Cubierta de la "renovada" Linus por Art Spiegelman
Pues sí, han leído bien. La celebérrima cabecera italiana, símbolo de una época trascendental para la valorización intelectual de la historieta, paradigma de la creación tebeística y modelo a seguir por otras publicaciones que aparecieron, a su socaire, en diversos países (por ejemplo, por nuestra La Oca), vuelve de nuevo a los quioscos y anaqueles de las librerías italianas (y, por ende, de todo el mundo), de la mano del fumettista Igort y de la empresa editorial "La nave di Teseo" (uno de cuyos fundadores fue, por cierto, el desaparecido Umberto Eco, a quien tanto debe la dignificación intelectual del Noveno Arte). Bueno, en realidad no "vuelve", porque nunca se fue (al menos del todo), aunque haya pasado —desde su fundación en 1965— por toda serie de vicisitudes y una breve ausencia de dos meses (durante mayo y junio de 2013), en que no se publicó.
En realidad se he producido un cambio de imagen y de dirección, con lo que finaliza el brevísimo "reinado" de Pietro Galeotti, que venía controlando los destinos de la publicación desde el 2016. Pero a partir del número correspondiente a este mes de mayo (año 54, nº 5), lo que se pretende es dar un lavado de cara a la benemérita revista, con un nuevo diseño gráfico y retornando a un concepto editorial más cercano al espíritu que ésta tuvo en sus orígenes, orientándose más hacia lo autoral y la innovación.
Al parecer, toda la operación se ha puesto en marcha por voluntad de Elisabetta Sgarbi, co-fundadora de "La nave di Teseo", que el pasado mes de junio de 2017 adquirió la mayoría de Baldini & Castoldi, la empresa que venía editando Linus desde 1993, momento en que esta última la adquirió al gigante Rizzoli (que, a su vez, la había comprado a Figure —Milano Libri Edizioni desde 1968—, empresa editorial de Giovanni Gandini, fundador de la benemérita revista).
Elisabetta Sgarbi
El deseo de Sgarbi —y ello se demuestra con el nombramiento de Igort como director de la publicación en esta etapa que ahora se inicia— es hacer de esta Linus del siglo XXI «una revista abierta a los nuevos lenguajes, inteligente, irónica y capaz de interpretar el mundo. Y no es por casualidad que el tono de este nuevo inicio esté marcado por un autor como Michel Houellebecq, escritor que, como pocos, está en situación de anticipar hacia dónde va el mundo». El objetivo, en definitiva: volver a los orígenes y, al mismo tiempo, viajar en el presente para descubrir el futuro.
Para ello se han propuesto una serie de ejes fundamentales en su línea editorial, entre los que podemos destacar el abandono de la vena satírica, el cese de publicación de material humorístico y, por encima de todo, el protagonismo otorgado a la historieta de autor, que es el plato fuerte de la nueva propuesta. La idea, según Igort, es ir «presentando trabajos de épocas diversas, desde los clásicos de la historia de la historieta, hasta las ultimísimas tendencias del relato autobiográfico». Es decir, no hay límites de tiempo y lugar, de manera que el lector encontrará reeditadas las primeras tiras de dos clásicos de la revista (como son Peanuts de Schulz y Calvin & Hobbes de Watterson), la presentación de clásicos olvidados (como Kin-der-Kids de Feininger, o Cheech Wizard de Vaughn Bodé), obras visionarias como el Nejishki de Tsuge Yoshiharu (el primer manga que publicará Linus en toda su historia) y la presencia de voces y talentos de la vanguardia historietística, como David Toffolo (uno de los fumettisti más apreciados en la actualidad), Seth, Gabrielle Bell, Tommi Musturi, Fabio Viscogliosi, Sammy Harkham, etc. Para completar (y complementar) esta propuesta básicamente historietística, los responsables de la nueva Linus proponen también prestar atención al componente teórico del medio, a través de artículos y estudios, así como cubrir otras áreas de la cultura popular, dedicando secciones a la música, el cine, las series de televisión, la literatura, etc. Todo ello, en definitiva, con el objetivo de llevar a cabo lo que Igort —en su propia cuenta de Facebook— ha denominado "piccola rivoluzione", dentro del mensaje con el que hizo público su nombramiento como director de esta nueva etapa.
Para ello se han propuesto una serie de ejes fundamentales en su línea editorial, entre los que podemos destacar el abandono de la vena satírica, el cese de publicación de material humorístico y, por encima de todo, el protagonismo otorgado a la historieta de autor, que es el plato fuerte de la nueva propuesta. La idea, según Igort, es ir «presentando trabajos de épocas diversas, desde los clásicos de la historia de la historieta, hasta las ultimísimas tendencias del relato autobiográfico». Es decir, no hay límites de tiempo y lugar, de manera que el lector encontrará reeditadas las primeras tiras de dos clásicos de la revista (como son Peanuts de Schulz y Calvin & Hobbes de Watterson), la presentación de clásicos olvidados (como Kin-der-Kids de Feininger, o Cheech Wizard de Vaughn Bodé), obras visionarias como el Nejishki de Tsuge Yoshiharu (el primer manga que publicará Linus en toda su historia) y la presencia de voces y talentos de la vanguardia historietística, como David Toffolo (uno de los fumettisti más apreciados en la actualidad), Seth, Gabrielle Bell, Tommi Musturi, Fabio Viscogliosi, Sammy Harkham, etc. Para completar (y complementar) esta propuesta básicamente historietística, los responsables de la nueva Linus proponen también prestar atención al componente teórico del medio, a través de artículos y estudios, así como cubrir otras áreas de la cultura popular, dedicando secciones a la música, el cine, las series de televisión, la literatura, etc. Todo ello, en definitiva, con el objetivo de llevar a cabo lo que Igort —en su propia cuenta de Facebook— ha denominado "piccola rivoluzione", dentro del mensaje con el que hizo público su nombramiento como director de esta nueva etapa.
Igort, ¿mirando por el futuro de la nueva Linus?
Pero llegados a este punto cabría preguntarse: ¿tiene sentido poner en marcha una empresa de estas características, en una época donde las nuevas tecnologías cada vez se imponen con mayor fuerza a todos los niveles y donde los canales de distribución han ido sufriendo una profunda modificación? En España, desde luego (y por desgracia), no. Pero es cierto que en Italia, la vía tradicional de distribución de las publicaciones historietísticas populares y de las revistas —el quiosco (l'edicola)— sigue viva y funcionando, a pesar de que la crisis también le haya afectado. No hay más que ver, de hecho, cómo y dónde se comercializan las publicaciones de la todopoderosa Bonelli para darse cuenta de ello. Por otro lado, y aunque no he tenido ocasión aún de hojearla personalmente, parece que esta nueva Linus tiene el suficiente empaque (en cuanto a formato y presentación) como para ser considerada un producto típico de librería. Deseamos, en todo caso, que esta nueva tentativa de relanzar la mítica Linus sea un éxito de ventas y de público, logrando alargar así, al menos otros cincuenta años, la vida de una de las más beneméritas e influyentes publicaciones de historieta que ha habido.
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