martes, 10 de diciembre de 2013

SOBRE LAS EDICIONES ASAMBLEARIAS: UNA REFLEXIÓN A PROPÓSITO DE LA ANUNCIADA NUEVA EDICIÓN EN COLOR DE "PRÍNCIPE VALIENTE", POR DIEGO CÓRDOBA



EL proyecto de edición en color de Príncipe Valiente, cuyo anuncio saltó a la red hace ya unos días en diversos foros especializados y que ha conocido una gran difusión (incluso internacional) en tan escaso tiempo —lo cual es magnífico—, tiene visos de terminar convirtiéndose en toda una epopeya, similar a la del propio protagonista de la serie que se quiere editar. Apenas se habían hecho públicas en la blogosfera sus características técnicas —descritas en el folleto publicitario que se repartió junto con el último volumen de la edición en blanco y negro de Manuel Caldas—, y les ha faltado tiempo a los aficionados, seguidores y forofos de la saga fosteriana para elaborar todo tipo de elucubraciones, hipótesis, habladurías y suposiciones y lanzarse a ofrecer una enorme retahíla de propuestas y consejos sobre cómo ha de ser una edición que, en principio —al menos eso creía un servidor— parecía estar perfectamente definida. Y todo ello debidamente sazonado con los inevitables insultos, enfrentamientos y discusiones que han terminado desatándose entre dichos aficionados por algo que aún ni siquiera se ha puesto en marcha. ¡No les quiero decir nada cuando la cosa sea ya firme y la gente empiece a opinar sobre cosas concretas! En fin, Serafín...

Un servidor, que es bastante escéptico en todo lo que concierne a la condición humana, ya no está muy seguro de hacia dónde camina este proyecto, a la vista del cariz que han ido tomando los acontecimientos: todo el mundo opina y da consejos sobre cómo debería ser una edición que, no lo olvidemos, va a alargarse en el tiempo durante unos cuantos años. Y además lo hacen enfrentándose unos a otros, insultándose y sin llegar a ponerse de acuerdo, siquiera, en algo tan fundamental como es la encuadernación de los volúmenes. Si esto es así ya al principio de la empresa, ¿qué podemos esperar, entonces, que ocurra cuando llegue la ocasión de decidir sobre otras cuestiones como la del tipo de papel, la de la maquetación, la del cómo serán las guardas, la de los colores que deberán emplearse para todos esos elementos, la de si los volúmenes han de incluir (o no) sobrecubiertas y llevar una cinta señaladora en el interior y de si ésta —en caso de haberla— tiene que ser de tela de lino o de poliéster...? ¿Sobre todas estas cosas va a tener que estar preguntando Diego Córdoba —responsable de la edicion— a sus suscriptores y esperar a que se pongan de acuerdo? Pues es lícito pensar que si hay quienes consideran que están en su derecho de opinar ahora porque van a dar "su" dinero para la empresa, también querrán hacerlo luego, cuando aquellas cuestiones señaladas antes vayan planteándose. ¿Así de tumultuoso y difícil va a ser todo el proceso? Pero si no somos capaces los seres humanos de ponernos de acuerdo en una reunión de vecinos, ¿lo conseguiremos a la hora de fijar una edición de Príncipe Valiente? Difícil me parece, pero ya veremos...

Solamente sé una cosa: a la vista de la experiencia vivida con el proyecto que ha venido liderando Manuel Caldas desde el año 2006 para editar esta misma serie fosteriana en blanco, negro y grises —y para el cual el portugués también intentó captar el apoyo del personal en unas condiciones muy similares a las que está proponiendo Diego Córdoba—, mis expectativas para que la aventura de éste último salga adelante son menos optimistas de lo que yo desearía. Aunque seguramente me equivoque, claro, y todos los interesados de esta primera hora se mantengan firmes hasta el final, sigan aportando el dinero necesario para los volúmenes que salgan y no desfallezcan, como hicieron muchos de aquellos famosos "300" (o más) que se comprometieron —alegres, despreocupados y felices—, en una empresa que, a día de hoy, va saliendo adelante a trompicones, y más por la voluntad de Caldas que por otra cosa, pues muchos de ellos se fueron retirando por el camino antes de tiempo.

Y conste que yo no me opongo, en absoluto, a que el personal sea consultado sobre todo tipo de cuestiones, especialmente teniendo en cuenta que las condiciones editoriales han cambiado mucho con esto del Internet (que da enormes facilidades para que haya una comunicación rápida, directa y fluida entre el editor y su potencial público). Pero creo que si esa era la intención primigenia del editor debería haberse hecho en otras circunstancias (por ejemplo, antes de que el proyecto hubiera estado tan definido y fijado como parecía estarlo cuando se anunció). Y es que en el caso concreto que nos ocupa, yo pienso que la gente debería centrarse más en lo que verdaderamente importa (la edición en color en sí, que puede llegar a ser un bombazo de carácter internacional por su calidad intrínseca y por el tamaño de los libros) y renunciar a aquellos aspectos que ahora mismo ya la están ralentizando (como es, por ejemplo, el tema de las tapas, que ya ha hecho que Cordoba se desvíe del planning que tenía proyectado, obligándole a pedir ayuda para buscar una imprenta que, se supone, había localizado previamente para ponerse en marcha con las condiciones de edición anunciadas en un principio).

De todas formas, y por lo que se ha ido viendo, el bueno de Córdoba se ha mostrado muy receptivo y sensible a las peticiones —no sólo nacionales, sino también del extranjero (que, según dice, ya van siendo numerosas)— y parece estar dispuesto a dar gusto a aquellos que tienen especial fijación con que las cubiertas sean en cartoné y no en rústica (aunque tenga que irse a las Antípodas para conseguirlo). Esperemos que las peticiones y exigencias se queden únicamente en esto —pese a que ya se empieza a opinar, también, sobre el tipo de papel, su grosor, satinado, blancura, tacto, etc.— y que todo pueda seguir adelante sin tropiezos hasta llegar al final. Es lo que más deseo, de verdad, a pesar de mis pesimistas impresiones. De hecho ya he dado mi apoyo a Diego (sin decirle cómo tiene que editar su libro) y tengo intención de seguir manteniéndolo en el futuro, como hago con todos los títulos que publica Caldas, si la cosa no se para antes por cualquier motivo.

En cualquier caso un factor determinante ha de quedarnos bien claro: en este tipo de empresas —como en la mayoría de las que podamos imaginar—, lo único que realmente cuenta a la larga es el "mardito parné"; quiero decir, pagar religiosamente y permitir que el editor pueda seguir adelante con su proyecto todo el tiempo que sea necesario. Todo lo demás son palabras, y las palabras —que se lo digan a Manuel Caldas— se las lleva el viento (como bien sabemos). ¿Se cumplirán esta vez, hasta sus últimas consecuencias, los buenos deseos que el personal ha manifestado en los foros donde se ha hablado de esta nueva edición y podrá mantenerse hasta la salida del último volumen el número necesario de suscripciones? That is the question (que dijo el príncipe Hamlet).

15 comentarios :

  1. Y lo más importante de todo... ¿cuénta los señores editores con los derechos para publicar este volumen en España?

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    1. Ese no será el problema, os lo aseguro (durante un tiempo yo también me hice esa pregunta), por la sencilla razón de que la edición --aun siendo en español e inglés-- no tiene por qué estar registrada en España, sino que puede hacerse digamos que en Suiza o en Grecia, aunque sacándola en español e inglés para venderla luego a un mercado hispano y angloparlante. Como la cosa se vende por Internet...

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    2. El problema es que lo anuncien tan abiertamente en webs españolas, ya que los derechos se compran por territorio de venta, no de impresión.

      Si este señor no tiene derechos para venderlo en España en castellano (porque los derechos son de algún otro), se puede buscar la ruina si empieza a enviar libros desde España a España... o desde cualquier punto de la comunidad europea.

      Fíjate, por ejemplo, que hay muchos libros de Fantagraphics que no se pueden comprar desde Europa (o el Black Dossier de Alan Moore, que se pudo comprar solo al principio, por error de los distribuidores).

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    3. Estoy convencido, Gaeta, de que todas esas cuestiones legales tienen que estar más que previstas (como lo estaban las técnicas de edición hasta que un vientecillo tentador vino a torcerlas). Pero esperemos a ver qué ocurre.

      Un saludete.

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  2. Lamento mucho leer estas reflexiones, Alberich, no porque no esté de acuerdo contigo, sino porque la impresión que me he llevado después de leer tantas opiniones ha sido la misma que tú has expuesto aquí. De hecho, no pude evitar acordarme, leyendo las propuestas y descalificaciones de unos y otros en Crisei, del paso de Lope de Rueda "Las aceitunas", donde padre y madre pegan a su hija por el precio a que debe vender una cosecha de aceitunas de un olivo que todavía no está maduro para darlas. Ojalá que nos equivoquemos y que la edición de Diego Córdoba salga adelante.

    Un saludo

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    1. Bueno, a pesar de los malos presagios yo sigo teniendo confianza en Diego y en que la cosa tire para adelante. Pero no saldrá bien si aquí opina hasta el Tato sobre cómo debe ser la edición. Sinceramente...

      Un saludete Rafa.

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    1. Benedicamus Domine, frater Tristanis!

      Otro saludete para ti, noble caballero.

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  4. Soy uno de los 300 de Caldas, Disfruto muchisimo con el trabajo de Restauración y hago de evangelizador entre mis conocidos.
    Tengo a varios amigos ya convencidos en la edición en color a los que les esta echando para atrás esta incertidumbre que está generando este debate.

    Espero que las dudas se resuelvan pronto y que paginas como la tuya puedan darle el debido altavoz para que se dé esa sensación de proyecto en firme que necesita la edición para convocar, no a 300, sino a muchos mas.

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    1. Eso mismo pensé yo. Se está matando la edición en BN. Espero que al final no nos quedemos sin ninguna de las dos......

      Keops

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    2. Gracias Goliat2711. Lo importante es dejar a Diego trabajar para que saque adelante la edición que tenía pensada.

      Un saludete.

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    3. Yo, Keops, no me preocuparía en ese sentido. La edición (¡gloriosa ya!) de Caldas y la de Córdoba son complementarias, pero tiene cada una de ellas su propia vida y siguen sus propios caminos. La del luso no está en peligro (al menos no más de lo que pudiera estarlo antes por las dificultades y obstáculos que ha ido encontrando desde el principio en su camino) y va a seguir adelante. Me consta.

      Otro saludete para ti.

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  5. A falta de más información, me parece una noticia estupenda. Deseandoles toda la suerte del mundo en el proyecto. Debo decir que en mi caso ( y sin poner la mano en el fuego.Que me conozco muy bien :-)) la de Bocola será mi última edición del PV. En todo caso me compraré el primero ;3).

    Un saludo

    Keops

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  6. Totalmente de acuerdo con Alberich, si opina todo el mundo esto no funciona, nunca se pondrá nadie de acuerdo y cada uno querrá una cosa diferente a otro, y lo peor sin saber los problemas que tiene el hacer dicho proyecto.
    Un saludo

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  7. Malas noticias. Parece que Diego Córdoba no ha conseguido los interesados suficientes para realizar su PV y lo abandona. Lo que no entiendo de su comunicado es cómo al principio hablaba de la necesidad de tener 200 interesados para llevar adelante la edición y en este mensaje de adiós habla de 500. ¿?

    Y no intentar hacerlo mediante crowdfunding... creo que ahí está el error. Ojo, hablo de un crowfunding por álbum no de un crowdfunding por la obra completa, como dijo alguien y que es un disparate.

    Al final no han sido los que pedían tapa dura es que no ha interesado a los suficientes. Ni blanda ni dura. ¿O por ser en blanda y no en dura? Ah... Y la edición americana tampoco. No se. ¿Dónde están los que defendían tanto esta edición? Pues resulta que no eran tantos, ni de un bando ni de otro.

    Lástima y espero que lo siga intentando.

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