lunes, 20 de julio de 2015

"ESPEIN IS DIFERENT", 34: EL RETRATO DE UNAMUNO



LA polémica está de nuevo servida en nuestra crispada sociedad, y el sectarismo ideológico —cuando no el puro odio partidista— vuelve a campar a sus anchas por las redes y los medios informativos, a propósito de una cosa tan idiota como es la decisión que el nuevo ministro de Educación adoptó días atrás, a propósito de un cuadro de Miguel de Unamuno que decoraba su despacho en el Ministerio, y que llevaba allí colgado (al parecer) desde hacía 13 años, hasta ser retirado el pasado viernes día 10 de julio. En cuanto se ha sabido que una de las primeras órdenes que dio Méndez de Vigo tras tomar posesión fue mandar al ostracismo el cuadro que Joaquín Gutiérrez Solana le pintó al ilustre filósofo, catedrático y escritor bilbaíno en 1936 —el mismo año de su fallecimiento (acaecido el día de Nochebuena de ese mismo año, en tristísimas circunstancias)—, enseguida han saltado a la palestra los fanáticos de turno para lanzar propuestas sobre las verdaderas intenciones de la acción y mostrarse indignadísimos por el gesto, que se está presentando como un nuevo desprecio de la España rancia y carca contra el republicanismo y la libertad simbolizados en la persona de Unamuno (el agotador tema de las dos Españas, vamos...). Hay, incluso, quienes —arrastrados por una súbita inspiración premonitoria— ya están convencidos de que Méndez de Vigo va a colgar en el hueco que ha quedado vacío un retrato de Millán Astray o de Franco (y si creen que me lo he inventado, pinchen aquí o aquí y vean algunos comentarios)... ¡Así andamos todavía...!

La mayoría de quienes han utilizado la noticia dándole este sesgo deben haber olvidado, sin embargo —o quizá lo desconocen— que, pese a la dura y enérgica posición crítica de última hora que Unamuno mantuvo contra los militares golpistas —que terminaría escenificándose en el famoso enfrentamiento del polémico rector con el general Millán Astray, acaecido durante un acto celebrado en el claustro de la Universidad de Salamanca—, al principio había apoyado la sublevación e incluso dado dinero para que saliera adelante, pues estaba desilusionado (cuando no horrorizado) con el modo en que se había ido desarrollando la República. Esta circunstancia, desde luego, no empece en absoluto a la grandeza del contradictorio pensador, pues lo que él siempre hizo fue ser radicalmente unamuniano, huyendo de banderías y partidos y moviéndose "contra esto y aquello" cada vez que lo consideró necesario. Ello explica que tuviera que marchar exiliado durante la Dictadura de Primo de Rivera y que luego, ya en sus últimos años de vida, fuera expulsado de su cargo de rector primero por los dirigentes de la República, repuesto luego por el gobierno rebelde de Burgos y destituido finalmente también por éste cuando demostró que se oponía igualmente a sus desmanes y no se casaba con nadie, ni con nada, salvo su propia conciencia. Unamuno asistió horrorizado a lo que estaba ocurriendo en España y se opuso con firmeza a lo que él —tan amigo de los juegos de palabras— denominó una "guerra incivil". Yerran, por tanto, quienes, para atacar ahora al PP, se apropian de su persona y sus actos. Y lo mismo se equivocaron antes quienes, en otras ocasiones, lo utilizaron para arremeter contra la izquierda. Se confunden siempre quienes lo utilizan de manera interesada y torticera, pues si algo no fue Unamuno es sectario.

Sólo me quedan dos reflexiones que hacer al hilo del tema: 1ª) ¿tan imprescindible le resultaba al señor ministro cambiar el retrato de la discordia, sobre todo cuando es posible que no permanezca mucho tiempo ocupando el despacho en el que estaba colgada la obra desde hacía 13 años? Resulta increíble comprobar lo veleidosos, caprichosos y faltos de empatía con la realidad que son estos políticos nuestros... Con la que está cayendo, con todo lo que ha ocurrido, y lo primero que se le ocurre al bueno de don Íñigo es gastar dinerito y recursos públicos para algo tan idiota como cambiar este cuadro. Porque no crean que será algo gratuito (ha hecho falta emplear personal para mover el cuadro, un lugar donde depositarlo, material para tenerlo en buenas condiciones, más adelante será necesario trasladarlo al Museo Reina Sofía, si al final, no se queda en el Ministerio... En fin, Serafín); 2ª) ¿Es posible que algunos medios —y me refiero concretamente a El confidencial, que fue quien dio la "buena nueva"— tengan tan pocas noticias importantes que dar para llegar al extremo de informar in extenso de sucesos tan intrascendentes como éste...? ¿O bien será que el verano y el calor han reblandecido la sesera del personal hasta extremos preocupantes? ¿Será que cuando no disponemos de información útil para tirarnos los trastos unos a otros tenemos que sacarla de la cosas más fútiles e inconsistentes?

4 comentarios :

  1. Vd. lo ha dicho, Sr. Alberich. Puro y duro odio partidista. Triste sino el de nuestra querida España, tener que soportar a esta ralea de políticos indecentes de toda laya, condición e ideología. Un saludo. Quixote

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    1. Hola, amigo Quixote: le digo lo mismo que acabo de comentarle a mi buen amigo Rafa Roldán (asiduo visitante del Nibelheim): alucinado estoy por esa preocupación que se adivina en algunos en sacar de quicio las cosas. ¡¡Como si no tuviéramos ya suficientes problemas...!!

      Un saludo.

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  2. Hola, Alberich.

    ¡Qué hecho tan curioso! ¿Hubiera hecho el ministro lo mismo de tratarse de un retrato de Cervantes, también Miguel para más señas? Porque, guste más o guste menos, que también hay personas muy respetables a las que ni les gusta Cervantes ni entienden que les guste a otros, Unamuno es una de las grandes figuras de la literatura y el pensamiento españoles. Y si es por el "que inventen ellos", no se puede decir que la postura de nuestro gobierno sea muy diferente, según los recortes de los que tanto se quejan nuestros científicos. También puede molestar que las ideas del rector de Salamanca sobre educación sean más avanzadas que las que se estilan hoy en los nuevos proyectos de ley, pero esto ya es broma, pues dudo mucho que el ministro se haya molestado en leer los artículos que escribió al respecto don Miguel. Quizás lo único bueno del asunto es que, a lo mejor, Unamuno se hubiera sentido honrado y agradecido porque retiraran su retrato de un despacho de decisiones tan veleidosas.

    Un abrazo

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  3. Yo, francamente, Rafa, todo lo que tengo que decir sobre este caso ya lo he hecho esta vez en el chiste... Perplejo estoy, al comprobar las nimiedades de las que se preocupan algunos con la que está cayendo... No puedo añadir nada más, la verdad...

    Un saludete.

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