CLARITO, clarito, clarito como el agua pura y cristalina de un torrente serrano. Tal se muestra Ramón de España, a propósito del Museo del Cómic y la Ilustración de Badalona, en un artículo aparecido en El periódico de Cataluña a principios de este mes y con la mirada puesta en la celebración del Salón del Cómic de Barcelona, que acaba de concluir la pasada semana. El escritor, crítico y cineasta catalán —portador de un apellido que, en los tiempos que corren por Cataluña, viene a ser casi una provocación, aunque realmente, en su caso, se convierta en metáfora de posicionamiento ideológico y de lucidez intelectual (vean algunos ejemplos aquí, aquí o aquí) (1)— firma un texto que pone encima del tapete toda una serie de observaciones sobre ese permanente nasciturus que es el Museo del Cómic y la Ilustración de Cataluña.
Algunas cosas de las que allí se dicen —fundamentalmente la manipulación política nacionalista que de la institución se quería hacer desde el principio— es algo que ya planteamos algunos también hace muuuuuuuuucho, mucho tiempo (por ejemplo aquí bisbo). Y no hacía falta más que leer el texto del plan director del futuro Museu del Còmic i la Il·lustració de Catalunya que se presentó en su momento para darse cuenta de ello. Las reflexiones que ahora aventa Ramón de España a través de su artículo —imagino que a raíz de unas recientes declaraciones del "todoterreno político" Mascarell" (que lo mismo vale para hacer de socialista que de independentista)— sólo vienen a corroborar, con nuevos argumentos, todo lo que ya sospechábamos entonces. Y es que iba llegando el momento de dar pasos decisivos para la erección del citado Museo, pero no terminaba de hacerse nada. Mucho hablar, mucho discutir, mucho proponer ideas peregrinas —algunas de las cuales terminaron causando, incluso, la defección de un forofo radical del proyecto como Joan Navarro (según puede verse aquí o aquí)— pero nada en firme. Quizá, como apunta Ramón de España, porque se iba acercando la hora de la verdad y porque bajo la etiqueta de "Nacional" con que se catalogó al Museo desde el principio, al final la abrumadora mayoría del material que iba a exponerse en dicha sede está realizado en español —la lengua del opresor de que habla el articulista—, cosa que resulta absolutamente inadmisible para quien maneja los cuartos en Cataluña (esto es, la Generalidad).
En fin, Serafín. Para justificar la detención del proyecto del Museo los actuales responsables políticos catalanes han utilizado el argumento de la crisis económica —que es importante, y mucho, eso no vamos a negarlo aquí—, pero no dirán nada de todo el dinero y el tiempo que, por contra, están invirtiendo en meter a los catalanes —quienes no somos nacionalistas preferimos poner por delante las personas, antes que los territorios— en ese callejón sin salida soberanista al que los estaba dirigiendo a toda máquina el actual presidente de la Generalitat (antes de pegarse el histórico batacazo electoral del pasado mes de noviembre) y que no lleva a ningún sitio, salvo a la asfixia económica y la división social.
En todo caso, coincidiendo con Ramón de España —cuyos argumentos en el artículo asumimos como propios— nos preguntamos si alguna vez se hará realidad ese Museo del Cómic y la Ilustración que tanto necesita nuestro país (España), al margen de las intencionalidades políticas y considerando que, antes de velar por intereses espurios y torticeros, lo que realmente interesa es dignificar por esa vía un medio artístico y de expresión que se lo merece plenamente? Ya veremos.
Coda final: por cierto, cómo me recuerda el edificio elegido para sede de este museo al que se utilizó en la ciudad de Thiers para organizar la gran exposición monográfica dedicada a Sergio Toppi (sobre la que aún, para mi vergüenza, les debo una crónica).
------------------------
(1) Y para muestra un botón (que me ha hecho especial gracia): «Hace cincuenta años —sentenciaba de España en una entrevista— el borrico intentaba demostrar que no lo era, mientras que ahora la burricie se considera un cultura alternativa; el asno integral ya no tiene la menor vergüenza por serlo». Para que vean cómo se las gasta habitualmente el articulista.
(2) Por cierto: Navarro no terminaba de estar a favor de que fuera un "no catalán" —el madrileño Felipe Hernández Cava— quien dirigiera la institución (vean el segundo comentario en esta entrada de su blog). ¿Y eso por qué?
Algunas cosas de las que allí se dicen —fundamentalmente la manipulación política nacionalista que de la institución se quería hacer desde el principio— es algo que ya planteamos algunos también hace muuuuuuuuucho, mucho tiempo (por ejemplo aquí bisbo). Y no hacía falta más que leer el texto del plan director del futuro Museu del Còmic i la Il·lustració de Catalunya que se presentó en su momento para darse cuenta de ello. Las reflexiones que ahora aventa Ramón de España a través de su artículo —imagino que a raíz de unas recientes declaraciones del "todoterreno político" Mascarell" (que lo mismo vale para hacer de socialista que de independentista)— sólo vienen a corroborar, con nuevos argumentos, todo lo que ya sospechábamos entonces. Y es que iba llegando el momento de dar pasos decisivos para la erección del citado Museo, pero no terminaba de hacerse nada. Mucho hablar, mucho discutir, mucho proponer ideas peregrinas —algunas de las cuales terminaron causando, incluso, la defección de un forofo radical del proyecto como Joan Navarro (según puede verse aquí o aquí)— pero nada en firme. Quizá, como apunta Ramón de España, porque se iba acercando la hora de la verdad y porque bajo la etiqueta de "Nacional" con que se catalogó al Museo desde el principio, al final la abrumadora mayoría del material que iba a exponerse en dicha sede está realizado en español —la lengua del opresor de que habla el articulista—, cosa que resulta absolutamente inadmisible para quien maneja los cuartos en Cataluña (esto es, la Generalidad).
La foto la he tomado prestada del blog del citado Joan Navarro, que quizá se halle en una auténtica encrucijada
espiritual y ética en esta cuestión, al haber sido el "ilusionante" gobierno soberanista de Mas
quien ha puesto punto y final al proyecto del Museo (al menos de momento)(2)
espiritual y ética en esta cuestión, al haber sido el "ilusionante" gobierno soberanista de Mas
quien ha puesto punto y final al proyecto del Museo (al menos de momento)(2)
En fin, Serafín. Para justificar la detención del proyecto del Museo los actuales responsables políticos catalanes han utilizado el argumento de la crisis económica —que es importante, y mucho, eso no vamos a negarlo aquí—, pero no dirán nada de todo el dinero y el tiempo que, por contra, están invirtiendo en meter a los catalanes —quienes no somos nacionalistas preferimos poner por delante las personas, antes que los territorios— en ese callejón sin salida soberanista al que los estaba dirigiendo a toda máquina el actual presidente de la Generalitat (antes de pegarse el histórico batacazo electoral del pasado mes de noviembre) y que no lleva a ningún sitio, salvo a la asfixia económica y la división social.
Mascarell (a la izquierda) con el director del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Carles Santamaria
(que aparece muy sonriente, y no sabemos por qué, ante el hombre que niega la creación del esperado Museo)
En todo caso, coincidiendo con Ramón de España —cuyos argumentos en el artículo asumimos como propios— nos preguntamos si alguna vez se hará realidad ese Museo del Cómic y la Ilustración que tanto necesita nuestro país (España), al margen de las intencionalidades políticas y considerando que, antes de velar por intereses espurios y torticeros, lo que realmente interesa es dignificar por esa vía un medio artístico y de expresión que se lo merece plenamente? Ya veremos.
Coda final: por cierto, cómo me recuerda el edificio elegido para sede de este museo al que se utilizó en la ciudad de Thiers para organizar la gran exposición monográfica dedicada a Sergio Toppi (sobre la que aún, para mi vergüenza, les debo una crónica).
------------------------
(1) Y para muestra un botón (que me ha hecho especial gracia): «Hace cincuenta años —sentenciaba de España en una entrevista— el borrico intentaba demostrar que no lo era, mientras que ahora la burricie se considera un cultura alternativa; el asno integral ya no tiene la menor vergüenza por serlo». Para que vean cómo se las gasta habitualmente el articulista.
(2) Por cierto: Navarro no terminaba de estar a favor de que fuera un "no catalán" —el madrileño Felipe Hernández Cava— quien dirigiera la institución (vean el segundo comentario en esta entrada de su blog). ¿Y eso por qué?
Queridísimo Alberich, has tocado mi punto débil. Ya hablamos del tema en otra ocasión. Estas navidades fui expresamente a fotografiar este precioso edificio industrial.
ResponderEliminarMe alegré muchísimo cuando me enteré que el Museo del Cómic se ubicaría en Badalona y concretamente en esta antigua fábrica de almidón para cuellos de camisa. Detrás de la fábrica, a pocos metros, está la mar, nuestro mediterráneo. Es un lugar peculiar puesto que antes era la zona industrial de la ciudad. Es el único testigo "vivo" de lo que queda de la zona industrial del SXIX de Badalona.
Me cabrea que todo el esfuerzo hecho por salvar este magnífico edificio, se desperdicie por culpa del ideario nacionalista, otra vez.
En Cataluña no hay nada que hacer Alberich. La cultura de esta región es estelada. No cabe nada más y menos en español. La institucionalización de la cultura es un error de por sí. Si a ello le añades la vertiente identitaria, ni es cultura ni es nada. En Cataluña no se subvenciona, ni se invierte, ni se promocionan proyectos que no sean catalanistas. Éste, se dejará morir. No te quepa ninguna duda.
La ciudad de Badalona ha sido capaz de recuperar otras arquitecturas industriales y para muestra éste botón. Todas ellas a 200m. del futuro Museo del Cómic. Sería una lástima y un derroche imperdonable que la inversión hecha por el municipio, para la rehabilitación de la fábrica, finalmente, solo sirva para exposiciones de alegorías independentistas. Dentro de 2 años lo veremos, si el actual consistorio no se espabila.
El Ayuntamiento de Badalona, más allá de sus buenas intenciones, ha de ponerse las pilas y plantarle cara a CiU, a Mascarell y a todos estos trogloditas con barratina. Ha de buscar otras fuentes de financiación. Yo echaría mano del sector privado, de las aportaciones ciudadanas, del Estado y porque no, de la UE. Le quedan 2 años para conseguirlo, antes de las EEMM. Luego será imposible.
Un beso, amigo mío. Siempre es un placer leerte.
Hola Balserilla, ¿qué tal estás?
ResponderEliminarBueno, la verdad es que la cosa pinta mal. Estamos metidos hasta las corvas en una grave crisis económica y lo primero que suelen recortar los políticos (siempre) es del presupuesto de Cultura. Ahora bien, aclarado esto (como ya hago en la entrada) no me cabe duda de que, por detrás de este factor (importantísimo) ya ha empezado a contar la razón (identitaria) que expone Ramón de España en su artículo. Por todo ello, y como bien señalas, yo también creo que el Ayuntamiento debería tirar para adelante con el proyecto e intentar buscar financiación al margen de la Generalidad. ¿Fondos privados? Bueno, es una posibilidad, pero no sé yo si... En nuestro país la idea de mecenazgo no está muy arraigada, que digamos. Aquí, nuestros banqueros, empresarios y ricos en general están más acostumbrados al tema del pelotazo, el tráfico de influencias y eso. Por ello, el alcalde de Badalona debería intentar conseguir algo de ayuda de otras administraciones, incluso de otras comunidades autónomas que estuvieran interesadas en colaborar (se me ocurre, por ejemplo, el caso de Valencia donde se desarrolló toda una escuela tebeística de gran pujanza e influencia). Al fin y al cabo, lo que debería pretenderse es erigir un Museo de la historieta española, en su conjunto. Pero si todo ello resulta inviable, el alcalde de Badalona —que es del PP, ¿no?— quizá debería acudir a la complicidad partidista e intentar obtener ayuda del Gobierno Central. Aunque no sé yo si…, pues con los recortes que está metiendo Rajoy en Educación (mucho más impopulares) dudo que estuviera dispuesto a dar algo de dinero para este proyecto.
Un beso virtual y gracias por tu comentario.
Desde luego el hecho de haber invertido y rehabilitado el edificio debe de dar sus frutos, su ubicación es perfecta y la temática inmejorable esperemos que no quede todo en un simple proyecto sin finalización.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Hola Francisco. ¿Qué tal? Ojalá el argumento que esgrimes pudiera ser suficiente para que las obras siguieran adelante y el Museo acabara abriéndose al público. Pero no sé yo si ahora mismo... En todo caso no perdamos la esperanza, en efecto.
EliminarGracias por tu comentario.
Otro saludo para ti.