miércoles, 30 de marzo de 2011

"HABEMUS MANGAM... PAPALEM!"



A través de La cárcel de papel y de otros medios, los aficionados al cómic hemos sabido que durante el viaje que Benedicto XVI realizará a nuestro país, entre los días 16 a 21 del próximo agosto, para asistir a las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) organizadas en Madrid se van a repartir gratuitamente 300.000 ejemplares de una biografía del Sumo Pontífice realizada en estilo manga. La mitad aparecerá en inglés y la otra mitad en español. El proyecto, que cuenta con el patrocinio de la Universidad Juan Pablo II el Grande de California, ha sido llevado a cabo en el apartado gráfico por un artista de Singapur y será editado en Madrid por Atiqtuq. En la biografía se detalla la vida y obra de Joseph Ratzinger desde que fue elegido Papa en abril de 2005, y se centrará, sobre todo, en su relación de amistad con Juan Pablo II, sus viajes a las pasadas JMJ de Colonia (2005) y Sydney (2008) y las propuestas que ha hecho a los jóvenes para vivir sus vidas plenamente. Según ha declarado Jonathan Lin, director de  Atiqtuq: «Es una oportunidad de llegar a mucha gente en un formato atractivo para transformar nuestra cultura y despertar el interés en el Papa y su mensaje a los jóvenes».

El impaciente amigo PAblo amplió ayer esta noticia en su blog, recordándonos que no ha sido Ratzinger el primer Papa objeto de una biografía comiquera (y efectivamente no lo fue, como puede verse aquí). Sin embargo, entre todas las imágenes que colgó para ilustrarnos este hecho no puso —porque no quiso o no se acordó — ninguna de aquella obra que, en mí opinión, es la más interesante y significativa de todas las que conozco sobre dicha temática. Me refiero a la biografía de Juan Pablo II dibujada por Sergio Toppi, que se publicó en cuatro entregas durante el mes de diciembre de 2000 en la revista Il giornalino, antes de ser recopilada en formato álbum al año siguiente.

Lo cierto es que, como cualquier ocasión o pretexto son buenos para difundir la obra del maestro milanés —autor al que admiramos profundamente en este Nibelheim, pero que parece no existir para los editores españoles (pese a seguir bien activo a sus 78 años)—, aprovechamos la "porta gayola" hecha por Álvaro Pons y el "pase de pecho" de PAblo para marcarnos este "volapié" y rematar la faena, ofreciendo una breve reseña de esta obra "menor" de Toppi que, según me parece, aún sigue inédita en nuestro país (aunque también se tradujo al español).


Comencemos diciendo que este Karol Wojtyla. El Papa del tercer milenio no es, desde luego, una de las obras maestras del dibujante milanés. Con todo, y aunque se trata de un trabajo de encargo —con un comitente bien específico y destinada a un público concreto— lo cierto es que Toppi sale algo más que airoso de la tarea, ofreciéndonos un producto de bastante calidad en el apartado gráfico. Es verdad que nos hallamos ante un cómic de autor —lo contrario sería impensable, tratándose de un artista con personalidad tan poderosa y marcada—, pero lo que no vamos a encontrar aquí son los experimentos formales y narrativos a que nos tiene acostumbrado Toppi en otros de sus trabajos. En este sentido, tanto el montaje de la página como la estructura general del relato son de lo más convencionales, ya que tanto él como el guionista han buscado siempre las soluciones más eficaces y sencillas para facilitar la lectura de la historia que se quiere narrar. No obstante, quien vaya buscando los estilemas propios del milanés no cabe duda que los encontrará en más de una página.

El guión está firmado por Tony (o Toni) Pagot —pseudónimo del animador y autor de cómics italiano Antonio Pagotto, creador de Calimero—,  y se organiza en cuatro grandes secciones cronológicas tituladas, respectivamente, Los años de la juventud, En la tormenta de la guerra, De Cracovia a Roma y Peregrino de paz en todo el mundo. Pagot empleó algunos recursos narrativos para dinamizar la acción y hacer más digerible la historia. Así, por ejemplo, la idea de utilizar como vehículo narrativo una familia de nuestros días, en la que unos chavales —tras ver al Papa en un noticiero— le piden a su abuelo que les explique cómo accedió Karol Wojtyla al solio pontificio. Tomando esta excusa como punto de partida, y con el artificio del diálogo entre los nietos y el abuelo —cuyas escenas se van repitiendo a lo largo de toda la historia, introducidas en medio de largas y recurrentes analepsis o flashbacks que retrotraen al pasado de la vida de Juan Pablo II—, el guionista aprovecha para ir introduciendo, además de los datos biográficos propiamente dichos, determinados mensajes que sintonizan plenamente con la doctrina y los preceptos de la Iglesia (que el origen social de un candidato no importa a la hora de valorar su vocación religiosa; que ésta no suele llegar por medio de una conversión radical y repentina, sino tras lenta y madurada reflexión; que el amor y el deseo de servicio al prójimo deben ser elementos fundamentales de la vida sacerdotal y cristiana en general; etc.).


También es muy significativa la orientación que Pagot dio al guión, centrándose en la faceta humana del "sacerdote" y "obispo" Wojtyla, más que en la mística o carismática del "papa" Juan Pablo II. Y todo ello, como el propio guionista destacó en su momento, porque «cuando se trata a un personaje de la talla de Juan Pablo II es muy fácil caer en la hagiografía». De ese modo, no se escatima ni una sola ocasion a lo largo del relato para recordarnos que la vida de quien acabaría siendo Papa fue siempre absolutamente normal; que los gustos del joven Wojtyla no diferían en nada de los del resto de muchachos (fútbol, actividades al aire libre, teatro, etc.).

Por cierto: no estaría mal que aprovechando esta próxima visita papal a Madrid se organizara aquí una exposición similar a la que se preparó en el año 2005 en Colonia, con motivo de las primeras JMJ presididas por Ratzinger ya como nuevo pontífice. En aquella ocasión, como puede leerse aquí, se expusieron las planchas de la biografía dibujada por Toppi que acabo de reseñar arriba. Pues bien: en esta ocasión no estaría de más que volvieran a ofrecerse a la curiosidad del público aquellas mismas páginas —como un nuevo homenaje, si se quiere, a la figura de Juan Pablo II, creador de este evento eclesiástico mundial—, así como una muestra de los originales del nuevo tebeo manga que se ha hecho sobre Benedicto XVI. Pero no veo en la página oficial de las Jornadas que algo parecido vaya a ocurrir. Es una lástima.

Y concluyo. En el siguiente enlace, el lector interesado puede echar una ojeada a la obra completa de Pagot-Toppi y comprobar todo lo que acabamos de decir. Que les guste y lo disfruten.


Particularmente opino que tuvo mucha más suerte Juan Pablo II que Benedicto XVI (Toppi, siempre será Toppi y a mí la estética "manga" nunca me ha convencido demasiado). Pero imagino que la cosa va en cuestión de gustos. En fin. Ustedes dirán...

1 comentario :

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