EL pasado 27 de septiembre el Gobierno de la Nación eliminó las tasas judiciales para las personas físicas, que formaban parte de una de las principales reformas que el ministro Gallardón presentó durante su breve estadía al frente del Ministerio de Justicia. Llegó a él como una rutilante estrella —con su crédito político casi intacto, con la mejor valoración por parte de la ciudadanía como miembro del Gabinete— y, a la postre, sólo ha dejado una fugaz huella, un efímero recuerdo y prácticamente nada sólido en la cartera que se le encomendó. Ni la polémica reforma para la Ley del Aborto, ni la propuesta de imposición de tasas judiciales supuestamente para descongestionar la Justicia... Sólo cabreo en los sectores profesionales del gremio y en los ciudadanos. El político que se las prometía tan felices con su salto a la política nacional, el líder imbatido que, sin duda, tenía puestas sus miras en La Moncloa —aunque él lo negara, una y otra vez, por activa y por pasiva con esa sonrisita conejil que nos lanzaba de vez en cuando— ya no es nada, si acaso un recuerdo. Dicen que se ha retirado a la vida privada, pidiendo su reingreso como fiscal del Estado (que es lo que él estudió). Y quienes le conocen afirman que lo ha hecho dolido por el modo en que se le ha tratado. Yo creo que el problema de Ruiz-Gallardón —aparte de su estilo demagógico y buenrrollista que nunca me gustó— fue que siempre cometió el error de mostrar sus cartas antes de tiempo. Incluso a los enemigos. Y claro...
Cuando era un joven concejal del Ayuntamiento de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón se dio a conocer sin tapujos mediante la actitud que adoptó ante la revista Madriz. No dejó un buen recuerdo entre los aficionados al cómic. Y no digamos ya entre los participantes en esa revista. Más allá del mundo del cómic, en general, le vimos la patita que después, ya como ministro, se manifestó de cuerpo entero. Copio de Wikipedia:
ResponderEliminar"En 1983 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid. Durante su trayectoria en la oposición municipal, se destacó por su ataque a la revista Madriz a propósito de las referencias políticas y el lenguaje del mundo de la droga presentes en una historieta de Ceesepe. Visiblemente enfadado, diría de ella que se trataba de una «porquería repugnante, pornográfica, blasfema, en el sentido jurisdiccional de la palabra, contraria a la moral y a la familia»." http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Ruiz-Gallard%C3%B3n
¡Coño, Jesús! Eso no lo había leído yo... Bueno, la verdad es que no he consultado la Wiki para nada a la hora de redactar esta entrada, pues se trata de un personaje muy de actualidad y con una trayectoria que hemos podido seguir bien, desde hace bastantes años, quienes ya peinamos canitas. Y sí, efectivamente, parece que ese rostro amable y buenrrollista que nos ha querido vender siempre PRISA del ex-concejal, ex-presidente, ex-alcalde, ex-ministro madrileño no cuadra demasiado bien con algunos momentos de su biografía política (sobre todo si nos remontamos al principio de su carrera política, cuando el personaje parecía estar bastante alejado de las posiciones ideológico-políticas con las que luego se le ha identificado). Precisamente por eso decía en el cuerpo de la entrada que nunca me fue demasiado Ruiz-Gallardón (no se le veía venir). Y algo parecido afirman otras personas que le han conocido en diferentes ámbitos de la vida pública (por ejemplo en su relación con el Teatro Real, que es un tema del que también conozco algo).
ResponderEliminarPor cierto, muy interesante el testimonio....
Gracias por comentar y hasta cuando tú quieras otra vez.
Un saludete.
Si alguien quiere leer con más detalle lo que ha comentado Jesús, puede pinchar en el siguiente enlace, que lleva a la página de ABC donde se publicó (con todo lujo de detalles) la noticia en su momento.
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