HAY que reconocer que el mercado historietístico español está que arde. Y es que, a pesar de la dura crisis que nos azota, resulta verdaderamente abrumador y acogotante —por cantidad, calidad y precios— el enorme número de novedades interesantes que pueden encontrarse habitualmente (y estos días de manera especial) en los anaqueles de las librerías especializadas. Ayer me dí una vuelta por el establecimiento que venía siendo mi proveedor habitual de tebeos y libros hasta hace un año —sustituido desde entonces casi de manera definitiva por ese monstruo devorador y lleno de tentaciones que es Amazon España— y no dejé de hojear (y ojear) cosas a cada cual más interesantes. Les cuento: en menos de veinte minutos o media hora pasaron por mis manos los siguientes tebeos:
1º) El Folies Bergère: un precioso libro, editado exquisitamente por Norma, cuyo guión debemos al prolífico Zidrou (Benoît Drousie). En la parte gráfica está el granadino Francis Porcel, firmando un trabajo de estupenda factura y magnífica ambientación. Primera Guerra Mundial, trincheras, crueldad a tope y un toque de preternaturalidad, misterio y algo de surrealismo. No lo he leído aún, y tampoco lo vi anunciado en su momento por ningún sitio como novedad (aunque no faltaron los anuncios y entrevistas con su autor: por ejemplo, aquí, aquí o aquí), pero puedo decirles que tiene una pinta estupendísima. La obra posee su propia entrada en Wikipedia y hay un completo site sobre ella en la web de Dargaud, que fue quien publicó originalmente el trabajo.
2º) Los dos primeros volúmenes del integral de Barbarroja, de Charlier y Hubinon, por la imparable (e impagable) Ponent Mon.
3º) El diablo de los siete mares: una nueva muestra del soberbio arte de Hermann Huppen, y de su savoir faire en la historieta, que nos viene servida, como edición integral, por el sello Yermo Ediciones (publicada originalmente por Dupuis en un par de álbumes). Dos aventuras de lo más clásicas, presentadas en tapa dura y muy buena impresión para dar cobertura a un dibujo extraordinario y un colorido manejado con la maestría que sólo Hermann puede asegurarnos. Lástima que al frente del guión esté Yves Huppen y no el propio Hermann. No cabe duda de que el maestro belga es uno de los últimos "monstruos" sagrados que quedan en activo dentro de este mundo y del cual deseamos seguir recibiendo nuevas obras en el futuro. ¡Larga vida al belga!
3º) Myetzko/Ogoniok: de Sergio Toppi. Una obra de la que ya hablamos con más detalle en otra entrada de este mismo Nibelheim y que ya puede encontrarse en las estanterías. Buena edición realizada a un precio asequible. Esperemos que sea la primera de una nueva colección dedicada al maestro milanés, fallecido el pasado año 2012 y merecedor de mucha más atención por parte de nuestros editores.
4º) Bruno Brazil: primer volumen del integral que Ponent Mon (¡de nuevo!) va a publicar de este clásico de la bande dessinée, realizado por Greg (guión) y Willliam Vance (dibujo). Una verdadera tentación que más de uno no dejará pasar por nada del mundo (y hará bien).
5º) Yo, René Tardi, 1. Prisionero de guerra en Stalag IIB: nueva obra de Tardi, en la que el francés vuelve por sus fueros para contarnos otra historia de guerra. En este caso concreto la que se esconde tras la experiencia personal de su padre en la II Guerra Mundial. Cambia de conflicto, pues, el maestro galo, pero continúa obsesionado por el tema bélico. Se trata de un buen libraco con ciento y pico páginas y promete seguir sorprendiéndonos en el futuro, pues éste es sólo la primera parte. La edición, de Norma, es estupenda (por lo poco que he podido ver): tamaño grande, buen papel, magnífica impresión... Mimando, como debe ser, a uno de sus autores estrella.
6º) Jeremiah: tercera entrega de esta mítica serie futurista, que nos llega de la mano de un Hermann pletórico como autor completo y a través de la decepcionante edición de Planeta DeAgostini, que optó por sacarla en un formato relativamente pequeñito (en lugar del magnífico que eligió para ofrecernos el Comanche de este mismo autor). Menos da una piedra, también es cierto...
7º) Canoe Bay y Frenchmen: dos bonitas obras firmadas por Tiburce Oger (guión en la primera) y Patrick Prugne (dibujo en la primera y autor completo en la segunda de ellas). Evocadoras aventuras en la Norteamérica de los siglos XVIII y XIX, durante la época de las colonias y las guerras entre indios, franceses y británicos. Extraordinario trabajo gráfico de Prugne en ambas obras, con un color maravilloso que les otorga un fuerte sabor pictórico y recrea de forma muy evocadora ambientes y paisajes. ¿Quién dijo que sólo Hugo Pratt sabía dibujar bien a los indios de los regiones nororientales de Norteamérica?
8º) Popeye: Ediciones Kraken prosigue la tarea que Planeta DeAgostini dejó a medias. ¿Se acuerdan? Este sería el tercer volumen de la edición que Fantagraphics realizó de la famosa serie creada por E. C. Segar. Abarca un período que llega hasta 1933 (si no recuerdo mal por la rápida ojeada que eché al libro). Una oportunidad única para poder continuar lo que quedó incompleto en su momento y hacerse, así, con los seis volúmenes de que constaba la edición norteamericana original.
9º) Little Sammy Sneeze: y otra joya de los cómics de prensa norteamericanos, recuperada por una pequeña editorial española. La evocadora Reino de Cordelia nos trae una preciosa edición de esta serie del genial Winsor Mac Cay —la segunda en importancia dentro de su producción después del celebérrimo Little Nemo in Slumberland— que incluye todas las dominicales en color de los años 1904-1905. Las aventuras del pequeño Sammy, incapaz de controlar sus apocalípticos estornudos, servidas en una estupenda edición que, esperemos, sea sólo la primera entrega de otras muchas dedicadas al famoso historietista norteamericano (o a otros cartoonists contemporáneos de éste, que también son bien interesantes y fundamentales para la historia del medio).
Y esto sólo dentro del ámbito que a mí me interesa. Dejo de lado las novedades que se han producido en el mundo del mainstream y de los superhéroes y en el manga, universos comiqueros por los que no siento especial simpatía y que desconozco bastante, pero que copan la mayor parte del mercado historietístico en nuestro país.
En fin, Serafín... Estaremos en crisis —no seré yo quien niegue tal realidad, desde luego—, pero lo cierto es que las editoriales patrias lanzan al mercado cada mes (unos más que otros, claro está) la mayor cantidad de novedades interesantes que uno recordaba desde los tiempos gloriosos de los quioscos y el boom de las revistas. ¡Qué digo! ¡Ni siquiera en aquella época había cosas tan interesantes, apetitosas y tentadoras en las estanterías de tiendas y almacenes. ¡Y además editadas en magníficos formatos de tapa dura y buen papel! Nada de grapa y reproducción tipo fanzine, como antaño... Es uno de los misterios de este sector que los especialistas y teóricos intentan desentrañar cada cierto tiempo, sin acertar muy bien a explicar dónde está el misterio. Es cierto que las tiradas hoy día son irrisorias (no es que fueran mucho mayores hace veinte o treinta años, con la excepción de Bruguera y alguna otra), pero este motivo no puede explicar, por sí solo, la superabundancia de títulos y de oferta que encontramos cada mes. Debe de ser la magia de los tebeos...
1º) El Folies Bergère: un precioso libro, editado exquisitamente por Norma, cuyo guión debemos al prolífico Zidrou (Benoît Drousie). En la parte gráfica está el granadino Francis Porcel, firmando un trabajo de estupenda factura y magnífica ambientación. Primera Guerra Mundial, trincheras, crueldad a tope y un toque de preternaturalidad, misterio y algo de surrealismo. No lo he leído aún, y tampoco lo vi anunciado en su momento por ningún sitio como novedad (aunque no faltaron los anuncios y entrevistas con su autor: por ejemplo, aquí, aquí o aquí), pero puedo decirles que tiene una pinta estupendísima. La obra posee su propia entrada en Wikipedia y hay un completo site sobre ella en la web de Dargaud, que fue quien publicó originalmente el trabajo.
2º) Los dos primeros volúmenes del integral de Barbarroja, de Charlier y Hubinon, por la imparable (e impagable) Ponent Mon.
3º) El diablo de los siete mares: una nueva muestra del soberbio arte de Hermann Huppen, y de su savoir faire en la historieta, que nos viene servida, como edición integral, por el sello Yermo Ediciones (publicada originalmente por Dupuis en un par de álbumes). Dos aventuras de lo más clásicas, presentadas en tapa dura y muy buena impresión para dar cobertura a un dibujo extraordinario y un colorido manejado con la maestría que sólo Hermann puede asegurarnos. Lástima que al frente del guión esté Yves Huppen y no el propio Hermann. No cabe duda de que el maestro belga es uno de los últimos "monstruos" sagrados que quedan en activo dentro de este mundo y del cual deseamos seguir recibiendo nuevas obras en el futuro. ¡Larga vida al belga!
3º) Myetzko/Ogoniok: de Sergio Toppi. Una obra de la que ya hablamos con más detalle en otra entrada de este mismo Nibelheim y que ya puede encontrarse en las estanterías. Buena edición realizada a un precio asequible. Esperemos que sea la primera de una nueva colección dedicada al maestro milanés, fallecido el pasado año 2012 y merecedor de mucha más atención por parte de nuestros editores.
4º) Bruno Brazil: primer volumen del integral que Ponent Mon (¡de nuevo!) va a publicar de este clásico de la bande dessinée, realizado por Greg (guión) y Willliam Vance (dibujo). Una verdadera tentación que más de uno no dejará pasar por nada del mundo (y hará bien).
5º) Yo, René Tardi, 1. Prisionero de guerra en Stalag IIB: nueva obra de Tardi, en la que el francés vuelve por sus fueros para contarnos otra historia de guerra. En este caso concreto la que se esconde tras la experiencia personal de su padre en la II Guerra Mundial. Cambia de conflicto, pues, el maestro galo, pero continúa obsesionado por el tema bélico. Se trata de un buen libraco con ciento y pico páginas y promete seguir sorprendiéndonos en el futuro, pues éste es sólo la primera parte. La edición, de Norma, es estupenda (por lo poco que he podido ver): tamaño grande, buen papel, magnífica impresión... Mimando, como debe ser, a uno de sus autores estrella.
6º) Jeremiah: tercera entrega de esta mítica serie futurista, que nos llega de la mano de un Hermann pletórico como autor completo y a través de la decepcionante edición de Planeta DeAgostini, que optó por sacarla en un formato relativamente pequeñito (en lugar del magnífico que eligió para ofrecernos el Comanche de este mismo autor). Menos da una piedra, también es cierto...
7º) Canoe Bay y Frenchmen: dos bonitas obras firmadas por Tiburce Oger (guión en la primera) y Patrick Prugne (dibujo en la primera y autor completo en la segunda de ellas). Evocadoras aventuras en la Norteamérica de los siglos XVIII y XIX, durante la época de las colonias y las guerras entre indios, franceses y británicos. Extraordinario trabajo gráfico de Prugne en ambas obras, con un color maravilloso que les otorga un fuerte sabor pictórico y recrea de forma muy evocadora ambientes y paisajes. ¿Quién dijo que sólo Hugo Pratt sabía dibujar bien a los indios de los regiones nororientales de Norteamérica?
8º) Popeye: Ediciones Kraken prosigue la tarea que Planeta DeAgostini dejó a medias. ¿Se acuerdan? Este sería el tercer volumen de la edición que Fantagraphics realizó de la famosa serie creada por E. C. Segar. Abarca un período que llega hasta 1933 (si no recuerdo mal por la rápida ojeada que eché al libro). Una oportunidad única para poder continuar lo que quedó incompleto en su momento y hacerse, así, con los seis volúmenes de que constaba la edición norteamericana original.
9º) Little Sammy Sneeze: y otra joya de los cómics de prensa norteamericanos, recuperada por una pequeña editorial española. La evocadora Reino de Cordelia nos trae una preciosa edición de esta serie del genial Winsor Mac Cay —la segunda en importancia dentro de su producción después del celebérrimo Little Nemo in Slumberland— que incluye todas las dominicales en color de los años 1904-1905. Las aventuras del pequeño Sammy, incapaz de controlar sus apocalípticos estornudos, servidas en una estupenda edición que, esperemos, sea sólo la primera entrega de otras muchas dedicadas al famoso historietista norteamericano (o a otros cartoonists contemporáneos de éste, que también son bien interesantes y fundamentales para la historia del medio).
Y esto sólo dentro del ámbito que a mí me interesa. Dejo de lado las novedades que se han producido en el mundo del mainstream y de los superhéroes y en el manga, universos comiqueros por los que no siento especial simpatía y que desconozco bastante, pero que copan la mayor parte del mercado historietístico en nuestro país.
En fin, Serafín... Estaremos en crisis —no seré yo quien niegue tal realidad, desde luego—, pero lo cierto es que las editoriales patrias lanzan al mercado cada mes (unos más que otros, claro está) la mayor cantidad de novedades interesantes que uno recordaba desde los tiempos gloriosos de los quioscos y el boom de las revistas. ¡Qué digo! ¡Ni siquiera en aquella época había cosas tan interesantes, apetitosas y tentadoras en las estanterías de tiendas y almacenes. ¡Y además editadas en magníficos formatos de tapa dura y buen papel! Nada de grapa y reproducción tipo fanzine, como antaño... Es uno de los misterios de este sector que los especialistas y teóricos intentan desentrañar cada cierto tiempo, sin acertar muy bien a explicar dónde está el misterio. Es cierto que las tiradas hoy día son irrisorias (no es que fueran mucho mayores hace veinte o treinta años, con la excepción de Bruguera y alguna otra), pero este motivo no puede explicar, por sí solo, la superabundancia de títulos y de oferta que encontramos cada mes. Debe de ser la magia de los tebeos...
Tienes razón; la verdad es que no es normal que haya tantas y tan variadas novedades en las secciones de cómic últimamente, y eso a pesar de la que está cayendo y de que los nuevos lanzamientos no están precisamente a precios que todo el mundo se pueda permitir... Es un poco inexplicable esto, o por lo menos yo no le encuentro un motivo muy plausible. Pero en fin, bienvenidas sean.
ResponderEliminarRespecto a las que apuntas, me tientan y mucho los integrales de Barbarroja. Y en mi última visita a la librería no pude evitar llevarme el Little Sammy Sneeze, que me pareció una preciosidad y un gran acierto de esta editorial, que desconocía hasta ahora. Ojalá saquen cosas de Little Nemo en el mismo formato.
Saludos.
A primera vista el panorama es magnífico y ofrece unas posibilidades y una variedad que nunca jamás llegamos a conocer en otras épocas. Pero ello, me temo, es el producto de la deflación y del raquitismo de nuestra afición y de nuestra industria. Buena parte de la explicación debe hallarse en las bajísimas tiradas que hacen las editoriales de cada título (casi como si se editara "bajo demanda", que sería una buena solución, por otro lado), pues de otra forma no me salen las cuentas, conociendo nuestro mercado y nuestra industria editorial). Sólo superhéroes y manga deben vender cantidades algo más importantes. Pero no sé yo si sólo ésta será la causa del fenómeno.
EliminarEn todo caso, reconozco que los aficionados al cómic clásico de toda la vida (BD, tiras de prensa, de autor, etc.) estamos viviendo una época dorada que debemos aprovechar mientras persista. Los viejos aficionados, claro está, que tengan posibles para poderse permitir el lujo de pagar lo que cuestan la mayoría de los álbumes lujosos que salen cada mes con estos títulos.
¿Os habéis fijado que sólo con las cuatro cositas que he puesto en la entrada se superan, con creces, los 350,00 euros? ¿Hay alguien que pueda resistir ese ritmo de novedades? Y las que se avecinan... Parece evidente que la cosa ha de pasar por seleccionar (y mucho) si no se desea acabar arruinado.
Un saludete.
En tiempos difíciles hay que esforzarse y sacar lo mejor para poder competir.
ResponderEliminarSi, eso puede ser cierto, pero el fenómeno que sorprende es el de la centralización en algunos títulos de calidad, sino su acumulación en unas pocas editoriales. ¿La "proliferación", podríamos decir, como política? Quizá sea una alternativa en tiempos de crisis, no lo niego... ¿Pero hasta cuándo durará...?
EliminarBueno, quizá sea mejor no hacerse tantas preguntas y seguir disfrutando de ella mientras se pueda (y nos permitan nuestros maltrechos bolsillos).
Otro saludete para ti, amigo Touwani.
¡Maldición, Alberich! Viendo tu comentario de la edición de Little Sammy Sneeze no me pude resistir y lo he encargado. Otro gasto más después del tomo de Toppi, del primer integral de Barbarroja y el de Bruno Brazil.
ResponderEliminarY me quedan pendientes el Jeremiah, el tomo de Popeye, el segundo de Barbarroja. Casi terminaré agradeciendo que "Los Gringos" se retrase...
Siento haber sido la causa de esa tentación irreprimible, Xelo... Aunque sé que es por una buena causa...
ResponderEliminarLo único que yo reprocharía a la edición del Reino de Cordelia es el hecho de que el formato es un poco pequeñito, y los textos de los bocadillos no se leen demasiado bien. Pero, por lo demás, es un libro precioso.
Y a todo lo escrito aquí hay que añadir los lanzamientos de cómic clásico USA. Tarzán de Russ Manning # 2 , Popeye # 3 comic books clasiccs, Micky Mouse ,dominicales tomo 1 y 2. y algunos más.
ResponderEliminarY Little Nemo integral en formato original de Taschen, que de momento se va a retrasar su salida a Abril de 2014 (estaba previsto su salida para fin fin de año.
Así es, Alan. Gracias por los datos añadidos (aunque no tenía pensado, un servidor, ampliar tanto su radio de acción como para llegar a los editores extranjeros).
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