viernes, 25 de marzo de 2016

LA ESPECULACIÓN (DESMESURADA) EN EL MERCADO DE ARTE ORIGINAL DE CÓMIC: UN EJEMPLO



ES cierto que todos los aficionados al coleccionismo de arte original de cómic desearíamos obtener siempre el máximo beneficio por las piezas que ponemos a la venta (cuando lo hacemos). Es cierto, también, que como se trata de un mercado que carece de cualquier tipo de regulación, las situaciones sospechosas o llamativas abundan más de lo que sería deseable. No es menos verdad que, al tratarse de una relación comercial entre privados dentro de un sistema de libre mercado, los precios de cada pieza pueden llegar a alcanzar unas cifras que serán tan altas como el posible comprador esté dispuesto a pagar en cada caso, no habiendo teóricamente límite a este respecto, si quien apoquina lo hace contento y convencido. Pero a pesar de todo ello, y aunque nos movemos en un terreno lleno de inseguridad y de falta de reglas, uno siempre confía en encontrarse con cierta buena voluntad y nobleza por parte de los vendedores y de otros coleccionistas. Y aunque considere legítimo que alguien busque ganar dinero, mantiene cierta esperanza sobre el sentido de ponderación de los compradores y, sobre todo, de los vendedores, pues lo contrario implica una inflación de precios que termina perjudicando a todo el mundo y limitando la posibilidad de coleccionar sólo a aquellos que más dinero tienen.

No es raro que, al navegar por la internetesfera en busca de originales, uno termine encontrándose con ejemplos que resultan especialmente llamativos en cuanto a la variación de precios de las piezas puestas a la venta (casi siempre al alza, claro está). Pero me quedé de piedra hace unos días al toparme con el caso más llamativo de inflación que había visto hasta el momento: se trata de un original de Enrique Breccia —correspondiente a su trabajo Les sentinelles— que se vendió el pasado 20 de febrero en Todocolección por 250,00 EUR y que se puso a la venta hace unos días por 1.100 EUR en eBay España. Es decir: casi cinco veces más y cuando apenas había transcurrido un mes entre una venta y otra. Juzguen ustedes mismos. ¡Menos mal que el actual vendedor puso el envío gratis...! Lógicamente la subasta ha terminado hoy y, que yo sepa, no ha habido comprador.




Un par de observaciones quiero hacer al respecto: 1º) El precio de venta en Todocolección —donde yo tuve la pieza en seguimiento durante mucho tiempo (de ahí que haya sabido cuál ha sido su final)— era bastante bueno, pues se trata de un original de autor famoso y muy conocido (Enrique Breccia), está en color directo, se encuentra en muy buenas condiciones de conservación (pues es muy reciente) y es de una obra publicada. De modo que hay margen más que suficiente para sacar un beneficio (doble e incluso triple) por la pieza, en caso de quererla vender. ¡Pero casi cinco veces...!; 2º) Por el breve tiempo transcurrido entre la compra y la posterior venta parece evidente que el único objetivo del último adquiriente ha sido especular con esta plancha.

Ya sé, como acabo de señalar arriba, que estamos en una sociedad de libre mercado, que cada cual es libre de pedir lo que quiera por un producto y si consigue que se lo compren a ese precio mejor para él. ¿Pero no creen que comportamientos como el señalado inflan los precios y desestabilizan el mercado? Yo querría saber si creen que es oportuno este tipo de especulación; o, por mejor decir, si consideran que beneficia o perjudica el mercado de arte original de cómic. Me gustaría conocer sus opiniones (si es que tienen alguna y desean publicarlas).

Un saludete y gracias anticipadas.

8 comentarios :

  1. Lo ideal sería que no apareciera ningún comprador,porque llegado el caso ¿quién es más culpable de la situación, el vendedor, que al fin y al cabo hace una propuesta, o el comprador que la acepta?

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  2. Yo también colecciono originales y bueno... tengo mi opinión al respecto.
    Partiendo de que cada cual hace de su capa un sayo, y este señor es muy libre de poner el original a la venta, así te cargas el mercado.
    Primero, por que dificilmente la va a vender, y segundo, por que al poner la lámina a ese precio, puede provocar que la próxima vez que alguien intente vender un original de Breccia ya no lo ponga a 250 € si no al triple, y así el mercado se puede quedar estancado.
    Si compras para revender hay que ser más discreto y no intentar trabajar con márgenes tan desmedidos.

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  3. Hola, Alberich.

    Aprovecho tu invitación para decir lo que pensamos sobre este tema. Leí tus dos comentarios al respecto en el blog de Rafael Amat, cuando él planteaba la posibilidad de que se estuviera formando una especie de burbuja inmobiliaria en el mundo del cómic. Y es imposible negar que hay obras que alcanzan precios disparatados (para los que no podemos pagarlos, entiendo), pero mi experiencia, por muy limitada que sea, me hace pensar que, dejando aparte especuladores más o menos vivos, y no me refiero al vendedor de la plancha de Breccia, al que le deseo toda la suerte del mundo con la venta (sin ironía), los fenómenos del mercado en el mundo de los originales de cómics no son muy diferentes de los que se dan en la compra y venta de otros objetos vinculados a la cultura popular. En ambos tiene una gran importancia la satisfacción de la nostalgia y, con este propósito, se pagan precios inexplicables de otro modo, como los varios cientos de euros que puede costar una colección completa de los llamados "tacos" de Vértice o los sesenta, setenta u ochenta euros que he visto pagar más de una vez por un número del Sheriff King. Lo mismo ocurre si hablamos de juguetes, aparatos electrónicos, etc. Así, un original de un dibujante de la escuela Bruguera, cuyos lectores originarios coinciden por edad con una buena parte de los actuales coleccionistas de este país, suele costar mucho más que un original de un dibujante español anterior, independientemente de la calidad. Y el precio que se pagó hace un par de años por el original de la primera página en que apareció Lobezno no se ajusta ni de lejos a la cotización habitual de un original de Herb Trimpe, el dibujante de esa página. Los originales de Don Heck, un dibujante como mucho correcto, parecen subir de precio año tras año gracias a que fue uno de los primeros dibujantes de los superhéroes de Marvel, por lo que los aficionados lo identifican plenamente con las emociones provocadas por esas historias.

    Pero, cuando estos factores no influyen, y no influyen en tantos casos, se pueden comprar sin problemas originales de calidad a precios razonables, si tenemos en cuenta que estamos comprando arte (al menos para los que los compramos) y si tenemos en cuenta también el bolsillo y el gusto de cada cual. Yo no puedo permitirme un original de George Herriman, mi dibujante favorito, pero sí he podido conseguir los de un par de historias completas del Topolino de Alfons Figueras, dibujante al que aprecio casi tanto como a Herriman.

    Lamento extenderme tanto, pero como no es obligatorio leerme, tampoco pasa nada.

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  4. Pero a este factor nostálgico se añade también el prestigio ocasional de determinadas series o autores, que contribuyen en no menor medida a encarecer mucho el mercado. Y pongo algunos ejemplos. Yo empecé a coleccionar originales, por un motivo un poco extraño que ahora no viene al caso, en el 2010. En aquella época, un original de Buscema del cómic que recreaba la película de Milius, con lápiz y tinta del propio Buscema, rondaba los 150 euros y un boceto a lápiz de Buscema, previo a la página definitiva, los 30 o como mucho los 50 euros (30 me costó el que yo tengo). De repente, se impuso entre los coleccionistas la idea, que el propio dibujante había defendido muchas veces, de que los mejores originales de Buscema eran los entintados por él mismo, algo que puede parecer lógico, pero que no tiene por qué serlo si se piensa que muchos grandes dibujantes han tenido frecuentemente entintadores u otro tipo de colaboradores (Noel Sickles entintó a Caniff y Jacobs y Franquin trabajaron para Hergé en Tintin), sin que nadie le reste mérito por eso a su obra. La cuestión es que tanto los originales del cómic de Conan basado en la película como los bocetos a lápiz triplicaron su precio en apenas un año o dos. Los precios que se pagan por los originales de un cómic en el que se basa una famosa serie de televisión, que no nombro para no molestar a ningún coleccionista, rondan los cuatrocientos, quinientos y seiscientos euros, cuando el dibujante actual del cómic, que no es el inicial, es incapaz de dibujar tres rostros diferentes. Un original de Guarnido o de Marini alcanza unos precios que, en mi opinión, en nada se corresponden con sus méritos como dibujantes de cómic si los comparamos con los precios de originales de Jean Giraud (no Moebius), Will Eisner, Alex Toth, Don Lawrence, Frank Bellamy, Hugo Pratt, Jijé, Carlos Giménez, Hal Foster, Milton Caniff, Jordi Bernet, Arturo del Castillo, José Luis Salinas y tantos otros que se podrían añadir.

    ¿Se puede criticar todo esto? Creo que no: un aficionado tiene derecho a comprar lo que le venga en gana y, si unos autores o unas series son más buscados que otros, pues tanto peor para los que sólo quieran originales de esos autores o de esas series. Pero no se puede olvidar que hay mucha variedad para escoger. A mí no me gustan especialmente ni Neal Adams ni Guarnido, pero sí Gene Day o Santiago Valenzuela; me gusta Foster, que está muy lejos de lo que me puedo permitir, pero también Tufts, que sí está a mi alcance y no me gusta menos: la diferencia de precio entre unos y otros es enorme. Y podría seguir con más ejemplos, pero no quiero dar más oportunidades de criticar lo que algunos pueden considerar mi mal gusto. Por supuesto, hay muchos indicios de que puedo estar equivocándome por completo, pero tal y como yo lo veo, el mercado por ahora no está en manos de especuladores, con excepciones como las que vemos en algunas subastas, sino bajo el capricho de los gustos más o menos pasajeros de los aficionados. Y pienso que ahí es donde debe estar, aunque eso nos descorazone a los que, como yo, nos gustaría tener un original de "Big" Buscema entintado por él mismo. Bueno, Alberich, tengo mis dos queridos originales de Frank Godwin: ninguno alcanzó los mil cien euros, ni siquiera la mitad de ese precio. Quizás no lo valen, pero espero no tener que averiguarlo nunca.

    Un abrazo

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  5. Más preocupante, en mi opinión, es que haya casos como el de compradores, devenidos en vendedores, que cortan las planchas originales para incrementar el precio. De este modo, se puede observar como en determinados sitios de subasta y compra directa - Heritage auction, un ejemplo- se ponen a la venta lo que denominan 'panels' en lugar de la página completa. Y esta práctica se está extendiendo. Uno puede adquirir una tira pero sería ridículo hacer lo propio con una viñeta de esa tira. Sin embargo, está sucediendo con las planchas de gran tamaño.

    Dividen el trabajo original para aumentar su precio, cortan la idea artística del autor y su distribución en la página y si, por un casual, se determinara un coleccionista a donarlo o prestarlo para su exposición, el arte, a ojos de muchos, estaría capado.

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  6. ¿Qué razón hay pues en que un mismo vendedor posea dos panels y los venda en momentos distintos?

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  7. Buenas Alberich.
    Escribo este comentario al respecto del tema porque yo soy el malogrado vendedor de dicha pieza.
    Aprecio tu blog, en gran medida gracias a tu buen hacer a la hora de escribir las reseñas y tu amplio conocimiento del mundo del cómic, y llevaba tiempo sin pasarme por aquí. Imagínate mi sorpresa al verme en cierto modo como protagonista, en este caso no para bien, de una de tus entradas.
    No hago esto para justificarme, ya que como algunos usuarios y tú mismo destacasteis cada cual es libre de vender al precio que considere oportuno, pero creo necesario contaros un poco de mi limitada andadura en este mundillo de los originales de cómic y lo que pasó con esa pieza en particular. Desde bien jovencito me aficioné a los comics, comenzado por los Mortadelos y algunos clásicos del cómic franco-belga (Astérix, Lucky Luke, Tintín, Iznogud, etc.), hasta desarrollar un gusto por comics de un cariz más adulto. Hace poco descubrí el mundillo de los originales de comic -en parte gracias a este mismo blog- , pero al ser un joven universitario sin más oficio ni beneficio que el estudio me resulta imposible acercarme a los originales de algunos de los autores de BD que más aprecio, entre ellos alguno de los citados en los comentarios (Marini, Philippe Delaby, Alex Alice, etc.), y a obras de los que considero grandes maestros de la historia del comic (Manara, Giraud, Buscema, el mismo Hal Foster, etc.). El caso es que un día bicheando por la web me encontré con este original de Enrique Breccia, al que no conozco tanto pero del que había visto varios originales a la venta tanto en alguna galería franco-belga (http://www.galerienapoleon.com/author-comics_breccia-enrique-original-comic-art-planche-originale_gb_313.html) como en una subasta realizada por Catawiki (http://auction.catawiki.com/kavels/3277585-breccia-enrique-original-page-p-41-les-sentinelles-2-septembre-1914-la-marne-2011); la verdad es que aluciné con el precio, el cual yo creía que era excesivamente barato para lo que había visto, y adquirí la página. Poco después lo puse a la venta en una subasta, que no cuajó por poco, y tras ello traté de hacerlo en EBay a ese precio, más a modo de prueba que otra cosa. Tal vez desbarré al tratar de venderlo de esa manera, y es cierto que lo hice para obtener un beneficio -sería de estúpido y caradura no reconocerlo- pero en ningún caso con la intención de especular, ya que aprecio y respeto demasiado este mundillo como para intentar sacar un beneficio económico de todo esto. Mi única intención era vender esta pieza con el fin de obtener un dinero para lograr acercarme a adquirir otro original que fuera más de mi agrado, y la verdad, desconozco cómo funcionaba este mercado hace unos años pero, tal y como ya se ha comentado, actualmente los precios se han encarecido, lo que complica las cosas para los compradores habituales y aún más a alguien como yo. En cualquier caso, agradecería cualquier consejo que se me pueda brindar.
    Agradezco tu atención y en este caso pido perdón por la excesiva parrafada, pero creía necesario publicar el comentario explicando todo tan bien como haya podido.
    Un saludo.

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  8. Muy bien. Dicho queda para todo el que quiera pasarse por aquí.

    Muchas gracias por tu comentario.

    Un saludete.

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