martes, 20 de mayo de 2014

MIS ORIGINALES, 2: UNA PLANCHA EN COLOR DE ARTURO DEL CASTILLO



ENTRE todos los originales que forman parte de mi colección hay uno de Arturo del Castillo por el que siento predilección y que me gusta mucho: se trata de una plancha (la nº 7) perteneciente a la historia corta de ocho páginas titulada De hombres y moscas, con guión de Guillermo Saccomanno. Por lo que he podido averiguar, dicha historia (y, por ende, la propia plancha) fue publicada, al menos, en tres revistas distintas: en el nº 26 de L'Eternauta (mayo 1984), en el nº 28, año XII, de Lanciostory (correspondiente al 25 de julio de 1986) y en el nº 121 de la argentina Super Skorpio (1986). Ignoro en qué lengua fue escrito originalmente el guión (imagino que en español, teniendo en cuenta quiénes fueron sus autores) pero, a juzgar por la cronología de las citadas revistas —y salvo que halle nuevas referencias bibliográficas anteriores—, parece que se publicó primeramente en italiano, en los lugares citados, con el título de Uomini e mosche, antes de pasar a editarse a la revista argentina ya reseñada.





Es una historia de amor, celos, traiciones y deslealtades que, como todas las que se desarrollan en el Far West acaba con un épico duelo. Su hilo argumental podría resumirse en lo siguiente: cierto hombre de edad, llamado Morris, sabe que su "hembra" se ha liado con uno de los mejores pistoleros de la región, Cobb. Un tipo duro, pero nada idiota frente a lo que pudiera parecer. Decidido a vengar su honor, y aun sabiendo el peligro que corre su vida (pues sólo es el maestro de la ciudad y no tiene práctica con las armas), Morris se enfrentará a él y terminará... Bueno, si quieren saber cómo es la historia completa vayan al final de la entrada, donde podrán leerla. Ahora, lo mejor será hablar del original al que me refiero para cantar sus excelencias. Helo aquí:



Desde el punto de vista artístico y del coleccionismo hay varios elementos de interés en esta pieza que les presento. Para empezar me gustaría señalarles que no es frecuente hallar obra original de Arturo del Castillo en color, dado que la mayor parte de la que se ve circulando por ahí está en blanco y negro exclusivamente. Hagan una búsqueda, por ejemplo, en Comic Art Fans y comprobarán cómo es verdad lo que les digo.

Del Castillo tras haber recogido su premio Yellow Kid en Lucca 14 (1980)


En segundo lugar, yo destacaría de la plancha su enorme plasticidad, derivada no sólo de los suaves tonos acuarelados aplicados por el artista chileno —que otorgan un elevado grado de onirismo a la acción—, sino de la gran fisicidad que transmite el coloreado, viéndose el trabajo casi escultórico que realizó Del Castillo con el gouache, aplicándolo ocasionalmente en gruesas capas y casi cincelando sobre él (como se echa de ver, por ejemplo en el detalle de las gafas del personaje en la primera viñeta que les muestro, o en el punto de luz que casi nos deslumbra en el tercero de los paneles).




Por otro lado, sorprende la delgadez de la cartulina empleada, sobre todo teniendo en cuenta que se utilizó un medio acuoso como la acuarela para dar el color. Esto me hace pensar si, acaso, la historia no se concibió originalmente en blanco y negro, aplicándosele luego el color por necesidades contractuales o de otro tipo. Pero esto último no son sino elucubraciones mías (en las que me encanta sumergirme cuando examino un original). De cualquier forma, en Super Skorpio sí que se publicó en blanco y negro, como puede verse en el ejemplo de abajo (que servirá, además, para que todos ustedes puedan conocer el texto de la historia), lo cual es un indicio que corrobora mi hipótesis.


Hay muy pocos rastros de lápiz y el entintado se realizó preferentemente con plumilla, obteniendo líneas de una finura y una precisión considerables, a pesar de haber sido realizadas con soltura y cierto "nervio" (lo que le otorga al entintado un carácter desmañado que le va muy bien al tipo de historia). El pincel fue usado para rellenar las grandes áreas de negro que corresponden, en todas las viñetas, con el traje del protagonista, siendo su trazo —como es habitual en este instrumento— mucho menos profundo e incisivo que el de la plumilla, por lo que deja zonas de tonalidad más clara (como se ve bien en las viñetas 1ª, 3ª y 4ª), sobre todo si no se ha cargado abundamentemente de tinta china. Obsérvese, por ejemplo, en los dos fragmentos de viñeta que pongo a continuación el delicado trabajo a la plumilla —a la vez esquemático, pero de una precisión admirable— que realizó Del Castillo en los segundos planos, y el contraste que supone con el pincel utilizado para rellenar las grandes áreas de negro del traje del protagonista, logrando una caracterización admirable de estos personajes que se han construidos con apenas unas pocas rayas, aunque muy bien puestas. En el vaquero que está a la derecha en la primera viñeta se aprecian estupendamente los restos de lápiz sin borrar (que denotan un rápido abocetado). Por último, y como pueden ver, la parte superior de la misma viñeta se dejó sin entintar, pues estaba pensada para pegar el cartucho con el texto de la cartela.




Me gusta mucho también el abundante, habilidoso, variado y sutil empleo de texturas que realizó aquí el maestro chileno para crear atmósfera y tonalidades de gris. Y es que, al margen de sus conocidas tramas manuales —de las que sólo hallamos una muestra en la primera viñeta— Del Castillo ha empleado en esta plancha dichas texturas con tal sutileza y habilidad que, a un primer golpe de vista, le hacen pensar a uno si no estamos ante una trama mecánica. Pero analizadas con detalle y bajo una buena lupa con luz, se comprueba que debió utilizar una tela (o preferiblemente una esponja o un trozo de gomaespuma, dada la más fina marca de impresión que pueden dejar éstas) para realizar los efectos que encontramos en cinco de las siete viñetas (especialmente en las números 2, 3 y 7). Maravilloso.

La única viñeta en la que encontramos las famosas tramas lineales de Del Castillo (y están medio tapadas
por esas manchas de pincel que, sin duda, se utilizaron para crear tres ámbitos espacio-temporales
distintos dentro del mismo panel: el de Morris, el de Cobb y nuevamente el de Morris)


¿Tela, esponja? empleadas con habilidad para crear bellas y ambientales texturas grisáceas


Otra peculiaridad que suele encontrarse habitualmente en los originales de Del Castillo, y que aquí también aparece en abundancia, es la del gouache aplicado sobre las viñetas con una finalidad que va más allá de lo puramente coyuntural. Quiero decir: no lo utilizaba el argentino sólo para tapar errores involuntarios (como suele hacerse habitualmente), sino que también aparece empleado para crear efectos de relieve (como ya hemos dicho antes) y, sobre todo, para retocar los marcos de las viñetas y los dibujos en zonas estratégicas —con la idea de crear efectos de composición— y una vez que estos se hallaban acabados por completo. De esta manera, Del Castillo ganaba tiempo y evitaba tener que ir con sumo cuidado para no salirse de los bordes de las viñetas o, en su caso, para crear esos efectos de ruptura de las mismas. Las dos viñetas paradigmáticas al respecto de esta peculiaridad son la primera y la última, que están "rotas" por sus cuatro lados.



En la parte superior de la página hay dos manchas con restos de celofán, indicio de que, en su momento, quizá se superpuso una hoja (¿de papel cebolla o de acetato?) con los textos. También se encuentran restos de pegamento en zonas estratégicas de algunas viñetas, que sirvieron —según puede verse al comparar la foto del original con la imagen de la página editada en blanco y negro— para sujetar trozos de cartulina con el texto rotulado. De hecho, en los originales de Del Castillo lo más habitual es encontrarse con los textos de bocadillos y cartelas pegados sobre las viñetas, y no rotulados en la cartulina, como ocurre en otros casos (todo ello, sin duda, con la finalidad de publicar las páginas en diferentes países). Asimismo, en los márgenes superior y derecho de la página encontramos una serie de números (algunos de los cuales también fueron escritos en las viñetas) que, quizá, indicasen al montador la posición ocupada por los textos.

Algunas peculiaridades relativas a los textos que hubo en esta plancha:
anotaciones a lápiz y restos de pegamento de los cartuchos


Y concluyo ofreciéndoles los datos técnicos de la pieza:
Tinta china (aplicada fundamentalmente con plumilla) sobre una delgada cartulina de dibujo. Color directo con acuarela. Uso de gouache (para correciones y creación de efectos). Empleo de materiales (trapos, esponja) para obtener texturas. Dimensiones: 39,3 x 27,7 cm. Sin firmar (esto último es una pena, la verdad, pero tampoco resulta infrecuente en los originales de Del Castillo, que solía firmar sus trabajos en la última página).

Para cerrar la entrada les pongo la historia completa. Que la disfruten:









9 comentarios :

  1. Arturo del Castillo es otro de mis dibujante favoritos que también descubrí junto al Manos Kelly de Palacios y el Sunday de Víctor de la Fuente en la revista Saloon. Es un dibujante elegantísimo, las historias secas y amargas de El Cobra me encantan (hay una en la que El cobra es contratado para matar a un sheriff y se pone de parte de éste, maravillosa). Tengo un tomo que me costó muchísimo conseguir de ediciones Record y también tengo Loco Sexton publicado en Kirk. Una pena que en España su obra esté inédita y reproducida en revistas que no permiten apreciar la calidad de éste artísta.
    Saludos

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  2. Hola Sanchís. ¡Gran dibujante Del Castillo, sí señor! Y muy mal editado, por cierto; pero de siempre. Su trabajo más clásico (me refiero al que realizó en los 50-60) nunca ha sido editado como realmente se merece. Es una lástima...

    Si esta plancha que comento en la entrada es bonita (y ya pertenece a su época de "declive"), no te digo nada cómo son otros originales que tengo suyos y que realizó a principios de los 60: puritito oro de muchos quilates...

    Lástima que la tentativa de reeditar su adaptación de Los tres mosqueteros por parte de Book Palace no saliera adelante...

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    1. ...creo que en 2015, reeditaran los 3 mosqueteros de Salinas, en Inglaterra la primera edicion esta agotada, ni de 2ª mano se halla, les pregunte por ello a Book Palace Book, y me contestaron eso, ahora de Del Castillo no lo conocia...

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    2. ...en ebay.it, he hallado el comic LOS TRES MOSQUETEROS de Arturo Del Castillo, alli se titula I MOSCHETTIERI DEL RE, el vendedor es Clubnostalgia, es todo un libro (71 euretes + portes), pero "no vende a España", yo he "contactare" con el vendedor, ¿haber que hacemos?...

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  3. Hola Alberich,
    no sé la genesis de esto tabajo de Castillo, mas en Italia se ha publicado 2 tomos con la recopilaccion de las historietas publicadas en las rivistas Skorpio e Lanciostory a colores.
    No solo del Castillo, mas también Mandrafina, Roume, Arancio, Salinas (padre) y otros. No me lo recuerdo a todos... Por lo que me parece, algunas historietas fueram dibujadas con la impression a p&b en mente e despues coloreadas. Otras parecen dibujadas ya con idea del color (las de Roume e de Arancio, p.ex).
    lastima que en ebay estan pidiendo mucho por los 2 tomos, los he comprado 10 anni fa a molt bon precio.
    Cerca en ebay italia por: i supermasters 1 y 2
    Alberto

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  4. Ciao Alberto, benvenuto

    ti ringrazio per lo sforzo di scrivere in spagnolo ed innanzi tutto per la informazione bibliografica che mi dai. Ho fatto la ricerca su eBay.it e veramente i due libri sono troppo costosi.

    Grazie ed a presto.

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  5. Estimado Alberich:
    No sabes la alegría que me da ver a un chileno en este lugar, teniendo en cuenta lo limitado que ha sido el desarrollo del comic en esta lejana provincia de las Españas. Castillo es, de hecho, nuestro único "Yellow Kid". El original que nos muestras pertenece a la madurez de Castillo, en la que se ha entregado a ese estilo expresionista y oscuro que tanto se cultivó en Argentina (y, si no me equivoco, también en Italia), del cual Breccia es el exponente paradigmático (aunque, para mi gusto, extremo en el uso y abuso del negro). Pero también tiene otras obras de un realismo más clásico, en las que alcanza una rara maestría. Esto, como comentaba no hace mucho en otro blog, es prueba de que el estilo menos académico y más libre de la madurez de Castillo no es una fachada para esconder defectos técnicos, como suele suceder con muchos otros autores.
    Un saludo
    Mambrú

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  6. Gracias, Mambrú, por tu atinado comentario, que viene a ser como un estupendo colofón al texto general de mi entrada.

    En efecto: arte encuadrable en la etapa final de Arturo del Castillo, que no deja de tener gran interés --a pesar de la profunda estilización/simplificación experimentada en su estilo-- y que se enriquece, en esta plancha concreta, por la presencia del color (tan poco habitual en los originales del maestro chileno).

    Si visitas mi galería del CAF podrás ver otras diez muestras magníficas del trabajo de tu compatriota, al que admiro muy especialmente.

    Un saludete.

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  7. Uf! La última plancha de "Vino para robar" es sencillamente acojonante...

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