El otro día tuve ocasión de ver, por vez primera —y les aseguro que única— la llamada "precuela" de Alien y debo confesar que me quedé anonadado ante la bajísima calidad de la película. Unas interpretaciones pésimas (¡ya es difícil que la guapísima Charlize Theron resulte antipática, y aquí es lo que ocurre!!); un guión sin pies ni cabeza, que no logra explicar bien qué está ocurriendo, unas situaciones ridículas que apenas se sostienen desde el punto de vista narrativo; unos personajes con los que no llegas a empatizar en ningún momento, sin desarrollo dramático, carentes por completo de personalidad y carácter; un robot —¡qué originales los guionistas, por cierto!— que resulta menos creíble que la salida de España de la crisis económica; unos "creadores" de la humanidad más tontos que hechos de encargo; unas criaturas alienígenas menos intranquilizadoras que una bandeja de calamares fritos (hay que ver el poco miedo que dan ambas criaturas: la pequeñita y la grande); unas situaciones argumentales ridículas e increíbles (por más que estemos hablando de ciencia ficción: ¡anda que esa auto-operación quirúrgica...!); unos efectos especiales que, frente a lo que pudiéramos suponer —Prometheus está realizada en plena época de la tecnología digital— parecen sacados del cine gore más setentero... En fin, para qué seguir: decepción absoluta y total... Un ejemplo más del lamentable estado de postración en que se halla el cine de nuestros días... Pasemos página y a otra cosa, mariposa.
¡Ay, Alberich! Me temo que soy una de las únicas tres personas que conozco a las que les ha gustado la película (y las otras dos no son ni el director ni el guionista, que pueden que piensen como tú). He leído las mismas críticas a la película una y otra vez, y, supongo que por mi ciega tozudez o por mi gusto caprichoso, no acaban de convencerme. No dejo de pensar que, si yo tuviera el bichejo dentro, me hubiera operado a mí mismo incluso con una piedra pómez. Sí, lo reconozco ya con resignación: la película me gustó mucho, incluso más que la tercera y cuarta entregas de Alien, y eso que en la cuarta pasaba por allí mi admirado Ron Perlman, capaz de resultar más terrorífico que los propios aliens.
ResponderEliminarUn abrazo
Se me coló una "n" en "pueden". Lo siento.
ResponderEliminarHola Rafa, ¿qué tal?
ResponderEliminar¿Pero qué es lo que te gusta de esta película...? Es que no vi salvable ni siquiera los efectos especiales (que son una de las grandes bazas de los filmes actuales...). Era todo tan..., tan..., tan precario y previsible... No sé. Hombre, yo también intentaría --si las fuerzas y la tecnologia me lo permitieran-- sacarme al bicho de dentro... ¡Pero mira que poner una especie de chipirón...! ¡¡¡Y tan mal hecho...!!!
En fin, está claro que sobre gustos no hay nada escrito... Que el Señor te dé paciencia para soportar esa carga que llevas encima, je, je, je...
Otro abrazo para ti.