miércoles, 26 de marzo de 2014
NECROLÓGICAS: ADOLFO SUÁREZ GONZÁLEZ (1932-2014)
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Sí, eso parece. ¡Qué tristeza! En fin, como decía la canción, y allá en el otro mundo, en vez de infierno encuentres gloria. Simpático y tierno dibujo. Imagino que Lucky Luke les envidiará el cigarrillo.
ResponderEliminarHola Rafa. No lo dudes: Lucky Luke, sin duda, se uniría a ellos con gusto.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Me alegran mucho tus impresiones sobre el dibujo, pues son exactamente las que pretendía despertar: ternura (ante el hecho luctuoso mismo) y una visión amable, simpática e incluso noble de la política (tan denostada hoy día, y con razón): aquellos dirigentes --que yo he personalizado en Suárez y Carrillo-- nos demostraron que era posible ser adversario político sin llegar a la enemistad irreconciliable. Y, sobre todo, que los políticos están para servir a los pueblos sobre los que gobiernan y buscar su bienestar. En fin, Serafín... ¡Cuánta falta haría recuperar ahora ese "espíritu de la Transición" del que tanto se ha hablado estos días, a raíz de la muerte de ex-presidente Suárez!
Un saludete.
La transición, la mayor mentira que nos han endosado. De aquellos polvos, estos lodos. Suárez un franquista, convicto y confeso que se dedicó a que no se desatara el nudo, del atado y bien atado del dictador. Carrillo, un personaje de los más siniestro, que acabó en el monárquico PSOE, traicionando a la clase obrera.
ResponderEliminarGracias por demostrarnos lo ingenuos e ignorantes que somos. Si no hubiera personas tan amables como tú, no cabe duda de que otros incluso seríamos capaces de creer en esa barbaridad llamada libertad y en ese desafuero conocido como responsabilidad. Gracias otra vez, pero, por favor, ahora que ya nos has abierto los ojos, ¿no crees que es conveniente que busques en otros foros a otros tan confundidos como nosotros y los saques del oscurantismo en que viven?
EliminarPensándolo bien, creo que me he pasado. No soy quién para decirte dónde debes opinar, y menos en este foro.
Eliminar¡Vaya, vaya...! Está bien que se produzca debate, intercambio de opiniones... Nunca me ha importado hablar de política, pero siempre razonablemente y con los buenos modales por delante.
ResponderEliminarVamos a ver: me atrevería a apostar (aunque quizá esté equivocado, en cuyo caso pido perdón de antemano) que nuestro vehemente Anónimo ha nacido después de la Transición. Es decir, ha conocido siempre un régimen político democrático. Sólo desde esa perspectiva (o desde la ceguera más absoluta acerca del momento histórico y político en que se produjo la Transición) se puede ser tan intransigente y cicatero como para no reconocerle a Suárez y a quienes le apoyaron más directamente, al menos el mérito de haber traído la democracia a nuestro país, por más perfectible que ésta pueda ser (y lo puede ser muchísimo, todo sea dicho).
En este sentido, pienso que no debería confundirse el valor y la utilidad de lo que se hizo entonces (poner en marcha un régimen democrático directamente a partir de una dictadura) con lo que vivimos actualmente (ese mismo régimen democrático absolutamente corrompido por culpa de los malos políticos). De ahí que no pueda estar de acuerdo con esa relación directa que nuestro Anónimo establece entre la democracia llegada tras la Transición y la que actualmente padecemos (que es una deformación evidente del ideal que se pensó en aquel momento), utilizando para ello el famoso refrán del polvo y los lodos. Quiero decir que de una cosa no tenía por qué derivarse necesariamente la otra.
Por otro lado, no creo que el pobre Suárez (que llevaba apartado de la vida pública desde el lejano 1991) tuviera la culpa de cómo ha terminado siendo nuestra democracia. Él puso los fundamentos para hacer una España mejor; otros los han ido desperdiciando (o desnaturalizando) luego, a medida que avanzaba nuestra historia democrática, pervirtiendo muchas veces los principios ideales que se establecen en nuestra Constitución.
Un saludete.
En cuanto a Carrillo (no iba a decir nada de él, pues la entrada está dedicada a Suárez), hombre, todo el mundo conoce cuál fue su trayectoria política antes de la Transición (y me atrevería a decir que incluso después). Pero tampoco sería justo negarle al hombre el papel esencial que jugó en ese crítico momento histórico, haciendo lo posible por facilitar la concordia y ayudando a Suárez para que la nueva democracia española pudiera seguir adelante. Hay que situarse también en el contexto histórico de aquellos años --lo que representaba el Partido Comunista (¡y el propio Carrillo!) para una buena parte de la sociedad española (y, sobre todo, para las Fuerzas Armadas de esa época)-- para darse cuenta de la generosidad y altura de miras con que actuaron el líder comunista y los demás miembros de la oposición democrática.
ResponderEliminarLo dicho: un saludete.
Pero bueno, Anónimo: ¿te ha gustado el dibujo, sí o no? Je, je, je...
ResponderEliminarHola, Alberich.
ResponderEliminarSi, como he dicho más arriba, me he pasado, te pido disculpas. Se me olvida siempre que hay que pensar bien las cosas antes de plasmarlas por escrito. Reconozco que no sirvo para contar hasta diez antes de hablar. Pero, en este caso y sin que sirva de excusa, yo, aunque era un niño, sí viví la Transición, me crié entre gentes aun más humildes que los de esa clase obrera que tantos escogen como bandera para dar validez a sus argumentos y tengo muy claro el valor de Adolfo Suárez. Y también lo que tantas veces ha dicho Fernando Savater: el que piensa que ahora no hay democracia, es que no sabe lo que había antes. En fin, mis disculpas de nuevo a ti y a Anónimo.
Un saludo.
Una última cosa. Quizás mi referencia a la democracia pueda parecer un poco extemporánea. Pretende contestar a la opinión de que Alfonso Suárez "se dedicó a que no se desatara el nudo, del atado y bien atado del dictador".
ResponderEliminarHola, Alberich. A tu pregunta y comentarios:
ResponderEliminar1- Tu dibujo está muy bien.
2- No he nacido después de la transición.
3- Como dice en El Gatopardo, el personaje de Tancredi a su tío Fabrizio la famosa frase: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie".
Como vemos, siguen mandando los mismos, entonces y ahora.
3- Vemos como los “demócratas” del Reino de España no han ahorrado esfuerzos en ensalzar su figura. Y es que, en tiempos en que el régimen borbónico-franquista disfrazado de democracia tiene su credibilidad bajo mínimos, el citado ensalzamiento, amplificado a gran escala por casi todos los medios de comunicación, está ayudando a dar veracidad a una grandísima e histórica mentira: que en el Estado español se hubo dado una ruptura con el franquismo mediante una Transición —liderada por el propio Suárez y el Rey— y que, además, ésta fue modélica.
El falso consenso que se le atribuye al recién fallecido fue obtenido a base de represión. Entre 1976 y 1980 —con él como presidente del gobierno— la policía, la Guardia Civil y la extrema derecha asesinaron impunemente a más de cien personas, y miles de detenidos fueron salvajemente torturados.
¡Vaya un consenso! “O pasas por el aro o te suprimo ideológica e incluso físicamente”.
El PCE para poder acceder a la legalidad —el 9 de abril de 1977— hubo de claudicar y pasar a enarbolar en sus mítines la bandera de Franco y de los Borbones, reconocer oficialmente la unidad de España, firmar la Ley de la Reforma Política —18 de noviembre de 1976— y los Pactos de la Moncloa —25 de octubre de 1977—, que supuso un notable retroceso en las conquistas obreras conseguidas con mucho esfuerzo y dolor durante tantos años de lucha.
Nunca leyó un libro por entero, cosa de la que se jactaba y le preocupaba muy poco la cultura, ahora bien, destacaba como un gran jugador de naipes y, ya en el poder, como un obseso por el espionaje y las escuchas telefónicas.
Desde el mismo año de su retirada política hasta 1997, el bufete de Adolfo Suárez -A.S., Abogados- recibió de las compañías eléctricas muchos millones de pesetas, canalizados por Antonio Navalón, con denominación profesional: Euroibérica Internacional de Estudios SA. (EIESA). Navalón, relaciones públicas de grandes fortunas y grandes bufetes, será el personaje "que consiga buena parte del patrimonio que acumulará el duque de Suárez".
Estas son algunas de las pinceladas sobre este personaje y su falsa transición, que no es tan maravilloso e innocuo como nos lo quiere vender la prensa del capital y el sistema.
BUITAKER
Hola, Buitaker.
ResponderEliminarTe reitero mis disculpas por mi salida de tono.
No te voy a negar los asesinatos, pues los hubo; si fueron más o menos, no importa. Pero con respecto a los "miles de detenidos salvajemente torturados", permite que me refiera un momento a mi vida. Crecí en una huerta junto a un barrio obrero. El único partido que tenía una sede en ese barrio era el partido comunista: soy de Córdoba, y los años de mi niñez y adolescencia son los del gobierno de Anguita. Algunos miembros del Grapo eran de Córdoba; gente muy cercana a mí, y a la que nada ligaba al País Vasco, apoyaba abiertamente el terrorismo etarra; personas con las que me cruzaba todos los días, algunos de mi familia, eran comunistas; muchos de mis profesores y la mayoría de mis compañeros de instituto y facultad eran de izquierdas. Yo mismo voté al partido comunista más de una vez cuando tuve edad para hacerlo. A pesar de que éste fue el ambiente en que crecí, nunca le oí a nadie hablar de un solo torturado, y no era gente con miedo. Sé que hubo casos concretos de torturas en España, pero tú lo presentas como algo sistemático y habitual. Quizás Córdoba era una burbuja, quizás viví entre ignorantes, pero supongo que te basarás en algo más que una simple opinión para confirmar un hecho tan grave.
Nada de lo que dices aquí sobre Suárez va en contra de su relevancia política. No soy jugador de naipes, pero no veo por qué esa afición es incompatible con el ejercicio de la política honrada. Tampoco veo la relación entre los libros y su posible inutilidad como político. Reconozco que leer podría ayudar. Sin embargo, Hitler no sólo leyó libros, sino que incluso los escribió, al igual que Mao, que era maestro; Mussolini era un apasionado de Stefan Zweig, uno de los escritores más tolerantes y defensores de la paz y la libertad que ha habido; Henry Kissinger llegó a pasar por la Universidad, y supongo que hasta se licenció. Y no tengo nada en contra de la lectura: soy profesor de literatura y concentro todos mis esfuerzos en desarrollar el gusto por la lectura de mis alumnos; a veces, hasta hay suerte con alguno.
Por último, ¿por qué crees que el régimen actual, dejando a un lado que nuestro Jefe de Estado sea un rey (hasta ahí, entiendo tus objeciones y las puedo compartir), no es una democracia? No es una pregunta capciosa; de verdad que siento curiosidad.
Espero no haberte resultado excesivamente pesado.
Un saludo.
Rafa
Como sé que Blooger me va a dar el aviso de "Su HTML no es aceptable: Debe contener como máximo 4.096 caracteres", voy a dividir en dos mi respuesta al amigo Buitaker. Extensa y razonada (como lo merece su segundo comentario), pero demasiado larga para caber en un solo mensaje.
ResponderEliminarAllá va:
PARTE PRIMERA:
¿Qué hay Buitaker?
Después de leer tu segundo mensaje --donde expones con mayor detalle lo que piensas-- puedo comprobar que no será posible ponernos de acuerdo, pues las categorías que empleamos ambos y los conceptos que manejamos son bastante distintos (cuando no abiertamente divergentes). Es decir, tenemos una percepción de la realidad del todo diferente. Y me explico:
1º) Mientras que tú hablas de "régimen borbónico-franquista", yo no puedo sino referirme al "régimen borbónico parlamentario", pues desde el momento en que Juan Carlos I renunció voluntariamente al poder omnímodo que el dictador Franco le transmitió tras su muerte y decidió transferirlo a un sistema político basado en una Constitución que fue votada favorablemente por más del 80% de los españoles, no sólo se ganó la credibilidad como demócrata, sino también su legitimidad como nuevo Jefe del Estado. ¿Que una vez muerto Franco se debería haber planteado en el nuevo proceso constituyente la posibilidad de hacer un referendo para preguntar a los españoles si preferían un régimen republicano o monárquico? Bueno, pues no diré yo lo contrario. Pero entonces te pregunto: ¿de verdad crees que tal situación habría sido posible en aquella crítica coyuntura histórica? Yo pienso que el experimento habría resultado, cuando menos, complicadillo. Entonces podrías replicarme: "bien, pues que dicho referéndum se haga ahora". Y yo te responderé: "de acuerdo, no tengo inconveniente. Adelante". Pero conste que todo eso no le quita el menor valor a lo que Suárez hizo entonces, ni deslegitima su obra (sino todo lo contrario, porque con los pasos que él dio dejó la puerta abierta para que ahora nosotros podamos elegir si queremos, y eso es lo fundamental).
2º) El uso irónico de esas comillas que empleas cuando hablas de "demócratas" para referirte a los actuales constitucionalistas también es un obstáculo que nos separa, entre otras razones, porque debo entender que yo, según tu concepción de las cosas, no soy tampoco demócrata, al haber defendido la figura de Suárez.
3º) No es verdad que el famoso "consenso" --que yo no tengo por "falso", como parece ser tu caso-- fuera obtenido sólo a base de represión. También fue necesario emplear la comprensión, el diálogo y la capacidad para ceder, de modo que todos renunciaran a sus máximos para obtener, al menos, algo de lo que pedían. ¿Qué habrías hecho tú, en el caso de haber podido decidir? ¿Imponer tus criterios a la fuerza a aquella otra parte de españoles que no estuvieran de acuerdo con tus planteamientos e ideas? ¿Acabar con ellos para eliminar todo tipo de oposición?
PARTE SEGUNDA:
ResponderEliminar4º) En cuanto a la represión (que la hubo, evidentemente), me parece que siempre es inevitable en cualquier proceso histórico de cambio más o menos traumático. Pero al lado de ella, conviene recordar que ese mismo Gobierno que tú tienes por represor también aprobó dos amnistías generales cuando el proceso hacia la democracia parecía algo más encarrilado (*). Amnistías (sobre todo la segunda de octubre de 1977) que, por cierto, algunos aprovecharon para seguir asesinando a partir de ese momento y hacerlo luego durante muchos, muchos años (y ya dentro de un régimen donde se podía participar libremente desde el punto de vista político para defender cualquier idea). Por otro lado, debo rechazar ese carácter "generalizado" que otorgas a la represión practicada: se produjo, básicamente (y si excepctuamos casos como el del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha), en el contexto de manifestaciones y huelgas, pero dentro de un período donde también hubo dos elecciones generales democráticas (en junio de 1977 y marzo de 1979). Así es que nada de "represión generalizada", y mucho menos nada de "o pasas por el aro o te suprimo ideológica e incluso físicamente", pues todo el mundo podía participar libremente en el proceso democrático (claro que había que creer en él para hacerlo).
5º) Hablas de "claudicación" cuando te refieres a los gestos que el PCE hubo de hacer para que su legalización resultara más digerible ante una sociedad y unas Fuerzas Armadas que miraban con desconfianza a ese partido político. Yo, por el contrario, prefiero ver en tales gestos grandeza de espíritu, altura de miras y, en primer lugar, la cesión que todo interlocutor está obligado a realizar cuando negocia o pacta con un adversario y desea llegar a algún acuerdo positivo con él.
6º) Por ejemplo: ves como una intolerable claudicación que el PCE reconociera la unidad de España (como si tal realidad fuera algo delictivo e intolerable). Yo, por el contrario, creo que tal unidad no sólo es algo normal y deseable dentro de un marco democrático, sino que además responde a una realidad histórica que había venido siendo aceptada incluso por la izquierda y hasta por los anarquistas (no hay más que leer discursos de políticos republicanos como Azaña, Besteiro, Prieto, etc.), cuyos seguidores la veían como algo natural (por más que ahora se nos quiera vender otra cosa, identificando el concepto "España" con Franquismo y dictadura, cuando no son sinónimos en absoluto).
7º) Asimismo das una enorme importancia al hecho de que en sus actos y manifestaciones el PCE de la Transición blandiera la bandera preconstitucional. Yo, sin embargo, veo en ello la manifestación palpable de un simple gesto con el que ayudar a que todo fuera más fácil (y a causa del cual, por cierto, no creo que el PCE renunciara a sus principios).
8º) Dices que los Pactos de la Moncloa de 1977 fueron un "notable retroceso en las conquistas obreras". No serían, desde luego, las que habían disfrutado históricamente los trabajadores españoles (las de la II República pasaron fugaces como un rayo y tampoco habían sido mejores o más numerosas que las llegadas después de la Transición), o las que tuvieron en la España franquista (donde no había derecho de sindicación, derecho de huelga, etc.). Todos esos derechos (tanto por extensión como por duración en el tiempo) son un producto de la democracia pos-transicional. ¿Que son mejorables? ¿Qué hay que luchar contra los recortes que se han ido produciendo con el tiempo? Desde luego. Pero lo cortés no quita lo valiente.
PARTE TERCERA:
ResponderEliminar9º) Le reprochas a Suárez su falta de interés por la cultura y pareces insinuar que era un aventurero (¿el tahúr del Mississippi del que habló Guerra, que terminó siendo gran amigo suyo?). Te aseguro que me importa una higa si el ex-presidente fue (o no) un intelectual. Intelectuales de gran altura los hubo abundantemente en la II República, y ya ves en qué terminó derivando aquello. Sé de sobra que una cosa (el fin de la república) no se deriva de la otra (la cultura de buena parte de sus líderes), pero, por lo mismo, tampoco creo que Suárez lo habría hecho mejor si hubiera sido más intelectual. Para eso ya estaba gente como Torcuato Fernández Miranda, Areilza y otros más. En 1975 lo que hacía falta era un político con coraje y con ganas de aventura (sí, porque Suárez también tuvo mucho de aventurero), capaz de hacer frente al denominado "búnquer" y a todas aquellas fuerzas (económicas, políticas y sociales) que se iban a oponer con fuerza a los cambios que estaban por llegar. Y, tal como yo he puesto en mi chiste, no creo que la cosa le saliera tan mal, al fin y al cabo.
10º) No entro a valorar las actividades profesionales y empresariales de Suárez e ignoro si ganó mucho o poco dinero con ellas. Si hubo delitos en su práctica habría que denunciarlos, perserguirlos y juzgarlos. Por el contrario, si lo hizo legalmente --es decir, cobrando por los servicios que prestaba a sus clientes-- nada tengo que objetar, pues vivimos en un sistema capitalista que permite y fomenta este tipo de actividades. Nos podrá gustar más o menos dicho sistema, podremos considerarlo más o menos justo, pero es lo que hay y existen mecanismos para cambiarlo: poco a poco, claro). Pero todo esto no me importa especialmente, pues yo me he limitado a alabar a Suárez por lo que hizo cuando fue presidente del gobierno, y no por su actividad como abogado en ejercicio. Es como si condenara a Charlton Heston como actor (que me encanta) porque no estoy de acuerdo con sus ideas sobre las armas (que no comparto en absoluto).
11º) En cuanto a la cita de Lampedusa, dime qué sistema político no ha quedado reflejado en ella (con más o menos variantes) a lo largo de la Historia. Afirmas que "siguen mandando los mismos, entonces y ahora". Y yo te pregunto: ¿dentro de esos "mismos" están incluidos también, según tú, los socialistas y los miembros de Izquierda Unida o de otros partidos de izquierda que han gobernado (y gobiernan hoy día) en las distintas instancias administrativas de nuestro país (Comunidades, ayuntamientos, diputaciones, etc.) a lo largo de estos años de democracia?. Si me dices que sí, entonces me inclinaré a pensar que estás aún más a la izquierda que tales grupos, o que eres un antisistema. Y en ese punto, me temo, tampoco podemos ponernos de acuerdo.
Un saludete y gracias por tus comentarios.
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(*) No hablo del indulto general promulgado tras el ascenso del rey al trono (25 de noviembre de 1975) porque aún seguían vigentes las leyes franquistas y, por tanto, muchos de los que fueron indultados entonces volvieron a la cárcel después y antes de que se despenalizaran determinados derechos y libertades (reunión, asociación, libertad política, etc.).
Por cierto: gracias Buitaker, me alegro de que te haya gustado el dibujo (al margen del mensaje que transmite).
ResponderEliminarHola a todos los lectores de este fantástico blog. He llegado hasta aquí buscando información sobre la transición española (un poco tarde, ha pasado un mes y medio desde el último comentario, así que no se si esto será leído) y únicamente quería felicitar tanto a Alberich, el dueño del blog, como a Rafa y Buitaker por sus comentarios, especialmente por lo bien desarrollados que están, por muy dispares que sean. Me encanta poder tener distintas visiones de un proceso que me fascina -yo era pequeño entonces y no lo pude vivir con plena conciencia- tanto en sus versiones "oficial" como "crítica". No se cuál será la realidad objetiva, si es que ésta existe, pero he aprendido mucho leyéndoos. Un abrazo.
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