TENÍA que aparecer, tarde o temprano, en esta sección del Nibelheim que hemos dedicado a recuperar entrevistas de los grandes maestros de la historieta, el italiano Paolo Eleuteri Serpieri, por cuya obra sentimos una gran admiración. Y lo hace, precisamente, con una entrevista recientísima, que Debora Becchetti le realizó el pasado día 19 de julio, con ocasión de la XIII edición del Muso Music Festival, celebrada en la ciudad calabresa de Oriolo, a la que Serpieri asistió invitado como huesped de honor, junto a Enrique Breccia. El testimonio, ciertamente, es muy breve —por lo que no descartamos la posibilidad de que el autor veneciano vuelva a protagonizar en el futuro una nueva entrada de esta serie—, pero creemos que tiene su utilidad, al contener lo que piensa ahora mismo Serpieri sobre su trabajo y su profesión.
El texto original puede leerse pinchando en el siguiente enlace. A continuación ofrecemos la versión española de lo que son únicamente las preguntas y respuestas, obviando la presentación introductoria del personaje que hace Becchetti.
1. Usted ha sido alumno de Renato Guttuso, ¿qué recuerdos conserva del maestro?
Aquello fue en mi período pictórico, que me hizo precisamente estudiar con Guttuso, y de alguna manera me formó muchísimo. Tanto es así que, años después y mirando mis trabajos, alguien me acusó de que estaba realizando imitaciones del maestro y me di cuenta de que debía cambiar de camino.
2. Ha dibujado y continúa dibujando tanto historietas del Oeste como de fantaciencia. ¿Cuál de los dos géneros le gusta más?
Adoro el Western y, en particular, a los indios de América, por consiguiente siempre me ha divertido mucho dibujar historias épicas sobre ellos en un período histórico muy particular, como es el del siglo XIX, con las últimas revueltas indias. Esto me ha resultado siempre apasionante: trato de buscar la verdad histórica, aunque es muy difícil averiguar lo que sucedió realmente y, en consecuencia, utilizar correctamente los hechos ocurridos. Sin embargo, lo he intentando ofreciendo también algo entretenido, porque lo que yo hago son historietas y no desearía resultar demasiado serio con mis historias. En cuanto a lo demás, siempre he sido un lector muy desordenado de fantaciencia, aunque el género que he elegido para narrar está más centrado en un escenario negativo. Como tengo una idea algo pesimista sobre el futuro, he contado una historia apocalíptica, una especie de relato "después de la bomba"; precisamente a causa de mi poca fe en el hombre he querido contar una historia de este tipo. No obstante he insertado en ella a este personaje femenino tan carnal, muy transgresor, porque he visto y veo la salvación en la mujer; ese optimismo que no tengo para los demás, esa forma, esa imagen que me hace pensar que quizá y precisamente allí está la solución: en la mujer y en su cuerpo como protagonistas de la vida.
3. Druuna es uno de los célebres protagonistas de sus tebeos. ¿Cómo nació la idea de dibujarla y de crear sus historias?
Todo nació de este deseo de contar una historia un poco a lo femenino. Estaba tan obsesionado con esta idea que investigué mucho en la psique femenina y esto me ayudó a hacerla lo más realista posible. Aunque recibí muchas críticas, sobre todo de las feministas, pero también satisfacciones: un profesor universitario de Florida ha escrito un trabajo titulado Druuna, o el eco-feminismo que se puede encontrar en internet, en el que interpreta todas las aventuras que he contado en mis historietas en una clave extremadamente importante. Me ha impresionado muchísimo, sobre todo porque esta persona culta ha intuido perfectamente el alma del personaje y esto para mí ha sido muy hermoso y agradable de leer. Porque Druuna, precisamente, encarna la vida y la esperanza en este mundo putrefacto a causa de nosotros, los hombres, del poder, de la corrupción, de la sed de dinero... En suma, todas aquellas cosas, todos aquellos lugares comunes que desprecio. Pero ciertamente, y por volver al principio de la pregunta, más que fantaciencia mi intento era contar, como Orwell, un futuro, un futuro aterrador.
4. ¿Qué piensa del panorama historietístico italiano actual? ¿Hay algún artista sobre el que, en su opinión, deberíamos fijar nuestra atención?
Difícil responder a esta pregunta, porque se corre el riesgo de quedar mal, ¿no? (ríe). Hay muchos, jóvenes y conocidos, pero no puedo dar nombres. Por lo que respecta al panorama italiano, diré que hay altibajos, aunque no estoy muy esperanzado. La historieta es un medio que alguna vez, me temo, acabará siendo una expresión minoritaria, sólo para aquellos pocos que la aprecien. Una forma de narrar que une en su seno el cine, la literatura, el arte, la pintura, en una especie de fusión. Pero yo no la veo de manera demasiado optimista.
5. ¿Qué se puede aconsejar a los jóvenes ilustradores e historietistas que se acercan, por vez primera, a este entorno de trabajo?
Narrar, narrar teniendo presente el cine, la literatura, etc., como ya he dicho antes. Y entender que es importante la historia. Lo digo para quien es dibujante: el dibujo es sólo el 50% de todo, debe ser un soporte para contar una trama, no un simple medio para demostrar el propio talento. De otro modo algunos elementos resultan inútiles. Ciertamente narrar, leer mucho, tener una cierta cultura y no pensar en ser historietista de una forma circunstancial o improvisada. Quien piensa dedicarse a esta profesión sólo porque tiene habilidad con el lápiz, va por mal camino: el dibujo es, en efecto, importante, pero siempre en función del guión, del texto. Yo prefiero a los autores completos, que trabajan sus propios textos y son mejores (a mi entender), pero si un dibujante desea sólo narrar con su dibujo, puede confiarse al texto de cualquier otro, porque siempre y cuando esté bien escrito todo funciona. Añadiré también que no ha necesidad de buscar un estilo personal, porque éste llegará por si solo, pero ciertamente sí es fundamental aprender a dibujar bien, a mirar la realidad; un poco como en el cine, donde las imágenes son reales, aunque insertas en un mundo diferente. En efecto, cualuier sombra, cualquier luz, cualquier detalle forman parte de la historia, son fundamentales para la historia. A quien dibuje le aconsejo que no hagan trabajos esquemáticos, con sólo lo esencial, con síntesis a toda costa, pero tampoco añadir detalles inútiles, que no aportan nada a la historia y sólo valen para presumir de lo bien que se han hecho.
¡Y esto es todo, amigos!
El texto original puede leerse pinchando en el siguiente enlace. A continuación ofrecemos la versión española de lo que son únicamente las preguntas y respuestas, obviando la presentación introductoria del personaje que hace Becchetti.
ENTREVISTA (traducción española)
1. Usted ha sido alumno de Renato Guttuso, ¿qué recuerdos conserva del maestro?
Aquello fue en mi período pictórico, que me hizo precisamente estudiar con Guttuso, y de alguna manera me formó muchísimo. Tanto es así que, años después y mirando mis trabajos, alguien me acusó de que estaba realizando imitaciones del maestro y me di cuenta de que debía cambiar de camino.
2. Ha dibujado y continúa dibujando tanto historietas del Oeste como de fantaciencia. ¿Cuál de los dos géneros le gusta más?
Adoro el Western y, en particular, a los indios de América, por consiguiente siempre me ha divertido mucho dibujar historias épicas sobre ellos en un período histórico muy particular, como es el del siglo XIX, con las últimas revueltas indias. Esto me ha resultado siempre apasionante: trato de buscar la verdad histórica, aunque es muy difícil averiguar lo que sucedió realmente y, en consecuencia, utilizar correctamente los hechos ocurridos. Sin embargo, lo he intentando ofreciendo también algo entretenido, porque lo que yo hago son historietas y no desearía resultar demasiado serio con mis historias. En cuanto a lo demás, siempre he sido un lector muy desordenado de fantaciencia, aunque el género que he elegido para narrar está más centrado en un escenario negativo. Como tengo una idea algo pesimista sobre el futuro, he contado una historia apocalíptica, una especie de relato "después de la bomba"; precisamente a causa de mi poca fe en el hombre he querido contar una historia de este tipo. No obstante he insertado en ella a este personaje femenino tan carnal, muy transgresor, porque he visto y veo la salvación en la mujer; ese optimismo que no tengo para los demás, esa forma, esa imagen que me hace pensar que quizá y precisamente allí está la solución: en la mujer y en su cuerpo como protagonistas de la vida.
3. Druuna es uno de los célebres protagonistas de sus tebeos. ¿Cómo nació la idea de dibujarla y de crear sus historias?
Todo nació de este deseo de contar una historia un poco a lo femenino. Estaba tan obsesionado con esta idea que investigué mucho en la psique femenina y esto me ayudó a hacerla lo más realista posible. Aunque recibí muchas críticas, sobre todo de las feministas, pero también satisfacciones: un profesor universitario de Florida ha escrito un trabajo titulado Druuna, o el eco-feminismo que se puede encontrar en internet, en el que interpreta todas las aventuras que he contado en mis historietas en una clave extremadamente importante. Me ha impresionado muchísimo, sobre todo porque esta persona culta ha intuido perfectamente el alma del personaje y esto para mí ha sido muy hermoso y agradable de leer. Porque Druuna, precisamente, encarna la vida y la esperanza en este mundo putrefacto a causa de nosotros, los hombres, del poder, de la corrupción, de la sed de dinero... En suma, todas aquellas cosas, todos aquellos lugares comunes que desprecio. Pero ciertamente, y por volver al principio de la pregunta, más que fantaciencia mi intento era contar, como Orwell, un futuro, un futuro aterrador.
4. ¿Qué piensa del panorama historietístico italiano actual? ¿Hay algún artista sobre el que, en su opinión, deberíamos fijar nuestra atención?
Difícil responder a esta pregunta, porque se corre el riesgo de quedar mal, ¿no? (ríe). Hay muchos, jóvenes y conocidos, pero no puedo dar nombres. Por lo que respecta al panorama italiano, diré que hay altibajos, aunque no estoy muy esperanzado. La historieta es un medio que alguna vez, me temo, acabará siendo una expresión minoritaria, sólo para aquellos pocos que la aprecien. Una forma de narrar que une en su seno el cine, la literatura, el arte, la pintura, en una especie de fusión. Pero yo no la veo de manera demasiado optimista.
5. ¿Qué se puede aconsejar a los jóvenes ilustradores e historietistas que se acercan, por vez primera, a este entorno de trabajo?
Narrar, narrar teniendo presente el cine, la literatura, etc., como ya he dicho antes. Y entender que es importante la historia. Lo digo para quien es dibujante: el dibujo es sólo el 50% de todo, debe ser un soporte para contar una trama, no un simple medio para demostrar el propio talento. De otro modo algunos elementos resultan inútiles. Ciertamente narrar, leer mucho, tener una cierta cultura y no pensar en ser historietista de una forma circunstancial o improvisada. Quien piensa dedicarse a esta profesión sólo porque tiene habilidad con el lápiz, va por mal camino: el dibujo es, en efecto, importante, pero siempre en función del guión, del texto. Yo prefiero a los autores completos, que trabajan sus propios textos y son mejores (a mi entender), pero si un dibujante desea sólo narrar con su dibujo, puede confiarse al texto de cualquier otro, porque siempre y cuando esté bien escrito todo funciona. Añadiré también que no ha necesidad de buscar un estilo personal, porque éste llegará por si solo, pero ciertamente sí es fundamental aprender a dibujar bien, a mirar la realidad; un poco como en el cine, donde las imágenes son reales, aunque insertas en un mundo diferente. En efecto, cualuier sombra, cualquier luz, cualquier detalle forman parte de la historia, son fundamentales para la historia. A quien dibuje le aconsejo que no hagan trabajos esquemáticos, con sólo lo esencial, con síntesis a toda costa, pero tampoco añadir detalles inútiles, que no aportan nada a la historia y sólo valen para presumir de lo bien que se han hecho.
¡Y esto es todo, amigos!
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