domingo, 11 de diciembre de 2011

NECROLÓGICAS: JERRY ROBINSON (1922-2011)



IMAGINO que a estas alturas de la semana ya habrán sabido ustedes que el pasado miércoles 7 de diciembre falleció, a la provecta edad de 89 años, este gran historietista norteamericano, representante (y superviviente) de aquella etapa histórica y gloriosa de la DC que vio nacer a un personaje tan mítico como Batman, a cuyo desarrollo contribuyó de manera decisiva. Y es que, en efecto, Robinson no sólo fue un activo "negro" del hombre que parecía haberlo hecho todo en el cómic del hombre murciélago —es decir, Bob Kane—, sino que además, según se ha ido sabiendo con posterioridad, habría sido el verdadero creador de un personaje tan fundamental para la serie como The Joker —némesis de Batman— y cocreador, junto con Bill Finger (el otro "negro" de Kane) del joven Robin.

 Dos dibujos recientes de The Joker, debidos a Jerry Robinson, en los que se ofrece una imagen
muy distinta del personaje, respecto de sus primeras apariciones en la serie (como puede verse abajo)




Al margen de esta actividad historietística "anónima", Robinson también fue autor o trabajó para otras series más o menos prestigiosas, como Green Hornet —que llegó a conocer el formato de serial televisivo en la década de los sesenta-setenta del pasado siglo y acaba de ser objeto de una adaptación fílmica este mismo año—, el efímero Atoman (inspirado en el Captain Atom de Ditko y que sólo vivió un par de aventuras), o Jet Scott, una interesante serie de ciencia ficción guionizada por Sheldon Stark que inició su andadura en 1953 y que, pese a estar muy bien dibujada, no duró demasiado (sólo dos años).


Cuatro planchas originales pertenecientes a la serie Green Hornet (El avispón verde), llenas de dinamismo,
acción y buen hacer gráfico (pertenecen al episodio titulado "Terror from the Past")


Sin embargo, a partir de los sesenta, Robinson se fue alejando progresivamente del mundo de los comic books e inició su etapa de colaboración en la prensa, a través de tiras y de una reconocida actividad como humorista gráfico, que continuaría en los setenta, a través de su serie Life with Robinson, trabajo de carácter satírico y político que aún se publicaba en los años noventa. En este campo adquirió un considerable prestigio, siendo el responsable de secciones como Still Life y la página dominical Flubbs & Fluffs, que realizó para el New York Daily News. Por toda esta actividad artística Robinson recibió a lo largo de su carrera diferentes premios, entre ellos el famoso Reuben, del que fue depositario en tres ocasiones.




Las dos portadas de Atoman y cuatro planchas de la primera historia. El personaje apareció en 1946


Asimismo desarrolló una importante labor como historiador y divulgador del cómic, actividad en la que se fue volcando hacia el final de su trayectoria, dando a la imprenta títulos como The Comics: An Illustrated History of the Comic Strip Art (1974, con diferentes ediciones), u organizando importantes exposiciones donde se podía ver la evolución de un arte —el de la historieta— que ha resultado crucial dentro de la cultura popular norteamericana.



Pero muchas de estas cosas seguro que ya las conocían ustedes. Por ello, y aunque ya han sido apuntadas antes desde algún otro blog, me gustaría destacar en esta breve necrológica otras dos facetas de la personalidad de Robinson, menos conocidas pero igualmente importantes, por la trascendencia que habrían de tener para su profesión, en cuanto a reconocimiento de los derechos de autor: además de la actividad que llevó a cabo en esta dirección desde la presidencia de la Asociación de Dibujantes de Prensa (National Cartoonists Society) durante la década de los sesenta, Robinson jugó un papel fundamental en el pulso que Jerry Siegel y Joe Shuster le echaron hace unos años a la todopoderosa Warner —por entonces dueña de la antigua DC, para conseguir que se les reconocieran derechos de autoría sobre la creación de Superman y una compensación económica por los mismos, siendo quien negoció ambos aspectos junto con Neal Adams. Como dijo este último refiriéndose a la primera sentencia positiva, dictada en 1975 (y por la que se reconocía a ambos autores una asignación anual de 35.000 dólares y el derecho a ser mencionados como creadores en cada una de las apariciones del personaje):
«Algunos hicieron millones mientras los creadores de Superman vivieron casi en la pobreza [...]. La batalla fue ardua y la recompensa escasa, pero les permitió vivir el resto de los años de sus vidas con dignidad [Shuster falleció en 1992 y Siegel en 1996]. ¿Sabes qué era lo que más les preocupaba? Les preocupaba tener sus nombres nuevamente asociados a su personaje, Superman. ¿Por qué? Porque esto era lo que eran como personas. Ellos eran su trabajo».
Todo un ejemplo que no debemos olvidar y que, por desgracia, no ha dejado de repetirse con posterioridad: el reciente caso de los herederos de Jack Kirby, en EE.UU, o el de José Sanchís en nuestro país son ejemplos bien significativos.






Cuatro muestras de la serie Jet Scott, donde se aprecia el impecable trabajo gráfico realizado por Robinson
(en la mejor tradición de las tiras de prensa norteamericana)


Así pues, por su actividad como historietista y como historiador del medio, pero sobre todo por su papel en ese acto de dignidad —que compartió con Neal Adams y con Carmine Infantino (quien también hizo campaña para exigir el reconocimiento de Siegel y Shuster)—, desearíamos recordar a Jerry Robinson en esta necrológica.

Sit tibi terra leuis.


CODA FINAL
Para complementar las dos entrevistas traducidas en Entrecómics —y a las que he remitido arriba—, incluyo las imágenes de un artículo firmado por Anthony Tollin para el número 4 de Amazing Worlds of DC Comics, correspondiente a enero-febrero del año 1975. En él se traza un perfil de Jerry Robinson, destacando su contribucion en la serie de Batman y el papel que jugó a la hora de crear el personaje de The Joker. Confío en que sepan disculparme porque, en contra de mi costumbre habitual, haya optado por publicar este texto sin su correspondiente traducción española, pero es que a estas horas de la madrugada (ya mañana, en realidad) me parecía una labor a todas luces excesiva. Con todo, creo que el documento merece mucho la pena, de ahí que me haya decidido a colgarlo de todas formas.










2 comentarios :

  1. Poco conocido pero gran dibujante es el que se nos ha ido.

    Como siempre, hermoso panegírico y dulce homenaje, amigo Alberich.

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  2. Hola JESÚS, ¿qué tal?

    Efectivamente: otro de esos historietistas --demasiados, quizá-- que era más desconocido de lo que habría merecido en función de su valía y obra realizada...

    Encantado de tenerte pululando por aquí, como siempre...

    Un abrazo.

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