COMO bien señalaban mis amigos de Cómics, Historietas, Tebeos en una entrada que dedicaron a Attilio Micheluzzi —y a cuyo título hago un guiño con el mío—, el autor de Istria siempre estuvo condenado a ocupar un honroso pero secundario cuarto lugar en la nómina de los más grandes dibujantes italianos de historieta realista, por detrás de Dino Battaglia, Sergio Toppi y Hugo Pratt. Y ello, porque el experimental Crepax —como también señalaban los muchachos de CHT—, no contaba como participante de una carrera en la que había decidido permanecer al margen. Si no, nuestro autor habría pasado al quinto puesto.
A pesar de ello, la obra de Attilio Micheluzzi (1930-1990) es lo suficientemente importante y reúne elementos de calidad bastantes como para ser reivindicada cada cierto tiempo y hacerla objeto de homenajes, exposiciones, estudios y análisis. Cosa que, en realidad, no ha dejado de suceder incluso en vida del propio autor y antes de que nos dejara para siempre (que es cuando, por desgracia, suele empezar a reconocer el ser humano los méritos de sus congéneres más ilustres).
Una muestra de ese interés aparece reflejada, por ejemplo, bajo la forma de entrevistas, de informes o de dossieres que se incluían en algunas de las numerosas revistas que existían por la época en que esos grandes dibujantes italianos dieron lo mejor de sí mismos. Y es precisamente una entrevista a Micheluzzi lo que mis nibelungos han encontrado rastreando la red. No es que sea como para tirar cohetes (la verdad, he leído textos más interesantes y puedo afirmar que la entrevistadora estaba poco inspirada ese día), pero como en España andamos bien escasos de información sobre este autor —tan reputado como injustamente desconocido—, pues he decidido verter su contenido a la noble, austera y expresiva lengua de Cervantes para disfrute de todos mis lectores y visitantes que no conozcan la de Dante. Fue realizada en 1982 por Fulvia Serra y apareció publicada, ese mismo año, en el número 9, año 12, de la revista italiana Alter alter. Espero que les resulte interesante.
Por cierto: si desean visitar la ubicación original donde hemos encontrado la citada entrevista, no tienen más que pinchar aquí.
"¿Sí? ¿Dígame?"
Responde al teléfono con voz penetrante, enérgica, veloz. Parece a la defensiva, pero es tímido, como recuerda continuamente con puntillosa gentileza y exquisita petulancia de otros tiempos. Está atento, vigilante de cualquier palabra, un control estrechísimo de la palabra. Desconfía y se muestra con orgullosa hosquedad.
¿Quién es Attilio Micheluzzi?
Ante todo el hijo de su padre. Y, ¡ay de mí!, un arquitecto fallido. Me disgusta decirlo. Aunque no me faltaban capacidades técnicas para convertirme en un arquitecto decente, y digo decente, sin embargo carecía de la voluntad y el empuje necesarios para triunfar en este mundillo. Además yo elegí como lugar de trabajo un mundo exótico medioriental en el que quien consigue algo es porque está bien curtido y tiene experiencia.
¿Attilio Micheluzzi una víctima?
Sí, una víctima predestinada y sacrificial sobre el altar de la astucia de los árabes.
Es extraño, sin embargo, que este Micheluzzi haya sido una víctima...
Soy una víctima de mí mismo, de mi carácter, de la timidez. Imagínese usted a Micheluzzi después de haber concluido sus proyectos yendo a pedir el dinero a los árabes. La timidez: entraba en crisis. Y los árabes se percataban al momento.
Sin embargo, esto le sirvió en la historieta...
Me ha servido porque tengo una óptima memoria fotográfica. He aspirado, absorbido todo de aquellos lugares, también los olores; si se pudieran dibujar los olores también podría ponerlos en las páginas.
¿Micheluzzi huye de la realidad actual con las ambientaciones de sus historias?
Eh, sí, ya lo sabe. He nacido viejo. He nacido en el siglo equivocado. No me gusta esta época histórica de alocado progreso tecnológico.
¿Cómo vive entonces Attilio Micheluzzi en 1982?
Mal. Vivo mal y bien al mismo tiempo. Mal por las razones que acabo de darle. Bien porque estoy prácticamente encerrado en mi casa, que me he construido a la medida de mis necesidades y donde escucho bella música, las emisiones radiofónicas. Vivo en una especie de mundo...
Apartado de todo...
Sí, un poco apartado de todo. Y es que si aquí, en Nápoles, en Piazza Amedeo, que está a dos pasos de mi casa, estallara la revolución porque esta pobre gente no aguantara más (y tendría razón), yo no me enteraría de nada.
Así pues, vive un poco encerrado en familia, como Crepax, Battaglia. Tampoco a ellos les gusta la "mundanidad"
Si, creo que soy un poco superviviente, como ellos dos. Solo que yo no tengo los complejos de Crepax.
Hablemos de las mujeres de Micheluzzi, del Micheluzzi dibujante, por supuesto
Creo que éste es uno de mis puntos débiles... Dibujar rostros viriles con todas esas señales, las arrugas..., bolsas bajo los ojos...
¿Es mucho más fácil técnicamente?
Sí. No obstante, al dibujar mujeres se arriesga uno a caer en los estereotipos. La mujer no tiene que ser nunca demasiado fea, si no... No es fácil.
En suma, un rostro de mujer según usted no debe ser nunca "recargado"
Sí, sí.
¿Y a qué se debe esta imagen de mujer emancipada que usted subraya en Petra [chérie] y en la otra protagonista de [Marcel] Labrume? ¿Dos mujeres piloto?
No lo sé, sinceramente no lo sé. Quizá porque no me gustan demasiado mis personajes masculinos, que, como habrá notado, son todos bastante chapuceros...
¿Una especie de venganza, entonces?
Sí. Todo lo que no puedo hacer que hagan los hombres —que no me son muy queridos— se lo hago hacer a las mujeres: con los límites de la educación, del instinto, de las costumbres de la época histórica de que se trate en cada momento. Porque esta pobre Petra vivió hace sesenta o setenta años, en una época en que se podían hacer determinadas cosas, pero otras no.
¿La técnica que adopta es la que se deriva de haber estudiado arquitectura?
Sí, es evidente. Advertirá usted que siempre estoy atento a no repetir imágenes iguales en la misma página, ni dos cabezas en primer plano con el perfil hacia el mismo sitio. Es importantísimo que una mire a la derecha y la otra a la izquierda. Y en el caso de una calle no cometer nunca un error de proporciones; por ejemplo, que un primer plano aparezca dominado por un segundo plano.
En suma, composición como en arquitectura. Equilibrio de claros y oscuros, de zonas vacías y llenas. Contraposiciones
Exacto... En mis dibujos no hay nunca perspectivas equivocadas, lo habrá notado...
¿Y para el estudio de las ambientaciones?
¡Ah querida señora! Soy un amante de los libros, por lo que tengo un montón de colecciones: libros fotográficos, los viejos Signal, en general libros americanos, ingleses y franceses. Tengo años y años de National Geographic. Todo ello material muy útil, pues hay allí trenes, aviones. Soy un perfeccionista también en la investigación. Lo era desde muchacho.
¿Micheluzzi, no siente la necesidad de un guionista?
No, no. Soy un solitario.
Micheluzzi aparece en casi todas las revistas. ¿No le parece exagerado?
Yo prácticamente soy un joven en este campo. Soy como un muchachito de veinte años y tengo un patrimonio de entusiasmo, de fantasía, de fuerza física que ni siquiera creo que tenga Pratt. Hace treinta años que dibuja tebeos. Yo no. Aunque, se lo confieso, desde hace poco tiempo he vuelto a hojear de nuevo las revistas de arquitectura. Antes las di de lado...
¿Quiere decirme que está pensando en regresar a la Arquitectura?
No, no. Sin embargo, me gustaría decir que son dos cosas bien distintas. Dibujar una hermosa historieta es una cosa, pero hacer un edificio bellísimo es algo bien distinto. Sólo que el de la Arquitectura es un mundillo muy limitado: no se puede trabajar en él porque si uno quiere hacer cualquier cosa interesante tiene que ser contando con los políticos.
¿Podemos decir que Micheluzzi es Petra Chérie? Es decir: ¿tiene su deseo de superación?
Eh, bien, sí... Esta continua búsqueda de cualquier cosa que no se ha...
La voz se pierde en lontananza
Coda final: si están interesados en la vida y obra de Attilio Micheluzzi, les aconsejo vivamente que compren el siguiente estudio. No se arrepentirán.
Siguiendo la sugerencia de mis amigos de CHT, cuya opinión tengo en muy alta estima, he decidido ampliar la entrada original incluyendo un episodio completo de las aventuras de Petra chérie. En mi opinión, este personaje es, quizá, el más paradigmático y atractivo de todos los que construyó Attilio Micheluzzi: una mujer hermosa, joven, inteligente, culta y cosmopolita que vive sus aventuras en el convulso mundo de la Gran Guerra y en la época inmediatamente posterior. Un período lleno de misterio, glamour, aventuras y sofisticados espías, que ya fue elegido como marco histórico-ambiental por otro grande del fumetto italiano para su creación más famosa —Hugo Pratt en Corto Maltese—, pero que Micheluzzi aborda con una elegancia y una meticulosidad documental que nunca fue alcanzada, en mi opinión, por el gran creador del famoso marinero de La Valetta. Personalmente, me quedo con las puestas en escena de Micheluzzi.
En España, como siempre, hemos ido a diez minutos del pelotón y sólo conocemos algunas cosillas de las muchas (y buenas) que ideó el dibujante istriano. Su creación más popular entre nosotros —caprichos de los editores— fue Jonhnny Focus, que apareció publicado por Nueva Frontera en 1978 y por Editorial Valenciana en 1982. También tuvimos noticias del irregular Roy Mann, publicado por Toutain en su colección de "Grandes autores europeos", y le vimos colaborando en el volumen 13 de la colección Relatos del Nuevo Mundo —realizada con ocasión del V Centenario del descubrimiento de América—, donde dibujó un episodio dedicado a Francisco Pizarro que se publicó póstumamente. En cuanto a Petra chérie, algunos episodios sueltos de sus aventuras aparecieron publicados en la revista El Capitán Trueno, de Bruguera, en 1986 (fuente de la que he obtenido las páginas escaneadas que pongo a continuación). Pero las grandes creaciones de Micheluzzi —Marcel Labrume, Siberia, Bab-el-Mandeb, Molly Manderling, la propia Petra chérie— aún están inéditas en nuestro país. Por ello, si están interesados en conseguir una magnífica edición de cualquiera de ellas —incluido el integral de Petra chérie (que aquí iba a publicar Rossell Ediciones, según me dijo alguien que lo sabe bien)—, no duden en acudir (¡cómo no!) a Éditions Mosquito. Quedarán encantados.
Por cierto: no sé si habrán fijado ustedes alguna vez en los personajes de este episodio de Petra chérie, titulado Espías en Venecia, pero a mí siempre me ha parecido que el caballero que en la cuarta viñeta de la plancha cuarta lee el periódico de frente al espectador es don Benito Pérez Galdós. Fíjense ustedes y díganme si no tengo razón. Aunque, quizá, sean imaginaciones mías, pues no sé para qué iba a utilizar Micheluzzi la imagen de nuestro ilustre y castizo literato, con tanta documentación como tenía para elegir.
El autor en su estudio, frente a la mesa de trabajo
A pesar de ello, la obra de Attilio Micheluzzi (1930-1990) es lo suficientemente importante y reúne elementos de calidad bastantes como para ser reivindicada cada cierto tiempo y hacerla objeto de homenajes, exposiciones, estudios y análisis. Cosa que, en realidad, no ha dejado de suceder incluso en vida del propio autor y antes de que nos dejara para siempre (que es cuando, por desgracia, suele empezar a reconocer el ser humano los méritos de sus congéneres más ilustres).
Exposición-homenaje a Micheluzzi, con ocasión de la publicación en Francia
(¡cómo no, por Mosquito!) del integral de Marcel Labrume
Una muestra de ese interés aparece reflejada, por ejemplo, bajo la forma de entrevistas, de informes o de dossieres que se incluían en algunas de las numerosas revistas que existían por la época en que esos grandes dibujantes italianos dieron lo mejor de sí mismos. Y es precisamente una entrevista a Micheluzzi lo que mis nibelungos han encontrado rastreando la red. No es que sea como para tirar cohetes (la verdad, he leído textos más interesantes y puedo afirmar que la entrevistadora estaba poco inspirada ese día), pero como en España andamos bien escasos de información sobre este autor —tan reputado como injustamente desconocido—, pues he decidido verter su contenido a la noble, austera y expresiva lengua de Cervantes para disfrute de todos mis lectores y visitantes que no conozcan la de Dante. Fue realizada en 1982 por Fulvia Serra y apareció publicada, ese mismo año, en el número 9, año 12, de la revista italiana Alter alter. Espero que les resulte interesante.
Por cierto: si desean visitar la ubicación original donde hemos encontrado la citada entrevista, no tienen más que pinchar aquí.
LA ENTREVISTA
TRADUCCIÓN
EL AUTOR / ATTILIO MICHELUZZI EL PERFECCIONISTA
"¿Sí? ¿Dígame?"
Responde al teléfono con voz penetrante, enérgica, veloz. Parece a la defensiva, pero es tímido, como recuerda continuamente con puntillosa gentileza y exquisita petulancia de otros tiempos. Está atento, vigilante de cualquier palabra, un control estrechísimo de la palabra. Desconfía y se muestra con orgullosa hosquedad.
¿Quién es Attilio Micheluzzi?
Ante todo el hijo de su padre. Y, ¡ay de mí!, un arquitecto fallido. Me disgusta decirlo. Aunque no me faltaban capacidades técnicas para convertirme en un arquitecto decente, y digo decente, sin embargo carecía de la voluntad y el empuje necesarios para triunfar en este mundillo. Además yo elegí como lugar de trabajo un mundo exótico medioriental en el que quien consigue algo es porque está bien curtido y tiene experiencia.
¿Attilio Micheluzzi una víctima?
Sí, una víctima predestinada y sacrificial sobre el altar de la astucia de los árabes.
Micheluzzi autorretratado como personaje de Petra chérie
Es extraño, sin embargo, que este Micheluzzi haya sido una víctima...
Soy una víctima de mí mismo, de mi carácter, de la timidez. Imagínese usted a Micheluzzi después de haber concluido sus proyectos yendo a pedir el dinero a los árabes. La timidez: entraba en crisis. Y los árabes se percataban al momento.
Sin embargo, esto le sirvió en la historieta...
Me ha servido porque tengo una óptima memoria fotográfica. He aspirado, absorbido todo de aquellos lugares, también los olores; si se pudieran dibujar los olores también podría ponerlos en las páginas.
Planchas de Afghanistan, obra que Micheluzzi dejó inacabada y cuyos originales
permiten apreciar el perfeccionista método de trabajo del artista, con
bocetos muy acabados y una puesta en escena soberbia
¿Micheluzzi huye de la realidad actual con las ambientaciones de sus historias?
Eh, sí, ya lo sabe. He nacido viejo. He nacido en el siglo equivocado. No me gusta esta época histórica de alocado progreso tecnológico.
¿Cómo vive entonces Attilio Micheluzzi en 1982?
Mal. Vivo mal y bien al mismo tiempo. Mal por las razones que acabo de darle. Bien porque estoy prácticamente encerrado en mi casa, que me he construido a la medida de mis necesidades y donde escucho bella música, las emisiones radiofónicas. Vivo en una especie de mundo...
Portada de la edición francesa de Afghanistan, realizada por la benemérita Mosquito
Apartado de todo...
Sí, un poco apartado de todo. Y es que si aquí, en Nápoles, en Piazza Amedeo, que está a dos pasos de mi casa, estallara la revolución porque esta pobre gente no aguantara más (y tendría razón), yo no me enteraría de nada.
Así pues, vive un poco encerrado en familia, como Crepax, Battaglia. Tampoco a ellos les gusta la "mundanidad"
Si, creo que soy un poco superviviente, como ellos dos. Solo que yo no tengo los complejos de Crepax.
Micheluzzi, el arquitecto de la aventura por antonomasia
Hablemos de las mujeres de Micheluzzi, del Micheluzzi dibujante, por supuesto
Creo que éste es uno de mis puntos débiles... Dibujar rostros viriles con todas esas señales, las arrugas..., bolsas bajo los ojos...
¿Es mucho más fácil técnicamente?
Sí. No obstante, al dibujar mujeres se arriesga uno a caer en los estereotipos. La mujer no tiene que ser nunca demasiado fea, si no... No es fácil.
En suma, un rostro de mujer según usted no debe ser nunca "recargado"
Sí, sí.
¿Y a qué se debe esta imagen de mujer emancipada que usted subraya en Petra [chérie] y en la otra protagonista de [Marcel] Labrume? ¿Dos mujeres piloto?
No lo sé, sinceramente no lo sé. Quizá porque no me gustan demasiado mis personajes masculinos, que, como habrá notado, son todos bastante chapuceros...
La hermosa Petra de Karlowitz, uno de los caracteres más célebres de Micheluzzi,
y paradigma de ese "eterno femenino" que es fundamental en la obra del dibujante istriano
¿Una especie de venganza, entonces?
Sí. Todo lo que no puedo hacer que hagan los hombres —que no me son muy queridos— se lo hago hacer a las mujeres: con los límites de la educación, del instinto, de las costumbres de la época histórica de que se trate en cada momento. Porque esta pobre Petra vivió hace sesenta o setenta años, en una época en que se podían hacer determinadas cosas, pero otras no.
Petra chérie: el glamour y la sofisticación de la aventura
¿La técnica que adopta es la que se deriva de haber estudiado arquitectura?
Sí, es evidente. Advertirá usted que siempre estoy atento a no repetir imágenes iguales en la misma página, ni dos cabezas en primer plano con el perfil hacia el mismo sitio. Es importantísimo que una mire a la derecha y la otra a la izquierda. Y en el caso de una calle no cometer nunca un error de proporciones; por ejemplo, que un primer plano aparezca dominado por un segundo plano.
En suma, composición como en arquitectura. Equilibrio de claros y oscuros, de zonas vacías y llenas. Contraposiciones
Exacto... En mis dibujos no hay nunca perspectivas equivocadas, lo habrá notado...
Dos planchas de Petra chérie en las que pueden verse aplicados los principios de composición
que Micheluzzi enumera en la entrevista: contraposiciones, equilibrios de
claros y oscuros, variedad en los encuadres y las posiciones, etc.
que Micheluzzi enumera en la entrevista: contraposiciones, equilibrios de
claros y oscuros, variedad en los encuadres y las posiciones, etc.
¿Y para el estudio de las ambientaciones?
¡Ah querida señora! Soy un amante de los libros, por lo que tengo un montón de colecciones: libros fotográficos, los viejos Signal, en general libros americanos, ingleses y franceses. Tengo años y años de National Geographic. Todo ello material muy útil, pues hay allí trenes, aviones. Soy un perfeccionista también en la investigación. Lo era desde muchacho.
Una cuidadosa y detallada labor previa de documentación preside todos los trabajos de
Micheluzzi, como puede verse en este par de láminas de dos épocas históricas bien distintas
Micheluzzi, como puede verse en este par de láminas de dos épocas históricas bien distintas
¿Micheluzzi, no siente la necesidad de un guionista?
No, no. Soy un solitario.
Micheluzzi aparece en casi todas las revistas. ¿No le parece exagerado?
Yo prácticamente soy un joven en este campo. Soy como un muchachito de veinte años y tengo un patrimonio de entusiasmo, de fantasía, de fuerza física que ni siquiera creo que tenga Pratt. Hace treinta años que dibuja tebeos. Yo no. Aunque, se lo confieso, desde hace poco tiempo he vuelto a hojear de nuevo las revistas de arquitectura. Antes las di de lado...
¿Quiere decirme que está pensando en regresar a la Arquitectura?
No, no. Sin embargo, me gustaría decir que son dos cosas bien distintas. Dibujar una hermosa historieta es una cosa, pero hacer un edificio bellísimo es algo bien distinto. Sólo que el de la Arquitectura es un mundillo muy limitado: no se puede trabajar en él porque si uno quiere hacer cualquier cosa interesante tiene que ser contando con los políticos.
¿Podemos decir que Micheluzzi es Petra Chérie? Es decir: ¿tiene su deseo de superación?
Eh, bien, sí... Esta continua búsqueda de cualquier cosa que no se ha...
La voz se pierde en lontananza
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Coda final: si están interesados en la vida y obra de Attilio Micheluzzi, les aconsejo vivamente que compren el siguiente estudio. No se arrepentirán.
* * *
Ampliación realizada a las 19:54 horas
Siguiendo la sugerencia de mis amigos de CHT, cuya opinión tengo en muy alta estima, he decidido ampliar la entrada original incluyendo un episodio completo de las aventuras de Petra chérie. En mi opinión, este personaje es, quizá, el más paradigmático y atractivo de todos los que construyó Attilio Micheluzzi: una mujer hermosa, joven, inteligente, culta y cosmopolita que vive sus aventuras en el convulso mundo de la Gran Guerra y en la época inmediatamente posterior. Un período lleno de misterio, glamour, aventuras y sofisticados espías, que ya fue elegido como marco histórico-ambiental por otro grande del fumetto italiano para su creación más famosa —Hugo Pratt en Corto Maltese—, pero que Micheluzzi aborda con una elegancia y una meticulosidad documental que nunca fue alcanzada, en mi opinión, por el gran creador del famoso marinero de La Valetta. Personalmente, me quedo con las puestas en escena de Micheluzzi.
En España, como siempre, hemos ido a diez minutos del pelotón y sólo conocemos algunas cosillas de las muchas (y buenas) que ideó el dibujante istriano. Su creación más popular entre nosotros —caprichos de los editores— fue Jonhnny Focus, que apareció publicado por Nueva Frontera en 1978 y por Editorial Valenciana en 1982. También tuvimos noticias del irregular Roy Mann, publicado por Toutain en su colección de "Grandes autores europeos", y le vimos colaborando en el volumen 13 de la colección Relatos del Nuevo Mundo —realizada con ocasión del V Centenario del descubrimiento de América—, donde dibujó un episodio dedicado a Francisco Pizarro que se publicó póstumamente. En cuanto a Petra chérie, algunos episodios sueltos de sus aventuras aparecieron publicados en la revista El Capitán Trueno, de Bruguera, en 1986 (fuente de la que he obtenido las páginas escaneadas que pongo a continuación). Pero las grandes creaciones de Micheluzzi —Marcel Labrume, Siberia, Bab-el-Mandeb, Molly Manderling, la propia Petra chérie— aún están inéditas en nuestro país. Por ello, si están interesados en conseguir una magnífica edición de cualquiera de ellas —incluido el integral de Petra chérie (que aquí iba a publicar Rossell Ediciones, según me dijo alguien que lo sabe bien)—, no duden en acudir (¡cómo no!) a Éditions Mosquito. Quedarán encantados.
Por cierto: no sé si habrán fijado ustedes alguna vez en los personajes de este episodio de Petra chérie, titulado Espías en Venecia, pero a mí siempre me ha parecido que el caballero que en la cuarta viñeta de la plancha cuarta lee el periódico de frente al espectador es don Benito Pérez Galdós. Fíjense ustedes y díganme si no tengo razón. Aunque, quizá, sean imaginaciones mías, pues no sé para qué iba a utilizar Micheluzzi la imagen de nuestro ilustre y castizo literato, con tanta documentación como tenía para elegir.
¡Extraordinaria entrada! y no exageramos en absoluto.
ResponderEliminar¿Que le podria dar la matricula de honor? Una historia de Petra en b/n y color, o por lo menos esa es mi opinión.
La verdad es que en esta vida no depende sólo de las cualidades que cada uno tiene, sino con los que te toca bailar en el baile.
Y lamentablemente para él a Micheluzzi le tocó bailar con tres colosos del cómic mundial.
Esta entrada nos ha gustado mucho y no entendemos como tu blog no tiene más visitantes, pues es uno de los mejores en estos momentos.
Recibe un cordial saludo de tus amigos de ya sabes donde.
Cari amici (e ragazzi) di CHT.
ResponderEliminarVi ringrazio vostre gentili parole, benchè mi sembra che voi siete troppo generosi nei vostri apprezzamenti sul mio blog.
No, en serio: muchas gracias por vuestras amables palabras, que recibo con orgullo y satisfacción (por venir de quien vienen y por proceder de personas que, a lo que parece, tienen gustos comiqueros bastante similares a los míos). Y es que no por malvado nibelungo es uno menos sensible a los halagos.
Debo confesaros, no obstante, que estuve a punto de renunciar a la entrada, pues la entrevista me parecía un poco sosainas; con algunas ideas interesantes, pero sin demasiada sustancia. Quizá sea porque es demasiado corta. No sé. En todo caso, veo que he hecho bien publicándola al final.
Y concluyo: con tal de conseguir una matrícula de honor, servidor siempre ha sido capaz de casi cualquier cosa (ya lo era durante la carrera, cuando me cargaba de trabajos extras para poder subir nota). Así pues, apenas lo habéis sugerido, me ha sido imposible resistirme y, para alcanzar dicha puntuación, he incluido lo que pedíais: un episodio de Petra chérie. Pero sólo la versión en color, pues no dispongo ahora de imágenes en blanco y negro.
En todo caso, hecho está.
Abrazos nibelheimnianos.
La verdad es que en muchas ocasiones no hay material adecuado para ver la personalidad y/o la forma de trabajo, pero hay lo que hay y no se puede hacer nada más.
ResponderEliminarPor ejemplo, Antonio debio de tener un libro con conversaciones en profundidad de su larga y azarosa vida, cuestiones técnicas y otras muchas cosas. No lo hay, y lo único que nos queda son algunas entrevistas superficiales. Sobre eso hay que trabajar... y sobre los que todavia viven y le conocieron en profundidad.
La verdad es que ahora la entrada ha quedado mucho mejor ¿O no?
Cordiales saludos y decimos lo que pensamos y no solemos subir mucho el diapasón ni dar grasa al eje.
CHT dijo...
ResponderEliminar"decimos lo que pensamos y no solemos subir mucho el diapasón ni dar grasa al eje".
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Razón de más para volver a daros las gracias. Me alegro de que os guste el blog y sus entradas.
En cuanto a lo de Antonio, os envío un correo privado con algunas reflexiones.
ResponderEliminarhello Alberich and everyone,
ResponderEliminarI'm searching every news about Micheluzzi editions in Spain and Portugal
to make a much better chronology of mine at
http://www.glamazonia.it/old/articoli/micheluzzi/cronoattilio.htm...
can you help me? Please write me to my address
cantarelli @ tiscali . it
and I thank you very much!
Loris
hello Alberich and everyone,
ResponderEliminarI'm searching every news about Micheluzzi editions in Spain and Portugal
to make a much better chronology of mine at
http://www.glamazonia.it/old/articoli/micheluzzi/cronoattilio.htm...
can you help me? Please write me to my address
cantarelli @ tiscali . it
and I thank you very much!
Loris
¡Buena noches! Muchas gracias por tu traducción. Que gran placer. Descubrí solo a los 54 años el trabajo de Attilio Micheluzzi. Qué alegría.
ResponderEliminarHervé