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martes, 6 de marzo de 2012

SOBRE LA CONTINUIDAD DE CIERTAS OBRAS MAESTRAS: EL CASO DE "PRINCE VALIANT"


RECIENTEMENTE se ha sabido —yo lo he hecho gracias al comentario de un amigo que participa en este blog— que, a partir del próximo domingo 1 de abril, el ilustrador y dibujante Thomas Yeates tomará el relevo de Gary Gianni y será el encargado de seguir alargando —junto a Mark Schultz (que continúa al frente de los guiones)— la agonía de la llamada "the greatest adventure strip of all time"; esto es, de Príncipe Valiente. Y digo bien, aunque con cierta ironía, pues lo cierto es que la serie no ha hecho sino descender en interés y calidad desde que su creador, el genial Harold Foster, la abandonara definitivamente, allá por el lejano año de 1980.

Foster, junto a Gil Kane, en una convención de cómics celebrada en el año 1970


Hasta entonces, y pese a que 1978 ya había dejado en manos de John Cullen Murphy toda la responsabilidad sobre la parte gráfica —recordemos que desde 1971 Foster venía haciendo sólo los bocetos de cada plancha—, el título mantuvo cierto interés y así fue mientras el maestro se mantuvo al frente del guión y continuó insuflando en la historia esa genial mezcla de épica y cotidianeidad que la había caracterizado. Pero desde que las riendas fueron asumidas enteramente por la familia Murphy  —John al frente de la parte gráfica, su hijo Cullen en los guiones y su hija Mairead en la rotulación y el coloreado— la saga del príncipe de Thule ha ido hundiéndose, de manera progresiva e inexorable, en el pozo de la rutina y la medianía.

Cullen Murphy en dos momentos de su vida. En la fotografía de la izquierda
(fechada en 1956) parece estar trabajando en unas tiras de Big Ben Bolt


Y lo cierto es que Murphy era un magnífico cartoonist, como dejó demostrado con su serie Big Ben Bolt. Pero es evidente que hacía falta algo más que talento como dibujante para enfrentarse a Prince Valiant y salir airoso, pues estamos ante una de las sagas más hermosas y mejor acabadas que hayan existido en la historia del Noveno Arte. No bastaba con saber dibujar, sino que era preciso hacer gala también del sentido poético y literario que desplegó Foster durante todo el tiempo que estuvo al mando de su creación. Y esto, desde luego, no lo han conseguido ninguno de los continuadores de la serie (seguramente porque el listón se había puesto demasiado alto).



Tres muestras del trabajo realizado por Murphy al frente de la serie. Si se analizan objetivamente, al margen
de comparaciones con las inefables planchas de Foster, vemos que el resultado no es, en absoluto malo


Se suele acusar a Cullen Murphy de ser un chapucero y de haber arruinado la creación fosteriana de toda una vida. Sin embargo, creo que tal reproche es del todo injusto y no está fundamentado. Resulta indudable que si de algo sabía Foster era de dibujo y que si eligió a Murphy fue por algún motivo. Se ha debatido mucho a propósito de la razón o razones que llevaron al maestro a tal elección. Yo no voy a entrar en ellos aquí, pero sí recordaré que el estilo del padre de Ben Bolt siempre había sido más o menos el mismo (con la evolución obvia que experimenta cualquier artista) y que nunca tuvo mucho que ver con el de Foster. El dibujo de Cullen Murphy era suelto, espontáneo, con escaso tramado y figuras que aparecen construidas a base de fuertes contrastes entre las luces y las sombras. Un dibujo donde el pincel —manejado con absoluta maestría— adquiere gran importancia expresiva. Por otro lado, justo antes de hacerse cargo de Prince Valiant los estilemas desarrollados por Murphy ya eran exactamente los mismos (con sus virtudes y defectos) que veríamos aplicar al artista en la serie que le dejó en herencia el gran Foster, tal como puede verse en el último ejemplo que pongo a continuación. Es cierto que entre el comienzo de su actividad con Big Ben Bolt y el momento de hacerse cargo de Prince Valiant la calidad media del dibujo de Murphy había descendido considerablemente. Pero esto lo sabía Foster, de eso no cabe duda, y no lo consideró un hándicap especialmente reseñable.




Cuatro muestras donde puede verse el magnífico trabajo de Murphy para su Big Ben Bolt


Si tuviéramos que establecer comparaciones, aunque salvando las lógicas distancias que vienen dadas por la mayor estilización y elegancia en las formas, podríamos decir que el estilo de Cullen Murphy se hallaba mucho más cerca del que desplegó Alex Raymond en su etapa de Rip Kirby (sintético, muy impresionista), que del minucioso, puntillista y opulento de Foster, procedente directamente de la tradición ilustradora y que el autor de Halifax no dejaría de perfeccionar a lo largo de su longeva carrera. Por esta razón, siempre he creído —y en ello coincido con otros muchos aficionados— que el gran sucesor natural de Foster al frente de Prince Valiant bien podría haber sido el argentino José Luis Salinas, cuyo estilo poseía todas las características necesarias para conservar esa esencia de regusto clasicista tan "fosteriano", aunque resultara algo más remilgado (incluso ñoño) que el padre de Val. ¿Pero se imaginan cuál podría haber sido el resultado? Por soñar que no sea...






Impresionantes muestras del trabajo realizado por Salinas en su Hernán el Corsario y en Cisco Kid. Obra
personal y obra de encargo, respectivamente, en la que el genio del argentino brilla a similar altura.
Con razón algunos aficionados dicen preferirle al propio Foster como dibujante


Otro candidato que también me viene a las entendederas al pensar en posibles sucesores de Foster al frente de Prince Valiant es el chileno Arturo del Castillo, extraordinario artista y auténtico mago del tramado. Es indudable que su estilo opulento, barroco e hiperrealista también le habría dado un enorme empaque a la saga del príncipe de Thule. Pero bueno... Todas estas especulaciones ya se alejan demasiado del objeto de nuestra entrada, porque lo cierto es que Foster no quiso que ninguno de estos artistas le sucedieran al frente de su creación. Y sus razonas tendría.


¿Y qué me dicen de estas maravillas "cinceladas" por Arturo del Castillo? Para quitar el hipo


Después de los Murphy, y a partir del año 2004, el relevo fue tomado por Mark Schultz (guión) y Gary Gianni (dibujo), autores que han terminado de convertir lo que había sido una epopeya medieval au pied de la lettre en una historia más de espada y brujería, retomando un tanto el carácter pseudofantástico que tuvo la saga en sus orígenes, cuando Foster aún parecía dudar sobre el camino que debía seguir la historia y nos mostró a su joven héroe conviviendo con monstruos prehistóricos, seres imaginarios o demoníacos y todo tipo de fenómenos paranormales, en un mundo donde la magia era moneda de cuenta habitual.

Mark Schultz (izquierda) y Gary Gianni


Pues bien, seguramente por influencia de los gustos personales de Schultz —que, no lo olvidemos, es el autor completo de los extraordinarios Xenozoic Tales (donde en un mundo post-apocalíptico los dinosaurios y otros seres prehistóricos aparecen conviviendo con los seres humanos actuales)—, el moderno Valiente ha ido haciendo frente a un auténtico catálogo teratológico en el que se incluyen todo tipo de seres (desde extraños vampiros voladores, a hombres de neanderthal redivivos), y donde han vuelto a cobrar considerable importancia los reptiles gigantescos y otros monstruos por el estilo, abandonando la serie el tono cotidiano, historicista y épico que tuvo desde el momento en que Foster encontró "su" camino.

Un ejemplo paradigmático de los nuevos derroteros que ha tomado la serie en la actualidad


Por cierto: muchos aficionados se preguntan por qué motivo un dibujante tan bien dotado como Schultz no se ha decidido nunca a tomar él mismo los lápices (o no ha sido tenido en cuenta para ello), asumiendo la autoría total de la tira y dando ese placer a la numerosa legión de seguidores que le admiran. Estoy seguro de que el resultado podría ser impresionante desde el punto de vista gráfico. Aunque, por otro lado, no sé yo si las voluptuosas mujeres de Schultz y sus musculosos varones tendrían razón de ser en el universo creado por Foster, donde todos los personajes son más épicos que trepidantes y humanos que temerarios. No en balde tan sólo han de luchar con la vida, en lugar de contra feroces dinosaurios. Pero bueno, es indudable que el resultado gráfico en manos del historietista de Filadelfia podría ser, cuando menos, curioso e impactante. De eso estoy absolutamente convencido.



 
 Impresionante el trabajo de Schultz, pero del todo ajeno a la estética fosteriana y de Prince Valiant


Pero dejemos las ucronías y vayamos a lo que cuenta. Y lo que ha estado contando entre los años 2004 y la actualidad es el trabajo realizado por ese magnífico ilustrador que es Gary Gianni, autor al que debemos estupendas interpretaciones de algunos de los más famosos personajes de la literatura pulp (Solomon Kane, Tarzán, Conan, Bran Mak Morn, The Shadow, Doc Savage, etc.).

Ilustración para el libro The Savage Tales of Solomon Kane


El universo de Solomon Kane, magníficamente recreado por Gianni


Solomono Kane, un cruzado contra las fuerzas del Mal


Solomon Kane

Bran Mak Morn, en un dibujo original de Gianni, realizado como ex-libris para un aficionado


The Shadow


Plancha original de una historia de Tom Strong. Las reminiscencias de Charles Dana Gibson
son algo más que tangenciales. Es como si estuviéramos, casi, ante un homenaje declarado


Lo cierto es que su trayectoria profesional y el estilo realista y ampuloso de que hace gala Gianni —anclado en la vieja y prestigiosa escuela de ilustración nortemericana (muy especialmente, en los trabajos de Charles Dana Gibson y Joseph Clement Coll)— hacían pensar que sería capaz de recuperar para la parte gráfica del "nuevo" Prince Valiant el tono monumental y la opulencia que la serie había tenido en época de Foster. Pero al final, sin embargo, se ha demostrado que la cosa no era para tanto, y Gianni no ha podido reproducir, siquiera de lejos, la belleza y la perfección formal de las historias originales. Y aunque ciertamente ha producido escenas y viñetas muy destacables, la mayor parte de su trabajo en Prince Valiant es simplemente aseado y decoroso, como hemos tenido ocasión de comprobar recientemente los aficionados españoles, gracias a la edición española que Panini realizó de Far from Camelot, recopilación de dominicales publicada previamente en EE. UU por Andrews McMeel. Una cosa de lo más normalita, la verdad.

Francamente para llorar...


Quizá haya influido en tan modesto nivel de calidad el cambio de formato de la tira, que ha ido sufriendo una paulatina reducción, con la consiguiente pérdida de detalle en los dibujos. Aunque lo fundamental, a mi entender, consiste en que ninguno de los autores que han sucedido a Foster han puesto el cariño, el tesón, la maestría y las horas de trabajo que éste dedicaba a "su" querida criatura. Esta circunstancia es, para mí, la fundamental, y no tanto el mayor o menor talento de cada uno de ellos respecto del maestro, pues tanto Cullen Murphy como Gianni pueden ser considerados grandísimos artistas. Desgana, falta de interés, por tanto, que si se hubiera evitado quizá habría dado como resultado unas páginas bastante más interesantes y dignas de su glorioso pasado artístico.




Cuatro muestras, bastantes significativas, del Prince Valiant de Gary Gianni: los resultados, en mi opinión,
están bastante lejos de las expectativas que pudo despertar el talento derrochado por el autor en otras obras


¿Y Yeates? ¿Qué puede aportar Thomas Yeates a la serie? Bueno, reconozco que no estoy muy ducho en la obra de este autor —la verdad es que ni siquiera le conocía—, pero por lo poco que he podido ver estos días se comprueba que estamos ante un artista bastante canónico y ortodoxo en sus planteamientos, aunque no descuelle por una personalidad artística y un estilo muy marcados.

 Tom Yeates en una imagen reciente


Se trata de un dibujante que parece cambiar de registro con bastante facilidad y que, por ende, debe poder adaptarse a los diferentes tipos de encargo. Trabaja bien el pincel y domina el dibujo impresionista, de marcados claroscuros y sombras. Sin embargo, su estilo parece hallarse aún más lejos que el de sus predecesores del que caracterizó a Harold Foster, por lo cual le veo más incapaz, aún, que a Gianni de recuperar (o mantener) la gloria pasada del personaje.



 Tres ejemplos de la faceta ilustradora de Yeates


De hecho, las pocas muestras que he podido ver de su trabajo para la serie no invitan precisamente al optimismo. En resumen: no creo que la entrada de Yeates en la honrosa nómina de autores de Prince Valiant vaya a mejorar el camino de declive en que la vieja saga fosteriana se encuentra desde que su creador la abandonara, hace ya la friolera de 41 años. Pero ojalá me equivoque.




 Esto es lo que hay


¿Y ustedes qué piensan? ¿Creen que las grandes series historietísticas deberían fenecer con sus creadores —al estilo de lo que ocurrió con el Tintín de Hergé— o, por el contrario, están más de acuerdo con esa forma de actuar y de ser tan norteamericana, que ve en los títulos un vehículo para perpetuar los personajes y seguir ganando dinero —muchas veces a costa de un descenso en la calidad global—, como ocurre con muchas tiras de prensa estadounidenses, o como ha hecho en tierras europeas el discutido Uderzo con Astérix? A ver, hablen o callen para siempre...