BUENO, pues después de saberse —como anunciamos dos entradas atrás— que hay un proyecto en marcha para publicar de nuevo la serie de El Guerrero del Antifaz, toda la red se ha llenado de propuestas y dibujos que ofrecen diversas interpretaciones sobre este personaje tan paradigmático del tebeo español. Los hay de todos los gustos. Y como un servidor no quería ser menos en este sarao, y además siempre creyó que Adolfo de Moncada no iba vestido para la ocasión —quiero decir, con esa faldita que le deja "tol" muslamen al aire, con un traje que no es ni chicha, ni limoná, ni del todo real, ni ficticio del todo, ni del pleno, ni del bajo Medievo—, pues va a lanzar su propia propuesta, sugiriendo un Guerrero del Antifaz que, por vez primera, va vestido como corresponde a la época en que —supuestamente— transcurre la acción de la serie: el reinado de los Reyes Católicos.
Como no es un noble de alto rango en su apogeo —sino, más bien, un justiciero enmascarado—, tampoco le he querido armar con todas las galas propias de los grandes seniores de la época. Lleva armadura, eso sí, y abandona, por tanto, la cota de malla —más propia del alto y el Pleno Medievo—, que portaba el Guerrero original como única defensa corporal. El yelmo va sin cimera y con una visera levantada, para no tapar el rasgo más distintivo del personaje: su máscara. También le he puesto crestón, babera y una amplia gola. La cruz negra pectoral en el sobretodo rojo tampoco podía faltar, pues es signo fundamental del personaje. Le he quitado las grebas cutres originales y, en su lugar, he añadido una buena protección para las piernas con todas sus piezas (escarcelas, quijotes, rodilleras...). Los brazos también van perfectamente cubiertos con sus guanteletes y brazales, como correspondería a un caballero de finales del siglo XV. Una buena espada "de mano y media" —ponerle un mandoble ya me parecía excesivo (e incómodo)— y un grácil pero contundente martillo de guerra completan el conjunto en cuanto a armas ofensivas. Bueno, espero que les guste... Yo lo he dibujado con todo mi cariño por el personaje y mi respeto por su creador, el gran Manuel Gago.
Como no es un noble de alto rango en su apogeo —sino, más bien, un justiciero enmascarado—, tampoco le he querido armar con todas las galas propias de los grandes seniores de la época. Lleva armadura, eso sí, y abandona, por tanto, la cota de malla —más propia del alto y el Pleno Medievo—, que portaba el Guerrero original como única defensa corporal. El yelmo va sin cimera y con una visera levantada, para no tapar el rasgo más distintivo del personaje: su máscara. También le he puesto crestón, babera y una amplia gola. La cruz negra pectoral en el sobretodo rojo tampoco podía faltar, pues es signo fundamental del personaje. Le he quitado las grebas cutres originales y, en su lugar, he añadido una buena protección para las piernas con todas sus piezas (escarcelas, quijotes, rodilleras...). Los brazos también van perfectamente cubiertos con sus guanteletes y brazales, como correspondería a un caballero de finales del siglo XV. Una buena espada "de mano y media" —ponerle un mandoble ya me parecía excesivo (e incómodo)— y un grácil pero contundente martillo de guerra completan el conjunto en cuanto a armas ofensivas. Bueno, espero que les guste... Yo lo he dibujado con todo mi cariño por el personaje y mi respeto por su creador, el gran Manuel Gago.
Excelente interpretación, mucho más acorde con la época del guerrero. Pero esa es una indumentaria de entrar en combate; me encantaría que hicieses otro dibujo cn el
ResponderEliminaratuendo "de diario", sin armadura. Eso si, con su espada y su antifaz, claro.
Muchas gracias Luis.
EliminarImagino que, con ropa de diario (digámoslo así) don Adolfo iría relativamente elegante y muy estilizado, como corresponde a la moda renacentista, que optó por marcar las formas de los hombres, con trajes más ceñidos (jubones, medias en lugar de calzas, etc.). Ya me entiendes...
Un saludete y bienvenido al Nibelheim.
Hola, Alberich.
ResponderEliminar¿Te encuentras ya restablecido del todo? Aunque me gusta mucho tu interpretación y no dudo de que tienes toda la razón del mundo, recuerdo que una de mis aventuras favoritas era aquella en la que el Guerrero caía en un foso con tiburones (no entremos, por favor, en si eran de agua dulce o despistados tiburones toro, que viajan muy adentro en los ríos). Con esta armadura, o D. Manuel hubiera suprimido la aventura, para mi desgracia, o nuestro héroe hubiera necesitado un buen salvavidas.
El Guerrero del Antifaz tal y cómo lo dibujaba Manuel Gago tampoco hubiera sobrevivido al foso, Rafael. Créeme, con una cota de malla puesta es altamente difícil salir a flote por muy cachas que estés...
Eliminar¡Pero, Pedro, no me lo pongas peor todavía! ¡Apiádate del niño que fui!
EliminarHola Rafa, ¡cuánto tiempo!
EliminarBueno, voy mejor, pero sigo renqueando (no te creas). Estoy de acuerdo con tu comentario, ¿pero qué puedo decir? Servidumbres de la realidad histórica. Claro que, como señala Pedro, con una buena cota de malla, unas greba y un yelmo --tal como iba El Guerrero original-- tampoco es que se flote demasiado bien...
(sé que te debo unas imágenes de Rusty Riley, no creas que se me ha olvidado).
Un abrazo.
Extraordinaria interpretación señor Alberich, pero si me permite un aporte... creo que la capa le sobra...
ResponderEliminarHola Pedro:
Eliminar¿Te puedes creer que, efectivamente, estuve pensando hasta el final si ponerle la capa o no? Al final opté por hacerlo, porque también es un signo distintivo de El Guerrero, y porque el azul me permitía contrastar abiertamente con el rojo del sobretodo. Pero habría sido mucho más correcto y cercano a la realidad histórica no haberle cubierto con capa, sí señor.
Un saludete.
Es un dibujo soberbio señor Alberich, le felicito, si me dicen que lo ha hecho Juillard casi me lo creo.
ResponderEliminarMuchas gracias Francisco. Me alegro de que te guste (la comparación me abruma, en verdad...). Espero volver a verte por aquí...
EliminarUn saludete.
En vista de la gran calidad del dibujo aportado...perdone mi atrevimiento pero me gustaría que cuando pudiese hiciese otro con su uniforme "tradicional". Un cordial saludo.
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