilio, es que se trabajo sobre los originales mismos y por eso salen las pinceladas...
EliminarNo son pinceladas eso que os llama la atención, son rotuladores Pantone usados para reparar defectos de color, ya que las primeras páginas está coloreadas sobre el original en cartulina de 50x70.
Eliminar...permitidme que haga "de abogado del diablo", la señora vda, del sr Palacios es quien tiene los derechos de su difunto esposo, y se tiene que imprimir tal como su esposo dejo los trabajos, las paginas en blanco y negro, solo estan asi, "no hay color", no se sabe si el sr Palacios no lo hizo...o si se hizo ¿se estropearon?, ¿o las mando a alguien y este alguien no las retorno a su propietario?..., pero la viuda no quiere que la obra de su difunto esposo sea manipulada por nadie..., habia un dilema, ¿se hace toda en blanco y negro?...¿o se hace tal como esta actualmente?, se ha obtado por hacerse tal como esta, lo que deciis que no se ha puesto, es que actualmente no hay o no se encuentran los originales de Doncel..., lo que si os puedo decir es que en otras dos naciones de Europa tambien se editara tal como esta la edicion de Ponent Mon... es una lastima, pero actualmente hay mucho problema en editar viejas glorias del comic, por ejemplo el Steve Cannyon, si se edita es gracias a archivo de la familia de Milton Cannif, en Johnny Hazard, pasa lo mismo, en USA lo editan, solo han aparecido los dos tomos primeros de tiras, ya hace tiempo que se espera salga el tercero y el primero de paginas dominicales (a color), y asi un monton de cosas...
ResponderEliminar¡Y dale! ¡ Si no se encuentran los "originales", es decir, los colores dados sobre pauta de azules para su reprodución, se utiliza lo reproducido de esos colores dados por Palacios en la revista Trinca, debidamente limpios y arreglados sin manipular nada. Tal y como fueron impresos la primera edición. Limpiar colores sucios, dejar los blancos limpios y ajustar los colores no es manipular señor abogado, Se saca de la revista y queda perfecto. Ya le ha dicho el señor Alberich que queda perfectamente, ha visto dos páginas y si me esfuerzo un pelín más, que aún puedo dejar el negro mejor, el resultado no tiene nada que desmerecer de lo que se ha obtenido de las pautas. Unicamente pueden estar los colores mas o menos altos, eso es todo.
ResponderEliminarEn la actualidad se ha mirado, y no se imprime bien eso que dices, en el ordenador queda de put...... madre, pero para la impresion queda malisimo el resultado final...
Eliminar...sobre LOS GRINGOS, os dire que los guionistas se han basado (a parte de empollarse todas las cintas de video que habian en aquellos tiempos sobre el tema) en una biografia de Pancho Villa, escrita por dos sobrinas carnales de ese personaje no ficticio mexicano, os puedo decir que los dos protagonistas norteamericanos hacen su trama paralelamente y basandose en los hechos que si ocurrieron en aquella epoca por Mexico, es decir vereis dos historias que paralelamente se mezclan y se desmezclan, es una lastima que no se haya podido seguir, pues nuestros gringos terminan cuando Emiliano Zapata y Pancho Villa van a encontrarse por el Sur mexicano, despues se unen los dos personajes, los norteamericanos al mando de un general USA entran en el conflicto (contra Villa)ya que este arraso una ciudad fronteriza americana... en fin aun hay material para hacer, haber si la editorial francesa se anima y con otro dibujante y tal vez otro guionista la reemprenden... yo de artista cogeria a Marini, es quien mejor sustituiria al maestro fallecido, bueno un saludo a todos, veo que este sitio es de personas "entendidas" al buen comic, sea de la nacionalidad que sea...
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo, Alberich, una decepción, una más. Parece que siempre falla algo, una cosa que falla en este caso de forma incomprensible es la falta de portadas. imperdonable. En fin. Con estos precios un paso más y nos acercariamos a la edición "perfecta", si es que eso existe que no creo. Pero si mi querido PV de Manuel Caldas no tiene tapa dura (como sí la tiene ese primer tomo de la edición USA) ¿qué podemos esperar? Otra vez será. O no.
ResponderEliminarUn saludo.
El integral tiene sus pros y contras.
ResponderEliminarLos pros: se aprecia el detalle de la plumilla de Palacios, los trazos de rotulador y sombreado que se perdía en la ediciones de Trinca. Además en mi edición de la tumba de oro las páginas de Fray Junípero y la historia de Murrieta están movidas y aquí no.
En contra: Palacios con el color lograba volumen, profundidad, distinción de planos. Además La montaña de oro tiene un color más pobre,más apresurado, con menos matices y sombreados que el resto, hay viñetas enteras en amarillo (me recuerda a El triunfo de Mac Coy) por lo que hubiera sido más fácil de recolorear tomando muestras de ediciones anteriores.
Este es un punto de vista coherente y correcto, salvo en lo que se refiere a las dos primeras páginas coloreadas en directo. Los retoques de rotulador fueron para indicar a la fotomecánica que arreglaran un poco ciertas zonas de los cielos por deseo de Antonio. No estuvieron muy acertados en el arreglo y no hay diferencia de tonalidades entre los rojos y los naranjas. Pero la edición de la revista esta más cerca de lo que Palacios quería que esta edición tomada del original. Tampoco hace falta recolorear nada, solo ajustar limpiar y destramar los colores de la revista y bajarlos de intensidad.
ResponderEliminarDesde luego, habiendo originales es lo mejor, pero hay que tener en cuenta estas cosas. En el original la linea siempre estará mas limpia, al ser independiente de los colores. Pero si faltan esas páginas y la impresión de la revista es buena no hay ningún problema en reproducir esto siempre que sea abordado por un experto y lo haga con cariño. Otra cosa son los originales coloreados en directo, por ejemplo los de Juan Arrantz (El libro de la selva) También se puede conseguir, pero lleva mucho más trabajo.
Esto ha sido una cuestión de precio, nadie les va a hacer 37 páginas gratis y como ya sabemos, los editores no se gastan un euro en arreglar nada, puesto que lo venden igual pues adelante, 37 páginas en glorioso B/N. Lamentable.
¡Felicidades por tu análisis! Yo conservo los 2 primeros álbumes de DONCEL con mucho mimo, pero aún así me haré con esta edición de Ponent Mon. Veo que no es perfecta como nos hubiera gustado a todos, pero sí que tiene argumentos suficientes como para adquirirla. Además, está claro que va a ser en mucho tiempo la única opción para hacernos con la obra del gran Palacios. Y respecto al estudio que comentas empezaste a hacer, ¿por qué no lo terminas y se lo ofreces a la revista de NINTH? Creo que ahí encajaría perfectamente.
ResponderEliminarCHESUS dijo...
Eliminar"¿por qué no lo terminas y se lo ofreces a la revista de NINTH? Creo que ahí encajaría perfectamente".
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¡Por Wotan (que es como decir: "por mi enemigo")! ¿Cómo voy a hacer yo algo así, hombre...? ¿Prostituirme de esa manera...! ¡No, no, que va...! Soy tan bueno y magnánimo que prefiero regalar mi sabiduría a la Humanidad entera (como hago aquí, en esta humilde espelunca que es el Nibelheim...).
No, ahora en serio Chesus: es una posibilidad en la que no había pensado. Te agradezco la idea. A ver si el intento me saca de pobre, pero no sé yo... Je, je, je...
Off topic: ¿alguien sabe algo más de la Gran Colección de Asterix?
ResponderEliminarDe La Gran Colección de Astérix yo te puedo decir que la edición ahora debe ser más reducida que al principio. Los números 15 y 16, los últimos en editarse, resultan difíciles de encontrar, algunas librerías ni los tienen y cuando salieron no disponían de muchos ejemplares como con los primeros títulos. Hay que encargarlos y no se puede elegir el ejemplar que esté en mejores condiciones. Por supuesto la editorial no contesta a ninguna pregunta como buena editorial española que es.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo pregunto porque en Francia ya están todos los tomos. Yo los pido a amazon.es
ResponderEliminarLo de la Gran Colección de Asterix es también la releche. Tiene toda la pinta de que la cosa va a acabar como ya empezamos a sospechar algunos. Esa falta de ejemplares en los anaqueles a que se refiere Eisenherz también la he notado yo, ¡¡y eso que vivo en Madrid y voy a lugares grandes a buscar novedades!! El 14 y el 15 me costó muchísimo conseguirlos (ni siquiera en Amazon.es los tenían).
ResponderEliminarEn fin, confiemos en que la edición no se paralice y en que, al menos, podamos seguir comprando los ejemplares que interesan (a mí hasta Obelix y compañía, luego ya veremos).
Felicidades, Alberich por tu blog y por esta entrada sobre Manos Kelly. Acabo de leer el libro y estoy encantando, más allá de algunos defectos como ya has apuntado tú y otros lectores. Esta obra la conocí siendo niño. Ignoro dónde fue, pero en algún lugar leí una parte de la primera historia, en la que Kelly relataba los sucesos de El Álamo, y me dejó tan impactado, que durante años soñé con esa historia. Con los años, me convertí en lector de cómic, y conseguí el álbum editado por Doncel hace unos cuarenta años. Ahora he tenido la oportunidad de leer íntegra la obra de Palacios, y lo dicho: me ha encantado. Sin embargo, me ha quedado un regusto amargo al comprobar que las historias de Manos Kelly están inconclusas. Qué pena que el maestro no acabara esta serie, ¿no crees? En fin, también quería preguntarte si es cierto que Ponent Mon baraja editar un integral de la otra obra magna de Palacios: El Cid. Si fuera así, aquí tendrían un comprador seguro. Un saludo. Manuel
ResponderEliminarHola Manuel, bienvenido y muchas gracias por tus amables palabras.
EliminarNada más dulce, emotivo y reconfortante (aunque a veces también amargo, por lo que tienen de tiempo pasado) que los recuerdos de la infancia. ¿Verdad? Mi vinculación con el trabajo de Antonio también se remonta a esa época tan lejana que rememoras y se dio, casualmente, del mismo modo en que te ocurrió a ti, porque el "lugar" en el que viste la historia de El Álamo y del cual no te acuerdas era un libro de texto de clase: se trataba de un libro de lecturas (eso seguro), pero no recuerdo exactamente a qué año de EGB correspondía (¿3º, 4º, 5º?).
En cuanto a las futuras obras que Ponent Mon quiere editar no puedo asegurarte nada. Se ha oído (he oído yo y leído también en algún sitio) que Amiran tiene pensado, en efecto, seguir publicando la obra de Palacios. Van a seguir con Mac Coy (algo que ya sabrás, imagino), en una edición a nivel internacional donde participan otras editoriales (francesas, italianas, etc.), pero no sé si los responsables de Ponent habrán ya firmado con Carmen --la viuda de Antonio-- el pago de derechos por reproducir otras obras suyas, como son El Cid, Drako de Gades, La paga del soldado, etc. En fin, ya iremos viendo. Confiemos en que sea que sí y en que las ediciones sean aún mejores que esta de Manos Kelly.
Un saludete y gracias por comentar. Estás en tu casa.
¡Hombre! Ya veo que otro amigo te ha contestado lo de Ponent Mon...
Eliminar(eso me pasa por no actualizar, cada cierto tiempo, los comentarios).
...Anonimo, se que Amiran va a reeditar (tal como se pueda) todo lo del señor Palacios...
ResponderEliminarHola. Albertito Magnum, gracias por la información. Esperemos que entre ese "todo" esté El Cid.
ResponderEliminarAlberich, gracias por tus comentarios. Efectivamente, creo que esa historia de Manos Kelly la leí en el colegio, en un libro escolar. Como ya dije, me impactó. Y eso que era una historia de apenas 8 ó 10 páginas, incompleta, y dada mi poca edad, no entendí muy bien aquel relato en el que ahora se contaban cosas de un ataque a un fuerte y luego, a continuación, aparecía el protagonista en un valle idílico rodeado de indios. Sin embargo, la fuerza del dibujo era tan arrolladora, que, te lo aseguro, durante años recordé la historia de El Alamo y deseé ardientemente conocer más sobre ese tema. Muchos años después fue cuando descubrí que formaba parte de un cómic más amplio y quién era el autor. En fin, supongo que es la fuerza del trabajo de un maestro como Palacios. Hasta un niño inexperto e ignorante, como era yo, fue capaz de captar la grandeza de su obra. Un saludo. Manuel
Anonimo, se que lo proximo a editar sera el Cid, creo que sera a finales de año o principios del 15... es lo que Amiran me dijo por telefono...
Eliminar...De momento no se editara nada mas de Palacios, se ha intentado reproducir el color estropeado con ordenador, pero estas nuevas paginas coloreadas juntadas con las otras en buen estado, hacen un total desentono, ahora se mirara haciendolo a lo antiguo para que todo sea mas uniforme...
Eliminar¿A qué te refieres, Alberto? ¿A El Cid, a los próximos tomos de Mac Coy o a una futura reedición de Manos Kelly, recuperando los colores en las páginas que ahora se han publicado en blanco y negro?
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