martes, 26 de abril de 2011

TINTÍN FINALMENTE ANTE LOS TRIBUNALES



COMO lo oyen: el modoso pero intrépido reportero, el ciudadano ejemplar, el sano y un tanto repelente muchacho que toda madre querría tener como hijo y toda abuela como nieto, acabará ante la justicia belga el próximo mes de septiembre. Y es que el pasado día 18 el tribunal de primera instancia de Bruselas se declaró competente y admitió a trámite la querella por racismo que un ciudadano congoleño —Bienvenu Mbutu Mondondo, de 41 años— puso contra el álbum Tintín en el Congo, en agosto de 2007, un mes después de que los miembros de la "Comisión Británica para la Igualdad Racial" se dejaran llevar por la tontuna de lo políticamente correcto y exigieran a las autoridades del Reino Unido la retirada del álbum, pues en su opinión difundía «groseros estereotipos raciales».

 El álbum objeto de la discordia (portada de la edición española)


Siguiendo dicho antecedente —y al amparo de una ley de julio de 1981 que regula los comportamientos racistas, así como a los artículos 444 y 448 del Código Penal belga—, el señor Mondondo denunció entonces que el contenido del tebeo era ofensivo para él y para sus compatriotas, pues difundía tópicos racistas sobre los congoleños —nos preguntamos si es que ha hablado con todos ellos, uno por uno—, y que el joven reportero rubio de pantalones bombachos actuaba en la aventura de manera «racista y xenófoba». Además, consideraba que el tebeo era "propaganda para la colonización".

Mbutu Mondondo (cuya actuación en este asunto resulta sospechosa para más de uno)
adoptando la pose que se ha hecho habitual en él durante estos últimos años


La causa se iniciará el próximo 30 de septiembre, cuando la acusación defienda la demanda de Mondondo. Posteriormente, dos semanas después se personarán los abogados de la sociedad Moulinsart, cuyos representantes han declarado al respecto —y de manera muy juiciosa, a mi entender— que Tintín en el Congo es una obra de ficción y que, en todo caso, no parece lógico juzgar con criterios actuales un tebeo realizado hace más de 80 años: «toda la obra de Hergé debe mantenerse íntegra, en tanto que documento de aquella época».



Las espadas están en todo lo alto, y podría ocurrir que Mondondo solicitara la retirada y posterior destrucción del álbum en cuestión, aunque sus abogados probablemente acudirán a una solución menos expeditiva, como es obligar a Casterman —detentadora de los derechos de publicación del personaje— a que se imprima un aviso en la portada y a que se añada una introducción explicativa sobre el contexto histórico colonialista en que fue escrita la aventura. Además, se exigirá que el libro quede expuesto al público en otras secciones de las librerías que no sean las dedicadas a los niños y jóvenes.

 El querellado con una gorra roja y a lo suyo


El activismo de Mbutu Mondondo respecto al polémico álbum de Hergé ha sido desenfrenado en estos últimos tiempos, y no ha estado exento de cierto oportunismo mediático. Apenas dos años después de interponer la primera querella, llevó su cruzada personal también a Francia, donde en 2009 hizo lo mismo ante los tribunales de ese país. Como señaló entonces la Sociedad Moulinsart, este relanzamiento en el país galo de la causa judicial contra el famoso reportero belga de papel coincidió, casualmente, con la maniobra de ostracismo a que los responsables de la Biblioteca de Brooklyn (EE.UU) condenaron al álbum de Hergé —retirándolo del libro acceso, junto a otras obras como el Mein Kampf, de Hitler—, y con la puesta en marcha del proyecto de los directores cinematográficos Steven Spielberg y Peter Jackson de adaptar al cine las aventuras de Tintín, proyecto que se estrenará este mismo año. Posteriormente, en febrero de 2010, Mondondo dirigió una carta al rey Alberto II de Bélgica, ante la inminente visita que el monarca iba a realizar a la República Democrática del Congo en junio de ese mismo año. En realidad se trataba de una "carta abierta" enviada con toda la intención política posible, pues iba dirigida también al Primer Ministro belga y a otras autoridades, como los presidentes de los partidos políticos.



En cuanto a la defensa planteada por los abogados  de Moulinsart, es casi seguro que se basará en el argumento de la libertad de expresión, al que han sido muy sensibles los seguidores del personaje y muchos de quienes participan en los blogs, redes sociales y otros medios de Internet.

Yo, por mi parte, me pregunto: ¿nos hemos vuelto locos, o qué? Confieso, mea culpa, que leí Tintín en el Congo bien jovencito —con nueve o diez años, creo—, y lo mismo ocurrió con otros álbumes del personaje que también han despertado el recelo entre los más puristas (Tintín en el país del oro negro, Stock de Coke...). Sin embargo, puedo asegurar que los efectos de dicha lectura no han dejado en mí la menor huella negativa, pues nunca he sentido bullir en mis entrañas el virus de una supuesta superioridad racial blanca. No creo que los negros sean inferiores, ni pienso tampoco que estuviera bien o fuera justa la salvaje colonización llevada a cabo sobre el Estado Libro del Congo —posterior Congo Belga— para beneficio del imperialista, codicioso y despreciable rey Leopoldo II de Bélgica. De niño, nunca llegué a imaginar que ese modo tan peculiar de hablar que Hergé atribuyó a los nativos de su historia pudiera significar que eran seres inferiores. La verdad, un niño pequeño no está en esas cosas... Creo yo. Y de mayor, me di cuenta de que Tintín en el Congo no era, ni de lejos, la mejor historia que escribiera Hergé. Ni siquiera de pequeño me había gustado especialmente.

 Retrato del hipócrita monarca belga, responsable directo de unas condiciones de trabajo
 y explotación cuyas consecuencias directas pueden verse en las otras imágenes


Personalmente creo que Tintín en el Congo tiene más de paternalismo que de racismo o xenofobia, propiamente dichos. No hay en todo el álbum, creo recordar, ni una sola manifestación abiertamente racista; no hay diálogos o actitudes que muestren desprecio por los negros, aunque, bien es verdad, estos aparecen representados como si fueran niños pequeños, y su sociedad como material e intelectualmente atrasada respecto de la europea colonialista. No obstante, considerando que por la época en que Hergé dibujó esta historia aún no se documentaba con la precisión y el rigor que caracterizarían sus álbumes posteriores a partir de El loto azul, llego a la conclusión de que el retrato que el dibujante belga hizo del Congo de los años 30 no es sino el reflejo del eurocentrismo imperante en la época, y de una información deficiente que iría subsanando con el paso del tiempo.

 Una conocida secuencia de Tintín en el Congo, ejemplo paradigmático
del paternalismo al que he hecho referencia


¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que una cosa es reconocer la injusticia del colonialismo  belga y las atrocidades que cometió en el Congo —por las que Bélgica, quizá, debería entonar oficialmente y como Estado su particular palinodia (cosa que aún no ha hecho)—, y otra, bien distinta, confundir el objetivo a batir en la que puede ser una reclamación justa. Y es que la "presa" sobre la que Mbutu Mondondo ha puesto su punto de mira está mal elegida, pues Tintín en el Congo no es la causa del régimen político y de la manera de pensar que él, como querellante, quiere denunciar —ésta sería el colonialismo—, sino una consecuencia más de ellos. Una consecuencia, claro, y además una prueba de innegable valor histórico. Por eso, la exigencia de prohibir la publicación del álbum y su distribución pública me parece, a todas luces, injusta y desproporcionada, pues olvida que se trata de una obra de arte y de una creación que surgió en un contexto concreto y ya superado. De modo, que para hacer verdadera justicia, quizá bastaría con implantar otras medidas —bastante más pedagógicas—, sin necesidad de llegar a la prohibición. Por ejemplo, incluir en las futuras ediciones del álbum una introducción histórica en la que se explique al lector las condiciones históricas concretas en que esta obra se produjo, analizando con la mayor objetividad posible todos los datos y poniendo las cosas en su sitio (para recordar, entre otras cosas, que el propio Hergé ya había iniciado su propia relectura actualizadora del álbum, respondiendo así al cambio de mentalidad que se había ido operando en él a lo largo de su trayectoria vital y como consecuencia de la experiencia y los conocimientos adquiridos con los años).

Dos viñetas del álbum, mostrando actitudes estereotipadas,
propias de unos tiempos afortunadamente ya superados


Pero si triunfa la querella de Mondondo —tal y como está planteada— y prende en la sociedad su actitud talibán y censora, se habrá sentado un precedente muy peligroso. En tal caso, ¿quiénes serán los siguientes en caer bajo la inquisitiva y celosa mirada de catones, puristas y reivindicadores? ¿Asterix y Obelix, porque sus creadores decidieron burlarse de todos y cada uno de los clichés y tópicos nacionales? ¿El Guerrero del Antifaz y El Capitán Trueno, por islamófobos e integristas católicos? ¿Se exigirá la destrucción de El nacimiento de una nación, de Griffith, porque en ella se ensalzaban valores hoy claramente condenados? ¿Y los cristianos? ¿Pedirán que se retire de los anaqueles El Anticristo, por el desprecio con que Nietzsche trata al cristianismo en esta obra? ¿Y qué ocurrirá con la mayoría de los museos de arte del mundo, donde se exhiben piezas cuyo contenido pueda parecerle políticamente incorrecto a más de uno? ¿Pedirán las feministas que se retiren aquellos cuadros en que la mujer aparece desnuda, por considerar que ultraja su dignidad? En fin, Serafín...

¡Líbranos, señor, de los talibanes, que de los mensajes racistas y políticamente incorrectos ya me cuido yo solo...!

He dicho.

domingo, 24 de abril de 2011

REVISITACIÓN DE UN TEMA MUY, MUY CLÁSICO: SIMON BISLEY Y LA "BIBLIA"

Retrato "dramatizado" de Simon Bisley (© Petrol)


APROVECHANDO que vivimos unas fechas tan significativas como éstas, creo que es una buena ocasión para recordar el trabajo de un magnífico dibujante e ilustrador que, como otros muchos artistas a lo largo de la Historia, se ha visto subyugado en su momento por el tema de la pasión y muerte de Cristo. Me refiero a Simon Bisley (4 de marzo de 1962), que entre los años 1999 y 2000 dio a luz un estupendo conjunto de sobrecogedoras ilustraciones inspiradas en pasajes de la Biblia y de otras fuentes cristianas.

En ellas, el autor británico mostraba una personalísima y original visión de este libro tan importante como ineludible para entender la cilvilización occidental. Pese a la "modernidad" de algunos planteamientos, el arte de que hace gala Bisley en estas ilustraciones entronca directamente con la tradición iconográfica más tradicional y reconocida, y pueden hallarse en ellas ecos que van desde Matthias Grunewald a Rembrandt. Con todo, su visión es, quizá, algo más impactante, desgarradora, violenta y barroca que la de esas otras manifestaciones anteriores, y aparece dotada de un mayor expresionismo que le viene dado, sin duda, por el origen de Bisley como artista plástico especializado en ilustración e historieta.

 Simon Bisley en 2010


El interés de Bisley por la temática religiosa cristiana comenzó hace algunos años, cuando Alex Acevedo, de la Alexander Gallery de Bristol, le convenció para que realizara una serie de ilustraciones sobre la misma. Posteriormente, el dibujante y escritor Kevin Eastman pensó que el trabajo resultante merecía ser presentado al público, por lo que después de seleccionar unos cuantas ilustraciones de las muchas realizadas por el artista, hizo que fueran publicadas en el Heavy Metal Magazine —del que él mismo es editor—, con el título de Illustrations From the Bible: A Work in Progress.

 Portadas de las dos ediciones norteamericanas (2004 y 2007).
La de Norma (2005) sigue muy de cerca la cubierta de la primera edición


Aunque en estos días de Semana Santa parece más apropiado traer a colación sólo aquellas ilustraciones que Bisley realizó basándose en los Evangelios —y es lo que he hecho, seleccionando unas cuantas de ellas—, sin embargo debo reconocer que a mí, en particular, me resultan más sugerentes e interesantes las dedicadas al Antiguo Testamento o al Apocalipsis, especialmente las que ilustran el Génesis (caída de Lucifer, Adán y Eva, Diluvio, o sacrificio de Isaac), el Libro de Samuel (David y Goliath), o el famoso y evocador Apocalipsis (los cuatro jinetes). Y ello porque muestran que la iconografía y los estilemas propios del género de superhéroes, o de espada y brujería —en los que Bisley ha descollado y que actúan como fuente de inspiración principal en esta obra "religiosa"— pueden servir perfectamente para ilustrar con éxito una temática tan clásica, solemne y venerable como es la de las historias bíblicas. De este modo, el autor británico consigue ofrecernos una perspectiva novedosa para un tema muy trillado en la historia del Arte, y que ha conocido todo tipo de aproximaciones y tratamientos.

La caída de Lucifer (Isaías 14: 12-15)


Esta interesante obra fue publicada en nuestro país por la Editorial Norma, al año siguiente de que Heavy Metal la sacara en EE.UU. Se trataba de un cuidado volumen con tapas duras, buen tamaño y 130 páginas, que incluían no sólo las ilustraciones propiamente dichas, sino algunos bocetos preparatorios —muy útiles para hacerse una idea del método de trabajo y del proceso de elaboración seguido por Bisley—, así como el texto de los pasajes bíblicos que habían inspirado sus dibujos.

Por razones obvias, he seleccionado sólo una pequeña muestra de las muchas ilustraciones realizadas por Bisley. Espero que las disfruten.











Coda final: para cerrar la galería de imágenes les dejo con un guiño humorístico de Bisley: el autor caracterizado como demonio en la escena de las tentaciones (Mateo 4:1-11):


Y si quieren ver la cosa en movimiento, pásense por Youtube, y pinchen en el siguiente enlace: Simon Bisley's The Bible

jueves, 21 de abril de 2011

EL TEBEO MÁS LARGO DEL MUNDO



SEMANAS atrás me hice eco, en este mismo Nibelheim, de la iniciativa que la Iglesia Católica y algunas otras instituciones habían tomado para promocionar la imagen del papa Benedicto XVI, de cara a las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud, (a celebrar en Madrid el venidero mes de agosto). Para dicha ocasión, y conociendo las potenciales ventajas pedagógicas y publicitarias que la historieta puede tener, se había editado un manga que iba a ser repartido gratuitamente durante el evento.

Pues bien, ahora he sabido —vía la imprescindible página afNews— que con motivo de la próxima ceremonia de beatificación de Juan Pablo II (que tendrá lugar el 1 de mayo), se va a confeccionar en la ciudad italiana de Paliano (provincia de Frosinone) lo que diversos medios del país transalpino han denominado ya "il fumetto più longo del mondo". Consistirá éste, al parecer, en un montaje con cerca de mil paneles o mesas de un metro cada uno, que serán unidos en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad —el Parco La Selva— para formar un megatebeo de un kilómetro de distancia. Bajo el título de Paliano racconta la vita di Karol (Paliano narra la vida de Karol) esta mastodóntica historieta dará un repaso a algunos de los episodios más importantes de la vida del papa Wojtyla, con la intención de hacer más cercana a la gente la figura de quien, desde ese día, se hallará un poco más cerca de la santidad.

 El bello enclave de La Selva, privilegiado marco que acogerá esta peculiar iniciativa


La realización del tebeo será organizada por la diócesis de Palestrina y la iniciativa se presentó a los medios de comunicación el pasado martes, a través de una conferencia en la que participaron el obispo titular de dicha diócesis, el alcalde de Paliano, el creador de la idea y quien será su principal organizador: Marcin Schmidt, vicepárroco de la iglesia de Sant'Andrea Apostolo de Paliano.

 El cartel del evento, denominado GP2 Generation Festival


No he conseguido ni una sola imagen del evento —pues tendrá lugar los próximos 30 de abril y 1 de mayo—, pero a la espera de ver cómo se van a montar los paneles cabe preguntarse si nos hallamos, realmente, ante un tebeo avant la lettre o no. Para hacernos una idea aproximada, quizá sea bueno traer aquí la descripción que se hace de la iniciativa en la página web de la diócesis de Palestrina:
«La vida de Juan Pablo II ha sido dividida en 1000 escenas: a los más de 1.200 niños se les dará una hoja (1) donde dibujar, y todos los dibujos se unirán para crear un relato de 1 km. de largo. Los dibujos serán realizados por escolares,  por jóvenes, por scouts, por niños de los hospitales, de los reformatorios, de Italia, de Polonia y de otros países. ¡Al final se obtendrá un verdadero y auténtico tebeo a partir de los dibujos! Y será el tebeo más largo del mundo realizado por los niños de Paliano. Pero el primer dibujo lo firmará el cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II durante 40 años [...]. A través de los dibujos, se ayudará a los niños a conocer la historia del nuevo santo. Y se tiene pensado realizar con estos diseños unos dibujos animados».
Parece evidente que la Iglesia —y especialmente la italiana— siempre ha visto con claridad las ventajas que se derivan del uso de la historieta como medio inmejorable para transmitir mensajes, ideas y principios de una manera agradable y pedagógica; es decir, para enseñar deleitando. Por ello, quizá más de uno pueda sospechar que lo de Paliano no va a ser, stricto sensu, una verdadera historieta, sino que se pretende utilizar dicha denominación por el interés que pueda despertar entre un publico infantil y juvenil, que es al que va dirigido, fundamentalmente, la iniciativa.

En todo caso, y a juzgar por lo que se explica desde el obispado, no se puede negar que nos hallamos ante una muestra de "arte secuencial", y de que el experimento ha nacido con la idea y la voluntad de emular la técnica historietística. Parece, por tanto, que podemos hablar de "tebeo" con propiedad y sin temor a equivocarnos. Aunque será mejor esperar a que esté concluido para emitir una opinión definitiva.

Primero el manga de Benedicto XVI; ahora el longo fumetto de Juan Pablo II. Y es que bien podríamos decir: ¡con la Iglesia hemos topado!

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(1) De 60x42 cm., como puede leerse aquí.

miércoles, 20 de abril de 2011

NUESTRO SEGUNDO "YELLOW KID"



NAVEGANDO por los procelosos océanos virtuales de Internet a la búsqueda de nuevas piezas curiosas que ofrecer a mis lectores [aquí coger un poco de aire antes de seguir leyendo], me he topado con una verdadera joya hemerotéquica: la entrevista que Alfonso Lindo —director que fue de la revista Trinca— le hiciera al flamante ganador del Yellow Kid al mejor dibujante extranjero en el X Salón de Lucca, celebrado en 1974. ¿Adivinan quién fue? Si conocen ustedes mis gustos, o si han leído otras entradas anteriores de este blog no es difícil imaginarlo: Antonio Hernández Palacios, efectivamente. Fue el segundo autor español en recibirlo, detrás de Enric Siò, que lo hizo en la VII edición, celebrada en el año 1971.

Y es que, tratándose de un servidor, no podía dejar de traer aquí un documento tan curioso e interesante como éste, en homenaje al gran maestro que fue Antonio. Interesante, no sólo porque sirve para recordar esa grandeza (un tanto preterida en la actualidad), sino también para mostrar que, desde entonces, las cosas no han mejorado tanto como pudiéramos creer hoy día, pese al boom de la novela gráfica y otras zarandajas. De "evasión de cerebros" al extranjero y de "bajos honorarios" hablaba el artista madrileño en aquella lejana ocasión. Y sabemos que siguen siendo dos grandes problemas —si no los prioritarios— que acucian a los profesionales de nuestra raquítica industria tebeística. En fin, Serafín.



La entrevista de Lindo —que bien podría servir para dar inicio a una nueva sección en este blog titulada "Nuestros Yellow Kid", o algo por el estilo—, apareció publicada el 24 de noviembre de 1974 en Blanco y Negro, el popular y longevo suplemento dominical del diario ABC. Apenas había transcurrido una semana desde que Antonio fuera galardonado en el prestigioso festival italiano, puesto que aquel año se celebró entre los días 27 de octubre y 15 de noviembre.

Siento mucho la regular calidad de los documentos, pero me ha sido imposible obtener unas imágenes más nítidas y legibles. Tampoco he podido evitar la presencia de la molesta filigrana o marca de agua digital que advierte —¡y vaya si lo hace!— de los derechos de propiedad. Es lo que hay...



De todas formas, quien desee consultar los documentos en su lugar original, podrá hacerlo pinchando en este enlace y en este otro.

 La misma foto del reportaje, pero en mejores condiciones


Y a los más impacientes y devotos seguidores de Hernández Palacios decirles que pronto, muy pronto, habrá una nueva entrada dedicada a él. Se lo merece (ya lo creo).

lunes, 18 de abril de 2011

¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS!

Revista Trinca, nº 26, página 27


PUES eso... He ahí el símbolo de una época maravillosa y ya perdida para siempre. Un simple anuncio, aparecido en la benemérita revista Trinca, donde se avanzaba la publicación del primer volumen de El Cid, de Antonio Hernández Palacios(1). ¿Hace falta añadir algo más cuando las imágenes, unidas a la memoria y al recuerdo, lo dicen todo? Al menos así es para toda una generación de muchachos que disfrutó de aquellos magníficos tebeos siendo niños o adolescentes, y que ahora son padres talluditos (¿e incluso abuelos?).

¡Qué tiempos! (sin duda me hago viejo).

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(1) La salida del libro se retrasó y, al final, terminó siendo el noveno de la colección, precedido por Los guerrilleros 2 (nº 7) y La conquista del cielo 2. Aviación española (nº 8).

domingo, 17 de abril de 2011

EL GATO Y EL MOSQUITO: OTRA VEZ SOBRE BATTAGLIA Y SU OBRA


PUDIERA parecer —y más de uno lo pensara— que me he convertido en el portavoz oficial de Éditions Mosquito en España, pues otra vez voy a dedicar una entrada del blog a hablarles de una de sus publicaciones. Pero lo cierto es que los responsables de esta editorial francesa no hacen más que darme alegrías y buenas noticias, y esto es algo que, en mi opinión, estoy obligado a compartir con todos aquellos aficionados a los buenos tebeos que puedan acercarse para leer este blog.

Así pues, enlazando con la última entrada que he publicado en este Nibelheim, hago saber al mundo entero que Mosquito tiene pensado publicar próximamente la adaptación que Battaglia realizó de El gato con botas, celebérrimo cuento popular al que Charles Perrault dio forma definitiva en su obra Contes de ma mère l'Oye (Cuentos de Mamá Oca) (1697), dejando impresos en el imaginario colectivo de la cultura europea unas situaciones y unos personajes —el gato parlante, el fingido Marqués de Carabás, el ogro, etc.— que sucesivas generaciones de niños (y no tan niños) han conocido y degustado desde entonces.

 Portada de la bonita y lujosa edición de Mosquito, que está al caer


La obra se publicará dentro de una nueva colección, llamada Nec plus, que la editorial francesa ha puesto en marcha, y de la que ya ha aparecido el primer número: un Pinocchio ilustrado por el dibujante italiano Massimiliano Frezzato —autor de la serie Les Gardiens du Maser—, que también ha sido publicado en Italia por Little Nemo Editore. A lo que parece, dicha colección va a ser en el futuro la "división de lujo" de Mosquito, pues ofrecerá productos de gran calidad artística, editados en lujosos volúmenes con tiradas muy limitadas (1000 ejemplares) y de factura bastante cuidada (encuadernación cartoné con entelado, impresos en papel de alta calidad, gran formato de 25x34 cms., etc.). Vamos, una delicia para los sentidos y un auténtico placer del que, con toda seguridad, no podrán prescindir espíritus tan hedonistas como el de un servidor.


Battaglia realizó esta adaptación del cuento de Perrault en el año 1975(1), apareciendo publicada en el número del Corriere dei Picoli correspondiente al 18 de mayo de dicho año. Posteriormente, más de dos décadas después, la editorial Lo Scarabeo —especializada en libros de arte— hizo una lujosa edición de la que todavía circulan por ahí algunos ejemplares a precios elevados, pero relativamente asequibles.



He de advertir, para finalizar, que no se trata de una versión historietística, propiamente dicha, sino de ilustraciones que van acompañadas de las correspondientes cartelas o didascalias de texto, a semejanza de lo que el autor veneciano hizo en su reducción del Tartarín de Tarascón, de Daudet, cuyos estupendos dibujos sí hemos podido disfrutar en nuestro país, gracias a una defectuosa pero al menos existente edición que puede encontrarse en los números 37 y 38 de la revista Gaceta Junior (o pinchando en este enlace).

 Dos muestras del Tartarín en bitono al que me he referido en el texto


Ojalá algún editor español animoso decidiera publicar aqui, tal como ha hecho Mosquito en el país galo, este hermoso trabajo de Dino Battaglia. Y no sólo éste, claro, sino también otros muchos más que aún están aguardando en la lista de "pendientes".

Dicho queda. ¡Marramiau, miau, miau, miau!

 La visión más célebre y "canónica" del cuento, según la prodigiosa pluma de Gustav Doré
(de sus grabados para ilustrar el libro Contes de ma mère l'Oye)


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(1) Hay discrepancias en las fuentes, y no he podido verificar este dato. Mariadelaide Cuozzo —una de las mayores especialistas en Dino Battaglia— señala la fecha indicada en el texto, pero en un artículo de Lorelisa Costa —incluido en el volumen homenaje titulado Dino Battaglia. Narratore. Illustratore. Disegnatore (Milán, 1997)— se habla de finales de los años 50, como el momento en que fue realizada esta adaptación del cuento de Perrault. A juzgar por el estilo del dibujo y por el lugar de publicación, es más lógico pensar que se trate de la primera fecha. De todas formas, en cuanto tenga oportunidad lo comprobaré con seguridad.